En Colombia existen 12 bancos de córneas y aun así hay centenares de personas esperando por un trasplante, ya que hay muy pocos donantes, igual a lo que pasa con órganos como el corazón o el riñón.
Bernardo Camacho, director del Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación en Salud (ICBDIS), afirma que en el país “hay cerca de 1.000 pacientes que están requiriendo una córnea y entre esos pacientes, gente muy joven que tiene algunas afecciones de su córnea, especialmente el queratocono, que es una forma de conización de la córnea que, cuando se hace muy agudo y no se hace el trasplante, puede producir pérdida de la visión”.
El banco de tejidos de este instituto cuenta con un proceso riguroso y seguro para que un paciente pueda disfrutar de su visión, porque se trata de un tejido supremamente frágil que debe retirarse máximo 12 horas después de la muerte del donante y que puede guardarse en condiciones especiales de refrigeración hasta por 14 días, aunque ese tiempo nunca se cumple por la necesidad de miles de pacientes.
Todo comienza con la donación de una persona fallecida, que debe cumplir con varios requisitos para considerarse apto.
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“Que no haya tenido cirugías anteriores en la córnea, porque seguramente no sería viable, y también si la causa de muerte no implica un accidente, por ejemplo, un trauma craneoencefálico severo que haya podido deteriorarlas, eso es lo que revisamos. Si se cumple, la edad es desde los 18 incluso hasta los 70 años”, explica Astrid Malagón, bacterióloga y coordinadora del Banco de Tejidos.
Luego, personal entrenado en el quirófano extrae las dos córneas que son llevadas al banco para los análisis de viabilidad y calidad.
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Allí se revisa “la claridad corneal, que no tenga ningún defecto epitelial, vamos a mirar el corte de la esclera, vamos a mirar si hay arco senil o si hay alguna opacidad corneal”, indica Liliana Pardo, técnica operativa del Banco de Tejidos.
Consuelo Forero, profesional operativa del Banco de Tejidos, señala que, “posterior al examen en lámpara de hendidura, la córnea es revisada en un equipo que nos da un parámetro de celularidad y también mide el espesor o grosor de esa córnea”.
“Cuando la córnea cumple, nuestro director médico oftalmólogo da la aprobación del tejido, pasa también por calidad, dirección científica y se encuentra liberada para ser enviada a trasplante”, dice la bacterióloga Malagón.
“Ese proceso debe durar, inmediatamente llega, máximo 24 horas porque debemos hacer todo muy rápido; además, nosotros como banco tenemos altos estándares de calidad y seguridad, entonces se corren también pruebas de infecciones al donante y también control microbiológico”, agrega.
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Además, un equipo especial de transporte siempre garantiza que se conserve la cadena de frío hasta que se extraiga del recipiente para trasplantarla al paciente.
El doctor Camacho hace un llamado “de conciencia en la población sobre la importancia y necesidad de que deje en vida su voluntad, no solo de donar córneas, de donar otros tejidos que tanto se requieren. Hoy la medicina utiliza estas tecnologías y contribuyen no tanto a salvar la vida, pero sí a mejorar la calidad de vida de un paciente recuperando su visión”.
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Recuerde que al morir usted también puede donar tejidos como piel, hueso y córneas.