El aislamiento preventivo obligatorio y generalizado como el que ya vivió el país es una medida extrema que busca disminuir la velocidad de propagación del virus y así ganar tiempo para que, tanto los gobiernos como sistemas de salud, empresas e individuos se preparen.
“Sin embargo, si las medidas de aislamiento se prologan demasiado en el tiempo la gente se cansa, los recursos económicos se agotan y, entonces, no es posible sostener el aislamiento de forma efectiva. El aislamiento tan solo es efectivo en la medida en que las personas podamos cumplirlo de forma estricta”, explica Javier Narváez, médico salubrista y epidemiólogo.
Otra opción con poca evidencia es el aislamiento selectivo; ya sea, por ejemplo, por áreas geográficas, actividad económica o edad. Una decisión que debe ser basada en datos.
“Depende de qué tanto las personas sean juiciosas con esta estrategia y no se rebusquen la forma de hacerle el quite a la norma. También, de qué otras medidas acompañen el aislamiento. Por ejemplo, la vigilancia intensificada y seguimiento de contactos”, dice Narváez.
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El aislamiento obligatorio ya sea generalizado por poco tiempo o selectivo se convierten en una medida de emergencia ante el colapso del sistema y la falta de colaboración ciudadana.
“Si hiciéramos adecuado uso de tapabocas, limpieza de contactos, lavado de manos y cordón sanitario, o sea aislamiento a las personas, no necesitaríamos cuarentena, pero no lo estamos haciendo bien”, dice el médico salubrista Luis Jorge Hernández.
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Lo claro es que el aislamiento por sí solo o a largo plazo no es la solución viable.
“Antes de esa medida hay que tomar otras y recuerden que esas son la sumatoria de 3 puntos importantes: autocuidado, que es el granito de arena que hacemos cada uno de nosotros para quitarle la velocidad al virus, las acciones colectivas y los lineamientos nacionales y municipales como aislamiento obligatorio”, enfatiza el doctor Carlos Álvarez.
Por otra parte, las unidades de cuidado intensivo tampoco son la única salida. Así haya disponibilidad, nadie quiere llegar a pelearse la vida con un respirador, por eso la mejor opción seguirá siendo no infectarse.