En este documento de 154 páginas están consignadas las evidencias que llevaron a la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia a acusar a la excongresista del Centro Democrático Tatiana Cabello Flórez por presunta corrupción. Según el expediente, en poder de la Unidad Investigativa de este noticiero, entre 2014 y 2017 Cabello les habría exigido parte de su sueldo a varios miembros de su Unidad de Trabajo Legislativo para usarlo como “caja menor” para sus gastos de oficina.
“Con todo, puede colegirse que la procesada Cabello Flórez cometió el delito de concusión. De ello existen suficientes medios suasorios y se afirma, sin temor a equívocos, que existe certeza sobre su configuración”, señaló la Corte.
Al menos cuatro testigos aceptaron que pagaron a regañadientes un porcentaje de su salario a la exrepresentante a la Cámara por Bogotá porque necesitaban el puesto. Conversaciones de WhatsApp, un extenso listado de consignaciones, la trazabilidad de los pagos, muchos de ellos triangulados a las cuentas del conductor de la excongresista, y hasta facturas de los muebles comprados con esa plata hacen parte de las pruebas en poder de la Corte.
“En algunas ocasiones, las acciones se realizaron con el aporte relevante del conductor de la investigada (Hernando Barón Ayala), quien recibía depósitos bancarios provenientes de las víctimas para luego efectuar entregas a la exrepresentante, ya sea mediante otra consignación o con dinero en efectivo”, aseguró el alto tribunal en el documento que llamó a juicio a Cabello Flórez.
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Aunque Tatiana Cabello se declaró inocente, sí reconoció en su indagatoria que recibió al menos 12 millones de pesos de una de sus subalternas, Luisa Fernanda Puerto Vela, pero que ese dinero no fue una exigencia suya sino un aporte voluntario de ella para financiar las marchas de protesta del Centro Democrático contra el gobierno de Juan Manuel Santos en 2017. Una explicación que no creyó la Corte.
En desarrollo de este expediente fue llamado a declarar el expresidente Álvaro Uribe Vélez. La diligencia se llevó a cabo el 21 de septiembre de 2020, cuando Uribe todavía estaba detenido en su finca El Ubérrimo por orden de la Corte Suprema de Justicia. Uribe Vélez estaba muy molesto con esa decisión y así se lo hizo saber al alto tribunal. Primero se quejó de que no lo interrogara el magistrado titular del caso Marco Antonio Rueda, sino su magistrado auxiliar.
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“¿Por qué no está el magistrado titular Rueda?, le preguntó Uribe al magistrado investigador. “Doctor Uribe, fui comisionado para recibir esta declaración por el magistrado ponente”, le contestó. El exmandatario advirtió que dejaría una constancia. Entonces señaló: “A mí me da mucho temor dar esta declaración porque el magistrado Rueda y sus compañeros de la Sala de Instrucción me tienen simplemente como mentiroso. Para ellos todo lo que yo digo o escribo a la Corte es para inducirla a error. Ellos afirman que yo sé de falsedades que envío a la Corte y, además, me señalan de ser responsable de un dolo directo en un acto inexistente”.
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El expresidente se refería a la investigación de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema que concluyó el 4 de agosto de 2020 que había mérito para ordenar su detención domiciliaria por los delitos de fraude procesal y manipulación de testigos. Uribe reiteró en la diligencia que jamás presionó al testigo y exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, como advirtió la Corte en su momento. “Quería dejar esa constancia, por eso temo mucho esta declaración”, sostuvo.
Como a todo testigo que da una declaración bajo juramento, el magistrado auxiliar Carlos Osvaldo de la Espriella le explicó a Uribe que debía decir la verdad en la diligencia y luego le expuso que, de no hacerlo, podía incurrir en el delito de falso testimonio, que tiene penas entre 6 y 12 años de prisión. El expresidente respondió muy bravo: “Yo no soy de credibilidad para la Sala de Instrucción y por eso me extraña que no dé la cara el señor magistrado Rueda”. El magistrado De la Espriella le insistió: “¿Doctor Uribe, comprendió las advertencias que se le han hecho?”. El expresidente contestó: “Siempre las comprendo y en el caso mío es un anuncio de condena cuando viene de la Sala de Instrucción”.
El magistrado investigador le preguntó a Uribe algunos datos personales de rutina para que quedaran registrados en el video de la diligencia. Uribe Vélez se incomodó más. “¿Lugar actual de residencia?”, interrogó el magistrado. “Estoy injustamente privado de la libertad en una detención domiciliaria en el predio El Ubérrimo en el sabanal Montería”. “Indíquele a la corporación cuál es su correo electrónico”. Uribe añadió: “Por donde me escribieron ustedes, pero yo poco reviso mi correo electrónico, ustedes lo tienen y no me gusta recibir nada de la Sala de Instrucción porque estoy sumamente ofendido. Las notificaciones las pueden hacer a mis abogados”.
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En ese instante se conectó a la diligencia la procuradora del caso María Lourdes Hernández y el expresidente volvió a mostrar su molestia con la Corte. Particularmente con los magistrados Marco Antonio Rueda y César Augusto Reyes, a quienes mencionó una y otra vez durante su testimonio. Reyes fue el investigador de su proceso judicial.
“Lo que le voy a decir lo repito ahora que llegó la señora procuradora: lo digo con mucho temor porque yo soy, según la Sala de Instrucción, un mentiroso que todo lo que digo o escribo es para inducir a la Sala de Instrucción a engaño y así lo afirma el magistrado Reyes y el magistrado Rueda, que me extraña que no dé la cara para recibir este testimonio”, dijo Uribe.
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Después de responder algunas preguntas sobre cómo se enteró de las denuncias contra la excongresista Cabello, Uribe añadió que una de las denunciantes le contó lo ocurrido y que en esa reunión él estaba con varios de sus asesores, quienes podían corroborar esa información. Y, de nuevo, la emprendió contra el alto tribunal.
“Yo tengo reuniones en presencia de muchas personas, no puedo decirle, pero si ellos lo confirman es porque es verdad, porque son personas creíbles, a ellos sí aspiro a que les crea la Corte, que ustedes, el magistrado Rueda y compañía no creen nada de lo que yo digo”.
Para corroborar cierta información en el expediente de Tatiana Cabello, el magistrado investigador le pidió al expresidente algunas precisiones en su relato. Uribe le respondió así: “Cualquier respuesta mía sobre ese tema sería imprecisa, además de mi temor porque los magistrados de la Sala de Instrucción me tienen a mí es como un bandido mentiroso”.
La diligencia se fue volviendo más y más tensa. Hasta que Álvaro Uribe remató con esta confesión: “Yo vivo muy resentido, muy dolido, del tratamiento de bandido que me ha dado el magistrado César Reyes y por eso me extrañó que esta entrevista no la reciba el magistrado titular Rueda, porque quería dejar esa constancia ante los ojos y los oídos de él. Vivo muy resentido de que yo hubiera tenido que perder el Senado de la República, donde yo he sido totalmente honorable”.
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El expresidente Uribe ha criticado ácidamente a la Corte Suprema de Justicia en múltiples entrevistas en medios de comunicación. Pero esta es la primera vez que deja constancia de ello en una diligencia judicial y ante el mismo tribunal que ordenó su detención hace exactamente un año.