Uno de los posibles efectos de la vacuna COVID-19 que se investigan en la actualidad es si tiene o no relación con irregularidades en el ciclo menstrual.
“Lo que se ha reportado en algunas encuestas no tiene un efecto de causalidad, o sea, que no tenemos certeza de que sea la vacuna la que induzca estos efectos”, señala el ginecólogo Ricardo Rueda Sáenz.
Hasta el momento, hay reportes de mujeres en diferentes países que aseguran haber tenido sangrado más abundante, periodo más largo y retrasos en el ciclo menstrual, después de haber recibido la vacuna COVID-19.
“Los sangrados anormales son absolutamente transitorios, no necesariamente son causados por la vacuna, pero los reportes han dicho que estos no duran más de dos meses”, explica el médico.
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Sin embargo, hay hipótesis sobre las razones por las cuales esto podría presentarse.
“El endometrio, que es la membrana que forma el útero por dentro y la que se desprende en forma de sangrado menstrual, está llena de células de defensa y, como las vacunas inducen a las células de defensa a producir anticuerpos, esto podría, en teoría, explicar el por qué se producen algunas anomalías en la función menstrual de las mujeres, pero eso no se ha comprobado”, afirma.
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Incluso, también se podría atribuir a factores como estrés por recibir la vacuna COVID-19 y asociado a la desinformación.
“Desinformación acerca de la vacuna que hace que los niveles de estrés estén incrementados y que hace que una persona que se va a vacunar tenga un montón de interrogantes como ‘¿esta vacuna qué va a producir en mi cuerpo?, etcétera, y eso sí afecta la función menstrual de la mujer”, sostiene el doctor Sáenz.
Mientras avanzan las investigaciones sobre el tema, la recomendación sigue siendo aplicarse la vacuna COVID-19.