Al mirar atrás, Brenda Tatiana Peña recuerda que su yo de hace dos años era un ser completamente diferente al que hoy se para ante las cámaras. Sulucha contra la depresión
, como la de muchas personas, ha sido un camino largo y lleno de retos consigo misma.
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Con 36 años, Brenda admite que la depresión es una condición que disfrazó todo en su vida, permeada por pensamientos negativos. Lloraba constantemente y tenía presente un sentir de que algo estaba mal.
Esta es una situación muy diferente a la tristeza normal que solemos experimentar.
"La tristeza se puede llevar en la vida como si fuera un elemento en el bolsillo que tú cargas, pero eres funcional. La depresión definitivamente no, es una condición médica incapacitante que afecta la calidad de vida a la persona", explicó Juan Manuel Orjuela, director del Comité de Neuropsiquiatría de la Asociación colombiana de Psiquiatría.
El experto expone que la persona con depresión suele tener problemas para estudiar, concentrarse, trabajar o rendir adecuadamente en sus actividades.
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Como en cualquier otro problema de salud, existen múltiples factores que pueden desencadenar que una persona tenga depresión. Sin embargo, la genética juega un rol importante en este asunto.
"Todos nacemos con una carga genética y una vulnerabilidad que se mezclan con lo que pasa en el entorno, que son por ejemplo experiencias traumáticas como el abuso físico, maltrato psicológico sexual o el bullying en la infancia", destacó el Orjuela.
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Así mismo, asegura que dentro del cerebro de una persona hay regiones que están hiperactivas y otras que empiezan a apagarse de manera progresiva.
Además, las enfermedades mentales no discriminan edad, sexo, género ni estatus social, sino que pueden presentarse en cualquier ser humano.
En el caso de Brenda, recuerda que su condición se vio desencadenada durante la pandemia del COVID-19, cuando su padre falleció por un cáncer.
Al estar sumida en esta situación, tomó la decisión de acudir al psiquiatra, y mediante un tratamiento que incluyó medicamentos, psicoterapia y ajustes a sus rutinas, poco a poco empezó a sentirse mejor.
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Pese a ello, se hizo consciente de que la sociedad en ocasiones es más difícil que la misma depresión.
"Hay un estigma frente a la salud mental y más frente a los medicamentos", comentó la mujer.
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Esta, como cualquier condición de salud, requiere un manejo integral e incluso entre el 60% y 70% de los pacientes que se remiten a terapia recuperan su calidad de vida.
La familia y los amigos juegan un papel importante en el tratamiento, además que superar los prejuicios frente a la depresión permitirán que más personas sean escuchadas y atendidas.
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