Una tormenta política desató la presentación del proyecto de reforma a la salud en el Congreso de la República
para el inicio de sus debates, pues dos de las bancadas de coalición ya habían decidido alejarse de la propuesta, pero sus representantes firmaron la ponencia. No descartan tomar medidas y ratificar su posición de desacuerdo.
Pasadas las cinco de la tarde de este viernes 31 de marzo, y solo días antes de iniciar la semana mayor, llegó a la Secretaría de la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes la ponencia del proyecto de ley de reforma a la salud, un texto de 576 páginas apoyado aparentemente por seis de los nueve ponentes.
Dos de las firmas corresponden a los representantes de los partidos de La U y Conservador, bancadas que ya habían retirado su apoyo al proyecto, una decisión que había dejado a la reforma en cuidados intensivos.
Pero las firmas no solo revivieron la ponencia, sino que también generaron revuelo en la dirección de las bancadas. Desde el partido de La U no descartan que el Comité de Ética tome medidas tras escuchar los argumentos de su ponente, y desde el Conservador aseguran que las firmas no ratifican el apoyo.
“Espero que sea en el escenario natural de la bancada en el que él sustente las razones por las cuales tomó esa decisión”, dijo Víctor Manuel Salcedo, vocero del partido de La U.
“La posición del partido es mantener las líneas azules, no nos moveremos un milímetro”, afirmó por su parte Juan Carlos Wills, vocero del partido Conservador.
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Mientras los conservadores se alistan para estudiar con lupa la ponencia el próximo 11 de abril, el representante y ponente de esta bancada justificó su firma: "No estoy para defender los intereses de las personas que han vivido del negocio de la salud, ese es el interés. Asumo lo que haya que asumir", dijo Gerardo Yepes.
En la ponencia se ratifica el fortalecimiento de la atención primaria y el manejo de los recursos por parte del Estado. También se establece que las EPS se mantengan solo por dos años como ahora y, tras ese periodo, se transformen en gestoras que articulen la red de prestación, pero sin manejar recursos, pues los fondos regionales de la ADRES tendrán esa labor de administrar y pagar a clínicas y hospitales.
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"Como los ponentes nos poníamos de acuerdo para tratar de plasmar los acuerdos, y todo lo que se ha dicho es parte de los acuerdos", expresó Alfredo Mondragón, representante por el Pacto Histórico.
Este es solo el primer peldaño de ocho que deberá cursar el proyecto, en Cámara y Senado, antes de la sanción presidencial que la convertiría en ley de la República.