No hay duda, cada vez hay más evidencia científica que revela que el cigarrillo electrónico es perjudicial para la salud y no es seguro.
“Sabemos que contienen una cantidad de sustancias químicas que, si bien vienen en menor proporción que en el cigarrillo, siguen existiendo y a pesar que tengan menor concentración es lo suficiente como para hacer daño. Hablamos de formaldehído, níquel, metales pesados, entre otros, y esto, cuando lo inhalamos y llega a nuestros pulmones, está empezando a generar enfermedad”, dijo Manuel Pacheco, de la Asociación Colombiana de Neumología.
Problemas pulmonares, cardiacos y cambios en las células que a largo plazo pueden dar origen a cáncer. Además, la nicotina causa una fuerte adicción y su consumo en niños y adolescentes provoca impacto en el desarrollo del cerebro. Y son ellos uno de los principales blancos de quienes comercializan estos productos.
“Estos dispositivos electrónicos no se pueden seguir vendiendo en las esquinas como si fueran dulces o chicles. Definitivamente necesitamos regularlo, debemos controlar muy bien el acceso a menores de edad, niños y adolescentes, que en este momento son los principales consumidores de estos productos”, anotó Pacheco.
Precisamente, en este momento hay un proyecto de ley que ya fue aprobado en primer debate en la comisión séptima de la Cámara y espera otras tres votaciones para convertirse en ley.
“El proyecto de ley busca modificar ley de control de tabaco y esa es una buena intención en principio, porque lo que pretendemos es que lo que ya funciona para tabaco -ambientes libres de humo, prohibición a la publicidad, promoción y patrocinio - también cobije a estos cigarrillos electrónicos y productos similares, pero la industria aprovecha que abrimos la posibilidad de reformar la ley para tratar de sembrar es confusión y cambiar textos que sí funcionan. En cambio, estamos perdiendo oportunidades de fortalecer la ley en donde sí tenemos que fortalecer”, indicó Blanca Llorente, salubrista de la Fundación Anáas.
Así que el llamado que hacen desde la sociedad civil y las sociedades científicas es al trabajo conjunto no solo en el Congreso de la República.
“Esto es una cosa que afecta directamente a colegios y padres de familia, y nos preocupa cada vez más, pero los papás y los colegios a veces se sienten con las manos atadas para poder influir en el proceso político, porque esto sin una ley que nos proteja es muy difícil”, anotó Llorente, al invitar a sumarse a la iniciativa #VapearNoEsSeguro.
Hay países como Panamá, México y Brasil, donde la discusión llevó a una decisión severa: prohibieron el cigarrillo electrónico.
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