En medio de una reunión con representantes indígenas en el marco del Día Internacional de los Pueblos, el presidente Gustavo Petro hizo una reflexión sobre el peligro del poder mal manejado y lo comparó con “una droga” que puede generar adicción.
“La gente con poder quiere seguir teniéndolo, el poder te deforma la realidad, eso no es si no meterse al Palacio de Nariño y ya verán ustedes cómo se experimenta esa droga”, manifestó.
Dijo que incluso “es una trampa, porque cuando entra el presidente y cree que es un rey y entonces su mundo es eso, de sentarse en esas sillas doradas (…) lo están engañando”.
Además, recalcó que el “el poder real está es fuera de Palacio”.
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En esa metáfora entre el poder y la droga lanzó una frase que no dejó de causar sospechas sobre a quién se refería: “Los que ostentan el poder empiezan a transformar y engolosinan al presidente con la sillas doradas, con la ‘droga’, entonces salen llorando cuando les toca abandonar el Palacio de Nariño, es horrible”.
La declaración fue celebrada con aplausos por parte del público.
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Puntualizó Petro que “nosotros no podemos caer en esa droga, ahí si nos acabamos, nos fregamos. Nos toca asumir un poder real”.