El proyecto para la reforma a la salud presentado ante el Congreso de la República ha sido un tema de gran debate para la ciudadanía, debido a la incertidumbre generada por sus propuestas. Uno de los temas más controversiales sería la posible eliminación de las EPS y por consiguiente sus programas de atención para pacientes de alto costo.
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De acuerdo con el presidente de la fundación Rasa y vocero de Pacientes Colombia, Gustavo Campillo, son muchas las preocupaciones frente a esta propuesta, especialmente para pacientes de alto costo que podrían perder sus programas de atención, quedando expuestos a la disponibilidad de recursos en el sistema y arriesgándose a obtener tratamientos incompletos.
Según el Ministerio de Salud, las enfermedades de alto costo son aquellas que tienen gastos muy altos derivados de tratamientos y medicamentos debido a su grado de complejidad o especialidad y la baja frecuencia con que ocurren, como el VIH, la diabetes, el cáncer, las enfermedades huérfanas, entre otras.
Gustavo Campillo comenta que una de las grandes incertidumbres es que la salida de las EPS del sistema de salud representaría “arrasar con la estructura que tenemos para iniciar con un modelo nuevo”, por lo que todas las personas resultarían afectadas.
El vocero explica que esta reforma propone una transición en la cual los pacientes deberían integrarse directamente en el hospital púbico más cercano para una atención primaria, pero en caso de que el centro de salud no tenga la capacidad resolutiva para atender el problema del consultante, este deberá ser remitido a un hospital privado que lo pueda atender.
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El manejo de esta red de servicios quedaría en manos de las entidades gubernamentales, “es posible que estas contrataciones de hospitales privados puedan politizarse y caer en un problema de corrupción”, asevera Campillo.
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Asimismo, advierte que en uno de los artículos que se incluyen dentro de la propuesta “se establece que los lineamientos del proyecto de ley están sujetos a la sostenibilidad financiera. El riesgo está en que, si se acaban los recursos del ente territorial, los pacientes podrían quedar con tratamientos incompletos”. Esto afectaría especialmente a los pacientes de alto costo que podrían dejar de recibir su tratamiento.
Por otro lado, el vocero de los pacientes plantea otra preocupación relacionada a la entrega de medicamentos, ya que los dispensadores asociados a la EPS también desaparecerían. “Me parece beneficioso que el hospital cercano entregue el medicamento, pero la pregunta es si tiene la capacidad de hacerlo. ¿Si ese hospital no tiene esa capacidad estructural cómo lo resolvemos?”, comenta.
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Finalmente, Campillo manifiesta que podrían existir grandes diferencias en la prestación del servicio de salud entre aquellos que tienen la posibilidad de costear un plan de medicina prepagada, frente a los que no pueden hacerlo.
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