El presidente Gustavo Petro le confió con un decreto a su esposa,Verónica Alcocer, el rango de embajadora en misión especial para asistir al funeral de la reina Isabel II, en Londres; la asamblea de la ONU, en Estados Unidos y las exequias del asesinado primer ministro Shinzo Abe, en Japón.
Los cuestionamientos de los expertos se basan en, que según la Constitución, la primera dama como gestora social no desempeña un cargo público, ni tiene la calidad de servidora pública, por lo cual, se convertiría en una práctica inconstitucional si pasa de lo esporádico, a una práctica sistemática.
“Si de manera definitiva la primera dama va a empezar a asumir funciones de política exterior esto va en contra de la Constitución, que reza de manera muy clara que la única persona que se encarga de política exterior es el presidente y el ministro de Relaciones Exteriores”, señala Mauricio Jaramillo, internacionalista.
La Presidencia de la República explicó que no es la primera vez que una primera dama tiene una comisión como esta. La exprimera dama María Juliana Ruíz fue comisionada 13 veces, María Clemencia de Santos 10 veces y Lina María Moreno de Uribe en más de 5 ocasiones. Sin embargo, expertos plantean que precisamente en campaña se prometió austeridad y cambio en este tipo de prácticas.
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“Han salido a defender esta práctica porque se venía haciendo o se hace de siempre en otros gobiernos, lo cual resulta reprochable y se manda un mensaje político negativo porque nosotros habíamos pensado que se iba a enaltecer la labor diplomática, cosa que no está ocurriendo”, dice Juan Falkonerth, director del Centro de Estudios de Política Internacional.
Desde la Casa de Nariño también explican que Función Pública emitió un concepto, en 2017, en el que considera viable que el presidente designe como embajador extraordinario en misión especial a un particular de su confianza para que presten servicios especializados y no encontró inhabilidad para que lo haga la primera dama. Otro planteamiento es que si Verónica Alcocer va a asumir las funciones, se hable con claridad al respecto.
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“Pues tienen que presentar cuál es la misión, la visión y también los presupuestos que ese cargo va a tener de aquí en adelante para que los colombianos sepamos a ciencia cierta cuáles son sus funciones y su costo”, manifiesta Pedro Viveros, analista político deBlu radio.
Pero esta designación no es la única polémica alrededor de la primera dama, otra es la nacionalidad colombiana otorgada a Eva Ferrer, española y mejor amiga de Verónica Alcocer, y quien posteriormente fue nombrada consejera presidencial para la niñez, pero además es quien acompaña a la primera dama en sus viajes.
“Sorpresiva y rápidamente fue nacionalizada como colombiana. Dejan clarísimo que se ha vuelto una práctica política entregar responsabilidades a personas que no son funcionarios públicos y que no tienen las cualificaciones profesionales y académicas para ejercer labores de Cancillería y relaciones exteriores”, agrega Carlos Arias, analista político.
Hasta el momento, la primera dama no ha respondido a las críticas y ha sido el presidente Petro quien ha defendido la designación.
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