Los servicios de urgencias en varias regiones de Colombia no dan abasto con el pico respiratorio que se presenta en el país y que se ha alargado por un virus adicional que está circulando: el COVID-19.
Evitar la congestión requiere acciones que van desde lo individual, con algo tan sencillo como ponerse la vacuna contra la influenza o educar a la población sobre el curso normal de las infecciones en la infancia o las personas mayores, o en las medidas que tomen las instituciones para atender a los pacientes.
El infectólogo pediatra Alejandro Mojica recomienda extender “los horarios de atención en niños, consultas prioritarias, mejorar la disponibilidad del talento humano en salud -que es fundamental contar con muchas personas para agilizar esas consultas- y que las camas de pediatría que se habían prestado a adultos durante la pandemia vuelvan a lo que son pediatría”.
Luis Jorge Hernández, médico epidemiólogo y salubrista, también sugiere a “la autoridad sanitaria no bajar la guardia en vigilancia epidemiológica y reforzar las salas ERA, que son salas de inhaloterapia para evitar hospitalizaciones innecesarias en niños. En esto hemos bajado la guardia por parte del sistema de salud”.
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En cuanto a las familias, pueden evitar ir a los servicios de urgencias si incrementan las medidas de prevención ya aprendidas como la vacunación, buena ventilación y el lavado de manos. Además, tener claro cómo manejar una infección respiratoria leve en casa.
Para ello, el doctor Mojica recuerda que a la persona enferma se le debe “ofrecer abundantes líquidos, el mejor antitusivo son los líquidos, y por otro lado favorecemos la hidratación; dos, manejo de la fiebre, descubrir el cuerpo del niño y paños de agua tibia; tercero, obstrucción nasal, tenemos que colocar suero fisiológico cada vez que veamos la nariz tapada. No automedicar, la mayoría de las infecciones respiratorias en niños son relacionadas con virus. Y el quinto punto, estar pendientes de los signos y síntomas de alarma para acudir a urgencias”.
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Dichos signos son:
- Deja de recibir alimentación: si es un lactante rechaza el seno y si es un niño más grande no come.
- Vomita todo lo que se le ofrece.
- Se le hunden las costillas.
- Respira con dificultad.
- Se torna morado alrededor de la boca o también el resto del cuerpo.
- Está muy dormido, somnoliento o tiene convulsiones.
- Fiebre que sea difícil de manejar en casa.
- En adultos: dificultad respiratoria, dolor torácico u opresión en el pecho.
Otra forma de descongestionar los servicios de urgencias es estar al día en vacunación. No solo importa la del COVID-19, también es necesaria la de influenza y neumococo, entre otras.