Colombia poco a poco empieza a presentar cambios importantes entorno a la pandemia del COVID-19. Después de 26 meses, dejó de regir el uso obligatorio del tapabocas en espacios cerrados , una medida que de inmediato se sintió en las calles de 12 capitales colombianas.
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Sin embargo, algunos prefieren seguir con el uso de la mascarilla. "De todas maneras debemos seguirnos cuidando, uno sabe que el mal todavía está, no se ha ido", señaló Ariel Gamboa, un transeúnte que se disponía a tomar un bus en el centro de Bogotá.
A propósito, el uso del tapabocas sigue siendo obligatorio en el transporte público, en hogares geriátricos, en espacios de poca ventilación, entre otros lugares.
En el segundo día de la medida que flexibiliza los cuidados, hay también ciudadanos que celebraron la decisión y vieron con buenos ojos el principio del fin de esta pandemia.
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"Es genial. Hoy pudimos respirar sin ese tapabocas y pasear a la luz del sol al fin. Superchévere poder ver la cara de la gente, cómo lo atienden a uno, las expresiones faciales otra vez se vuelven a recuperar", señaló Johan Monroy, un padre de familia que se encontraba con toda su familia a las afueras de un centro comercial en el occidente de Bogotá.
En todo caso, el Gobierno nacional seguirá evaluando la decisión para establecer si debe haber cambios en caso de ser necesario. el viceministro de Salud, Germán Escobar, explicó que "están monitorizando las nuevas variantes y los nuevos linajes" y que tomarán medidas oportunas en cualquier momento.
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Para una gran mayoría, estar sin tapabocas es el regreso paulatino a la vieja normalidad. Para otros es un desafío que, en medio del miedo por el virus, se ha convertido en una decisión de usar o no, uno de los elementos más efectivos que por 2 años contuvo los contagios con COVID-19.