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Científico colombo-venezolano trabaja en laboratorio que produce vacuna de Oxford y AstraZeneca

Wilmer Sanjuán explica por qué tuvieron que usar investigaciones pasadas. Añade que está orgulloso de que la inmunización haya sido desarrollada por mujeres.

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Wilmer Sanjuán Pacheco es un biólogo-bioquímico, hijo de madre colombiana y padre venezolano, quien desde hace seis meses trabaja en un laboratorio ubicado en Bélgica que produce la vacuna contra el COVID-19 de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca.

Él es uno de los responsables de fabricar el llamado principio activo, que es la base de una de las vacunas esperadas para luchar contra el COVID-19.

"Es una molécula parecida a la molécula spike, que es la molécula de la espina del virus COVID y lo que hacemos es tratar de copiar la molécula y producirla a gran escala. Es una molécula que va a entrar al cuerpo por medio de una vacuna y le va a decir al sistema inmune de los vacunados: ‘mira, pilas, hay un fulanito de tal que se parece a esto que te estoy trayendo, que si va a entrar a tu cuerpo te va a provocar muchos problemas de salud. Ponte a producir tus armas para cuando este fulanito entre a tu cuerpo estés preparado para poder combatirlo’.

Es la proteína que simula la entrada del virus al cuerpo humano. El principio activo fue ensayado en las diferentes fases de preclínica en animales de laboratorios destinados para este tipo de ensayos y después en humanos, que fueron las fases de estudios para identificar cómo se va a comportar el cuerpo humano frente a este principio activo. Los resultados fueron prometedores, resultados de inmunización entre el 60 y 90%. Fue por eso que se dio la autorización para seguir produciendo ese principio activo", explica Wilmer.

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Desde su cargo, en la planta en Bélgica, Wilmer explica los tiempos de producción del principio activo base de esta vacuna que está siendo distribuida en varios países.

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"Puede tardar tres semanas en producir digamos 1.500 litros de principio activo, y son procesos en continuo. En un mes, mes y medio, podríamos tener 1.500 litros de principio activo que digamos van a surgir o a llevar otros procesos para que sean finalmente aptos para la construcción de la vacuna”, dice.

Desde el laboratorio, donde pasa gran parte del día junto a otros científicos asiáticos, africanos y de otras partes del planeta, cuenta detalles inéditos de lo que Oxford y AstraZeneca han hecho para lograr en tiempo récord una de las armas fundamentales contra la pandemia.

"Lo que estamos haciendo es como reciclar, estamos reciclando investigaciones que se hicieron hace 30 - 40 años. Las estamos reciclando, mejorando, para que nos ayude a que en este momento podamos producir mucho más rápido, sin problemas, y podamos saltarnos todos esos pasos desde los procesos de investigación y producción", asegura el científico.

Para este científico colombo-venezolano, una de las ventajas de la vacuna en la que trabaja, es que es mucho más económica, más fácil de almacenar, de transportar y de distribuir en países como el nuestro, porque no necesita almacenarse a tan bajas temperaturas bajo cero.

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"Creo que la demora está, más que todo, en cuestiones económicas y políticas. Las políticas públicas de cada país son diferentes en cuestiones de salud que muchas veces hay que acoplar esas políticas individuales a las políticas empresariales. Creo que no hay que asustarse mucho porque vacunas va a haber para todo el mundo, simplemente hay que esperar su turno porque cada país tiene sus procesos de vacunación diferente y turnos diferentes para tipo de persona o comunidad".

Sé que Colombia se ha puesto las pilas en adquirir las dosis, las primeras necesarias para vacunar a la población, pero le hace falta más, creo que le hace falta más ", agrega.

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Aunque produce la vacuna, dice que está a la espera de recibirla, pero envía un mensaje claro para que confíen en los científicos que trabajan en la elaboración y mejoramiento de esta vacuna contra el COVID-19 cuyo desarrollo, cuenta Wilmer, está liderado por mujeres.

"Aplaudo que es una vacuna de mujeres y las mujeres están teniendo un protagonismo grande, porque si vemos la historia de la vacuna de Pfizer fue creada por una investigadora húngara, que está en Estados Unidos, Katalin Karikó, que tiene muchos años en estos procesos de vacunas de RN y la de Oxford que es la que está trabajando con la farmacéutica AztraZeneca, que fue desarrollada por Sarah Gilbert, una bioquímica inglesa que lleva muchos años trabajando en la producción de vacunas" agrega Sanjuán.

Para avanzar en esta vacuna, los científicos se basaron en investigaciones previas sobre el SARS y en otra sobre el MERS, causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio.

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