¿Cómo lograr que los jóvenes del país mejoren su salud mental?

Hay alerta en varias universidades del país por el aumento de casos de intento de suicidios y distintos diagnósticos relacionados con la salud mental. La demanda de jóvenes que buscan acceder a tratamientos también se ha incrementado. La lupa también está puesta en las causas y alternativas para atender estas necesidades.

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¿Los estudiantes universitarios hablan con frecuencia de salud mental? Algunos dicen que sí, otros que no. Las necesidades de los jóvenes están enfocadas en tratar trastorno mixto de ansiedad, depresión, trastorno de ansiedad generalizada, problemas en relaciones de pareja, reacción al estrés y baja autoestima.

Así lo reflejan los informes entregados por varias universidades al Concejo de Bogotá.

“En el caso de la Universidad Distrital, por ejemplo, en lo que va del año, estamos hablando de 1.500 atenciones aproximadamente, frente a 2.300 que se registraron durante todo el 2023. Una universidad en donde se han registrado 5 casos de intentos de suicidio. Por ejemplo, si hablamos de la Universidad Pedagógica, ya 4 jóvenes se suicidaron siendo estudiantes. En la Nacional 11 casos de ideas suicidas”, indicó Julián Sastoque, concejal.

Los problemas de salud mental están afectando a más de 2 millones de jóvenes universitarios en el país y unos 15 mil han pensado en quitarse la vida en 2024.

Ángela Murcia, psiquiatra, habló de unas cifras preocupantes: “En 2023 hubo 240 suicidios en población de adolescentes y niños, en el primer semestre de 2024 ya llevamos 140 suicidios”.

Según los expertos, el apoyo emocional debe ampliarse a toda la familia para que pada persona entienda, reconozca y pueda prestar primeros auxilios psicológicos.

¿Cómo sobrellevar las dificultades y fracasos?

Las nuevas generaciones van a millón, quieren ver los resultados ya y en muchos casos no saben cómo enfrentar los retos y los fracasos que a veces son normales en la vida.

La academia ha tenido que adaptarse a las exigencias de esta nueva generación y asumir retos en las aulas.

“No son tan proclives a aceptar la frustración, son unas personas que crecieron en un contexto que los hace ser críticos, contestatarios, como con relaciones más horizontales, entonces el criterio de autoridad y jerarquía no les cuadra mucho”, recalcó Carlos Prieto, profesor.

Otro de los desafíos tiene que ver con las nuevas competencias que requieren las empresas y que son necesarias de implementar en la formación desde niños.

“No los preparan en términos como comunicación, la gente se comunica mal y se rompen relaciones. El relacionamiento, hay gente a la que le cuesta relacionarse a gente que piensa diferente a ellos, eso pasa desde la edad temprana. En temas como inteligencia emocional, las emociones cuando me encuentro con un problema”, aseveró Carlos Maldonado, entrenador en programación neurolingüística.

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