El ejercicio planteado por el médico infectólogo Juan Carlos Cataño consta de cuatro pasos, en los que se hace evidente la importancia del lavado de manos en tiempos del COVID-19.
"Primero, vamos a ver que en mi mano, que se ve aparentemente limpia, vamos a mirar qué cantidad de bacterias tengo en un momento dado. Me la he lavado a lo largo del día en diferentes circunstancias y vamos a ver qué tantas bacterias tengo a través de la siembra en una placa de Petri", describe el doctor.
Con solo tocar una sustancia especial para cultivar microorganismo se puede saber, después de 24 horas de incubación, lo que no es evidente a los ojos.
"Ahora, sin lavarme las manos, voy a estornudar y a toser en ellas, para ver qué tanto se logran ensuciar en un procedimiento tan sencillo como toser y estornudar que, usualmente y antes de la epidemia del COVID, hacíamos directamente en nuestras manos", afirma el experto.
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Esa muestra también se llevará a cultivo durante 24 horas, acompañada de la tercera en la que toca el medio de cultivo después de usar alcohol glicerinado, y una cuarta y última siembra luego del lavado de manos y así poder comparar.
"En mis manos sucias me voy a echar alcohol glicerinado y limpio mis manos para ver el efecto que tiene para matar las bacterias que había en mis manos productos del trabajo normal, la tos o estornudo", enseña el médico.
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Tras haberse lavado las manos durante más de 3 minutos, friccionado con abundante agua y jabón, se procedió a hacer el sembrado de microorganismos.
Después de 24 horas, estos son los resultados de las cuatro muestras: "las manos (aparentemente) limpias, verdaderamente no estaban tan limpias y sí tenía algunas bacterias, luego cuando estornudé y tosí también tenía bacterias, luego de lavado con alcohol glicerinado y el efecto tan importante con alcohol al 70 por ciento, logramos limpiar casi todas las bacterias de la mano sucia, y finalmente, el lavado de manos, con agua y jabón normal también eliminaron gran parte de esas bacterias", explica el médico.
De esta manera se demuestra la utilidad e importancia no solo de la higiene respiratoria (estornudar cubriéndose con el codo) sino de mantener las manos limpias, ojalá con agua y con jabón o gel antibacterial con alcohol al 60 por ciento.