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¿Qué repercusiones podría tener para Colombia si no asistiera a la investidura de Nicolás Maduro?

En Colombia sigue la polémica por la posible asistencia del embajador en Caracas a la investidura de Nicolás Maduro. Expertos analizan los efectos en el comercio y, por supuesto, en la paz total.

El próximo 10 de enero está prevista la investidura del presidente electo de Venezuela en el Palacio de Miraflores, en Caracas, tras las cuestionadas elecciones del 28 de julio de 2024.

La polémica en Colombia se mantiene luego de que se diera a conocer que un representante del Gobierno iría a la investidura de Nicolás Maduro, posiblemente el embajador en Caracas. Sobre la asistencia o no del presidente Gustavo Petro aún no hay nada confirmado.

(Lea también: Régimen de Maduro ofrece recompensa de 100.000 dólares por Edmundo González )

Expertos analizan qué tan conveniente es para Colombia asistir a la posesión presidencial de Maduro y qué posibles repercusiones podría tener el no hacerlo.

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Ronald Rodríguez, investigador Observatorio de Venezuela, explica: “Hay que mantener la relación. Otra cosa es la simpatía política que pueda llegar a tener el Gobierno del presidente Gustavo Petro con el régimen de Nicolás Maduro”.

Por su parte, el politólogo Pablo Quintero señala que “un aislamiento o, como se vivió, un rompimiento de relaciones diplomáticas y consulares afectan directamente a los colombianos en Venezuela y viceversa, entonces yo creo que estas cosas se están considerando, por supuesto”.

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Se deben mantener las relaciones con el régimen de Nicolás Maduro, dicen los expertos que consideran que el costo de no asistir a su inminente posesión este 10 de enero sería muy alto en materia de relaciones diplomáticas, servicios consulares para millones de ciudadanos, procesos de la paz total que avanzan en territorio venezolano, y la actividad comercial entre los dos países.

“El acceso a esos productos ayuda a la población venezolana que tiene problemas estructurales en acceso a bienes y servicios. Por ejemplo, hay niños, niñas y adolescentes que vienen a estudiar a Colombia, porque el sistema educativo venezolano está colapsado, pero también es la dinámica de mantener la frontera habilitada”, complementa Rodríguez.

¿Cómo se diferencia esa delgada línea entre lo que es la complacencia con el régimen y evitar este tipo de daños?

Rodríguez asegura que “eso es básicamente alta diplomacia. Lamentablemente, el discurso o las formas del presidente Petro no ayudan mucho en esa dirección, lo ha manejado un poco mejor el canciller Murillo”.

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El canciller Luis Gilberto Murillo ha explicado que hay una línea de recomendación técnica que sugiere que, por tener una relación diplomática, un representante del Gobierno colombiano debe asistir al acto de posesión, pero que esto no implica un reconocimiento de la elección de Nicolás Maduro.

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