Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Noticias Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Publicidad

Así se vive con la pérdida del gusto y del olfato por el COVID-19

Para muchos, el virus no termina cuando se resuelve la infección aguda. Hasta 80% de los pacientes presenta estas alteraciones que pueden prolongarse en el tiempo.

Así se vive con la pérdida del gusto y del olfato por el COVID-19

Juanita tuvo COVID-19 en diciembre del año 2020. Fue un cuadro leve en el que presentó fiebre, malestar, congestión nasal y alteración del gusto y del olfato. Rápidamente, la mayoría de los síntomas desaparecieron, excepto los relacionados con su incapacidad para sentir sabores y olores. Hoy, más de un año después, dice algo que es como de no creer: “Ya no recuerdo bien a qué sabe una pizza o la carne de hamburguesa”.

Como ella, 80% de quienes han tenido COVID-19 presentan alguna alteración de estos dos sentidos que están estrechamente relacionados. El otorrinolaringólogo José David Reyes explica que aún no se ha establecido si hay factores que predispongan a esta sintomatología. "Ha sido tanto en mujeres como en hombres y tanto en pacientes que han requerido intubación como en pacientes ambulatorios", comenta.

Así que la anosmia (pérdida del olfato) y la ageusia (pérdida del gusto) aún son materia de estudio y aspectos, como sus causas, siguen siendo un misterio. Lo cierto es que quienes presentan estas molestias no deben acostumbrarse a ellas. Resignarse altera la calidad de vida, la cotidianidad familiar y social, como cuenta Juanita: “Es difícil, uno le pierde valor a la comida, para mí, ya no es tan importante comer, ya no es de mi agrado. Si me invitan a comer, yo ya no quiero salir”.

Además, actividades como cocinar perdieron la magia. Dice que, al no percibir bien el sabor ni el olor, todo lo que prepara queda feo, al menos eso le dicen los demás y, como si fuera poco, en una ocasión, su comida se estaba quemando en la estufa y fueron los vecinos los que la alertaron de la situación, porque ella no percibió el olor a quemado.

Publicidad

Mientras que algunos recuperan el gusto y el olfato de manera espontánea con el paso de unos días, otros como Juanita continúan con muy poca mejoría. En esos casos, el doctor Reyes asegura que es necesario empezar manejo médico.

“Nos estamos enfocando en hacer un tratamiento para inflamación, basados en corticoides, basados en antihistamínicos y basados en lavados nasales, que son los que nos permiten, poco a poco, ir desinflamando esa mucosa respiratoria y que permita que el aire nuevamente fluya hasta el área olfatoria y se empiece a recuperar”, explica.

Publicidad

Al tratamiento médico, puede ser necesario sumar manejo psicológico e incluso con algo que han llamado entrenamiento olfativo, es decir, una serie de actividades para aprender y poder reconocer nuevamente los olores.

Sobre el tema, el doctor Reyes señala que “la terapia básicamente consiste en cuatro fragancias que pueden llegar a estimular con fuerza la mucosa olfatoria".

"Se les pide que hagan un estímulo alrededor de tres a cuatro veces al día, en donde, desde el primer día de estímulo, ellos van realizando como un test escrito de qué tanto logran percibir el olor, lo que permite, al final del tratamiento, que tiene una duración de aproximadamente tres meses, poder llevar como una evolución del problema y se ha notado que hay pacientes, desde el mes o mes y medio, que automáticamente empiezan a presentar una mejoría en la percepción de esos olores”, afirma.

La buena noticia es que todo parece indicar que el daño no es permanente y, aunque algunos tarden meses, tarde o temprano, se recuperarán.

Publicidad

Juanita y el doctor Reyes coinciden en que no se debe recurrir a fórmulas caseras. Ella probó más de una alternativa que vio en redes sociales, pero ninguna funcionó. Por su parte, el otorrinolaringólogo cuenta que a su consulta han llegado con mayores daños, debido a estas fórmulas populares que terminan empeorando la inflamación y el problema.

Sin duda, es un tema de calidad de vida, por eso, una consulta y un seguimiento temprano pueden hacer la diferencia. Juanita continuará en su tratamiento y con la esperanza de pronto volver a disfrutar de nuevos y viejos olores y sabores. Y, con entusiasmo, dice: “No pierdo la fe de que en algún momento me vuelva y hacer una fiesta”.

Publicidad

  • Publicidad