En una carta enviada al presidente Gustavo Petro, y a los presidentes de la Cámara de Representantes y del Senado, David Racero y Roy Barreras, respectivamente, el exjefe paramilitarSalvatore Mancuso les pidió que se convoque a una audiencia pública en el Congreso de la República que incluya a quienes participaron en negociaciones con el Estado para que se conozcan los aciertos y los fracasos de procesos anteriores, pues considera que el tema no se puede quedar únicamente en manos del comisionado para la paz, Danilo Rueda.
La carta de Mancuso a Petro consta de tres puntos. En el primero, indica que el alto comisionado para la paz, Danilo Rueda, está haciendo lo mismo que gobiernos anteriores y que las suspensiones de órdenes de captura de aquel entonces aplican de la misma manera para la figura de gestor de paz o facilitador. Si es lo mismo, señala la carta, “estamos frente a un entrampamiento, porque eso fue lo que sucedió con el gobierno de Álvaro Uribe”.
Dice Mancuso que “desmovilizan las organizaciones armadas para luego dejarlas a merced de la inseguridad jurídica y física, la extradición y el gatillo de los enemigos y verdugos de la paz”.
En el segundo ítem asegura que los acuerdos de paz no se han implementado y que se está desconociendo otro grupo armado como las AUC, el cual propició el surgimiento del Clan de Golfo y de otras organizaciones que operan en todo el territorio nacional.
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Termina su carta diciendo: "al señor presidente de la República le expresé todo nuestro interés de acompañar ese proceso y recibí de manera pública su beneplácito. Sin embargo, en la práctica todo se ha quedado frenado en el ensimismamiento del comisionado de paz, que las únicas voces que escucha son las de los asesores de las FARC y, al parecer, desconoce que los rearmados de las autodefensas hoy generan más del doble de la violencia que las disidencias de las FARC y el ELN juntos”.
Esta es la carta que Salvatore Mancuso envió al presidente Gustavo Petro:
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El tribunal de justicia y paz le otorgó libertad condicional al exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, quien pagó su pena en Estados Unidos y está a la espera de ser deportado a Colombia.
El beneficio se le otorgó por un periodo de cuatro años tras acogerse a la justicia transicional y, supuestamente, aportar la verdad de lo ocurrido en la guerra. La medida se hará efectiva cuando llegue al país.