Las reacciones adversas a lasvacunas contra el COVID-19 suelen ser muy comunes.
“Generan algún tipo de reacción adversa hasta de un 60% de las personas, no significa que el que no haga una reacción adversa la vacuna no funcionó”, dijo Christian José Pallares, médico epidemiólogo de las universidades Javeriana y El Bosque.
Uno de los efectos recientemente descritos se bautizó como brazo COVID, asociado a las vacunas de RNA mensajero, es decir, Pfizer y Moderna.
“Se caracteriza porque, más o menos en los primeros siete días después de la aplicación, aparece una roncha roja y dura alrededor del sitio de la aplicación, mucho edema, mucho eritema y mucha induración aquí después de la aplicación”, explicó el médico.
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Según varios reportes, este efecto secundario por la aplicación de la vacuna contra el COVID-19 se presenta en menos del 50% de las personas y desaparece espontáneamente.
“Esta reacción puede durar más o menos unas dos semanas, se controla con medios físicos, compresas frías y también se puede tomar algo para la analgesia”, indicó el epidemiólogo.
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Por lo tanto, no hay razón para alarmarse, pues, como con todas las vacunas, este es solo un síntoma que se suma a otros, como fiebre, malestar general y dolor de cabeza, y no tiene consecuencias a largo plazo.
Asimismo, los especialistas insisten en la vacunación contra el COVID-19 para contrarrestar este coronavirus.