Juan Manuel Santos, expresidente de Colombia y ganador del nobel con el que la extinta guerrilla de las FARC firmó los acuerdos de paz hace 8 años, habló con Juan Roberto Vargas, director de Noticias Caracol, sobre la situación actual de Colombia y de Latinoamérica.
Esta es la entrevista completa con el Nobel de Paz:
¿Qué opina de las actitudes del presidente Gustavo Petro?
Espero que nuestras instituciones sean lo suficientemente fuertes para no permitir que ese tipo de ataques vayan a afectar la institucionalidad del país. Sí hace daño porque si se taladra y se taladra, algo queda de esa insistencia. Por ejemplo, lo de la Registraduría me parece muy traído de los cabellos. Afortunadamente, todos los exprocuradores salieron a decir que eso no tiene ningún sentido.
Las elecciones en Colombia fueron siempre respetadas, aquí nadie está diciendo que hubo fraudes, esa legitimidad es parte de los activos de la democracia. El presidente ganó, fue elegido alcalde. A menos que esté queriendo controlar el poder electoral para alguna marrulla, pero afortunadamente las instituciones son fuertes para no permitirlo.
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Las autocracias tienen unas recetas preestablecidas: llegan al poder usando la vía democrática, pero comienzan a socavar las instituciones, a debilitar el poder judicial, a debilitar el poder legislativo, a debilitar la prensa, a apropiarse del sistema electoral y entonces así se quedan. No estoy acusando al presidente Petro, pero algunas de las actitudes pueden interpretarse en esa dirección. Repito, no va a poder, si esa es su intención, no va a poder.
¿Álvaro Uribe o Gustavo Petro?
En mi caso, ninguno de los dos porque se fueron a los extremos, se radicalizaron, y hace poco salió un artículo en El País de España, los trinos que se cruzan con odio personal, con unos ataques personales, ¿y eso qué hace? Ellos tienen muchos seguidores. Eso fomenta el odio en la gente, fomenta la polarización, le da leña al fuego de la polarización, y la polarización lo que hace es volver las democracias inoperantes. Entonces yo añoraría que dejaran de pelear en esa forma y se sentaran a tener acuerdos básicos.
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Son muy parecidos: los dos necesitan enemigos para mantenerse políticamente vivos. Entonces, si no los tienen, se los inventan. Pero ambos son peleadores, a ambos les gusta pelear; entonces, se sienten más cómodos peleando el uno contra el otro que sentándose a hacer acuerdos. Yo sé que hacer acuerdos muchas veces es difícil, pero es lo que las democracias necesitan.
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Si un titular dijera ‘El expresidente Juan Manuel Santos dice que Uribe y Petro son los grandes responsables de la polarización que vive Colombia’, ¿es acertado?
Que la están alimentando, sí.
En países como Argentina, El Salvador, están ganando los famosos outsiders. ¿Se puede imponer eso en la campaña que viene?
Estamos sufriendo el efecto de gobernantes que no aprendieron a gobernar, que llegaron a aprender a gobernar. El propio (Iván) Duque no tenía mayor experiencia y mire lo que le entregó a Petro. Y esta izquierda realmente está aprendiendo a gobernar y ha cometido muchísimos errores. Yo espero que en las próximas elecciones la experiencia de quien llegue a gobernar sea un factor que influya mucho en quién va a votar por él.
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Algunos de los que están rondando como precandidatos me recuerdan a Goyeneche. Muchas veces uno en la política tiene que ir en contra de la corriente, tomar decisiones impopulares. Lo que no puede uno hacer es unirse al coro destructivo, y eso es lo que infortunadamente, con las redes sociales pasa. Entonces, entre más grita uno, más insulta, más aplausos tiene. Hay que resistirse a eso, ir en contra de eso, muchas veces es difícil, pero a la larga es lo que sale adelante y lo que conviene.
A mí me dijeron no se meta en el proceso de paz, le va a costar su capital político. Me costó el capital político y me tocó nadar contra la corriente, pero perseverando y teniendo un norte fijo y un norte claro, así es que debe hacerse la política, liderazgo ético y de largo plazo, eso es lo que le falta a Colombia y al mundo, pensar en el largo plazo. Y en este momento en que estamos viviendo esos problemas, seguir tomando decisiones en función de las próximas elecciones nos va a llevar a todos, a Colombia y al mundo, al caos.
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¿Cuáles van a ser los problemas más delicados con los que va a quedar Colombia cuando termine el Gobierno de Petro?
Seguridad, porque infortunadamente no vemos cómo eso se está mejorando. Me preocupa muchísimo el tema de la salud. Ya estamos viendo que mucha gente está diciendo ‘no me dan los medicamentos, no me atienden’, y si eso se vuelve una bola de nieve, pues aquí va a haber un descontento enorme. Y la parte económica, no podemos seguir financiando programas sociales sin tener fuentes de financiación y sin tener algo que es muy importante, no importa si uno es de derecha o de izquierda, que es responsabilidad fiscal.
¿Qué implica la reforma al Sistema General de Participación?
La idea de volver al espíritu de la Constitución del 91 para descentralizar más el país es una buena idea, pero algunas ideas mal ejecutadas pueden ser muy costosas, y no nos digamos mentiras, si no hacen primero la ley que va a determinar cuáles responsabilidades asumen las regiones con esa plata que les va a llegar y cuáles responsabilidades deja de tener el gobierno central, si eso lo dejan para después, tenga la seguridad por razones políticas, de que eso va a ser un desastre, y eso va a ser una bomba nuclear para nuestra estabilidad fiscal, porque cuando aprueben las reformas a las transferencias, el aumento, sujeto a una reforma de las competencias, cuando se discute la reforma de las competencias comienzan las regiones, los alcaldes, los gobernadores, que tienen una gran influencia en el Parlamento a decir ‘no me ponga eso’, pero ya está la reforma. Entonces la ley que salga de ahí va a ser muy endeble y el desequilibrio fiscal que eso genera es fatal para el país.
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¿En Colombia hay petrosantismo?
Eso es como cuando me dicen que yo era de las FARC, que yo era el comandante Santiago. Yo no apoyé a Petro, no voté por él. Lo que le he dicho a Petro es que por favor implemente el proceso de paz, que en eso va a tener todo mi apoyo, y hasta ahí. Pero eso del petrosantismo es porque tal vez hay exministros míos que están trabajando con él.
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Juan Fernando Cristo está haciendo una buena labor porque está tratando de volver a resucitar la implementación del proceso de paz y ha venido avanzando, y ojalá avance como tiene que avanzar y ojalá tenga el respaldo de los demás ministros y del presidente. Pero él no es cuota mía. Nunca mencioné a Cristo ni el presidente me mencionó. Yo fui a decirle (a Petro) ‘ojo con Venezuela’.
¿Dónde deja el resto de mi gobierno? Germán Vargas no es precisamente petrista, el general Naranjo, Mauricio Cárdenas, exministro de Hacienda; María Ángela Holguín. La mayoría de los ministros están, o en la oposición o de presidentes de los gremios. Que algunos estén con Petro es porque tienen capacidades y Petro los reclutó, pero ninguno de ellos es cuota mía. Yo no soy petrista, no seré petrista, apoyaré al presidente, cualquiera que sea, en las cosas buenas y criticaré las cosas malas. Y así lo dije desde el principio.
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¿Qué luces hay y qué sombras hay ocho años después de la firma del acuerdo de paz?
El acuerdo sigue siendo el acuerdo más completo, más ambicioso que se ha negociado hasta ahora. Mantiene un inmenso prestigio internacional. La primera fase del acuerdo de paz,
porque los acuerdos después se dividen en dos: hacer la paz y después construirla, que es mucho más difícil. Lo hicimos en tiempo récord, se cumplió todo lo que llaman el DDR: el desarme, la desmovilización y la reintegración. Eso se cumplió muy bien y ahí comienza la implementación, y ahí es donde hemos fallado, porque infortunadamente tuvimos cuatro años de un Gobierno que hizo muy poco por la implementación: el Gobierno Duque, que estaba inclusive en contra del acuerdo de paz y eso fue parte de su bandera política; y dos años del presidente Petro, que infortunadamente tampoco ha avanzado mucho, no por falta de voluntad política, sino por física incapacidad, falta de organización del Gobierno, de gerencia del Gobierno. Entonces, llevamos seis años en donde la implementación ha avanzado muy poco.
Rodrigo Londoño ha dicho les terminó yendo mejor en el Gobierno Duque que en lo que lleva Petro.
Yo espero que ahora, con lo que se ha anunciado en estas últimas semanas, con la llegada del ministro Cristo, que llegó a poner cierto orden, visibilizó otra vez la implementación del proceso y está haciendo un inmenso esfuerzo para implementarlo, si recibe el apoyo y es capaz de articular el resto del Gobierno, ojalá se pueda avanzar de aquí a que termine el Gobierno en la implementación, porque es que la implementación lo que hace es beneficiar a Colombia entera. Ahí están los problemas que Colombia tiene hoy en día. Por ejemplo, el problema de seguridad en esas regiones; el tema de las tierras, ahí se ha avanzado muy poco.
Ocho años después, ¿la JEP ha cumplido su cometido?
La JEP ha trabajado muchísimo, pero sí se ha demorado demasiado en producir las sanciones, que es lo que todo el mundo está pidiendo. Y yo espero que más temprano que tarde comience a aplicar las sanciones, que es parte fundamental de la justicia. Ahí creo que se ha demorado. Yo les he pedido muy respetuosamente que no sean maximalistas, como le dije en su momento a los de la Comisión de la Verdad. Que no busquen la verdad absoluta de lo que pasó en 50 años de guerra porque eso es imposible. En estos acuerdos lo que hay que buscar es suficiente verdad o suficiente justicia. Mucha gente va a quedar descontenta, pero siendo maximalistas de pronto nos quedamos sin el pan y sin el queso. Muchas de las víctimas con las que yo hablaba permanentemente me decían ‘yo no quiero que me den plata. ¿Cuánto vale mi papá? ¿Cuánto vale mi hijo o mi hija? Yo quiero es que me digan la verdad, por qué lo hicieron, que reconozcan. Para eso es la justicia transicional.
¿Algún día se podrá cerrar la herida en Colombia?
Yo creo que sí. Toda herida puede cerrarse si hay ánimo de reconciliación.
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¿Le ve pies y cabeza a la paz total que está promoviendo el Gobierno de Petro?
No hubo planeación, se echaron al agua sin saber nadar. Entonces, por ejemplo, ese señor Danilo Rueda, primer comisionado, no tuvo ningún problema en permitirles a las disidencias de las FARC que se llamaran Estado Mayor de las FARC y darles ese reconocimiento. Y mire cómo han crecido esos miembros de las disidencias. Y además, por ejemplo, en el caso nuestro nosotros no aceptamos cese al fuego. Dijimos ‘habrá cese al fuego cuando tengamos acuerdos y nada está acordado hasta que todo esté acordado’, y eso funcionó. Ahora lo que han hecho es cese al fuego sin negociarlo, inclusive de cómo se va a verificar, y eso ha sido aprovechado por estos grupos para incrementar su control territorial porque lo que están buscando es control del territorio para tener sus negocios que son mafias.
¿El orden público está desbordado, expresidente Juan Manuel Santos?
Está en serios problemas porque hemos perdido el control del territorio en muchos municipios, las Naciones Unidas hizo un informe hace unas semanas y dijo que hay más de 400 municipios donde el control del territorio lo está perdiendo el Estado.
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¿Cómo ve a las FF. MM. frente a la paz total?
Uno tiene que tener una política de seguridad, que es lo que también ha faltado. Una política integral de seguridad, no una cosa aquí y otra allá, es una política de seguridad que les dé a las Fuerzas Armadas una guía, una visión. Ellos tienen que saber qué tienen que hacer y para dónde tienen que ir. Hoy están bastante confundidos porque les dicen que hay cese al fuego, pero entonces los otros vienen y les hacen un ataque. Hay una gran confusión.
Juan Manuel Santos fue nombrado presidente de los Elders, ¿qué son?
Somos un grupo pequeño, doce, que creó Nelson Mandela en 2007, y lo creó con unas personalidades que representaban el mundo entero, con experiencia para trabajar por la paz, para trabajar por un planeta sostenible, por la defensa de los derechos humanos.
Nosotros hemos identificado cuatro riesgos existenciales para el mundo: el primero es el cambio climático, el segundo es la posibilidad de una guerra nuclear, el tercero son las pandemias, porque se viene otra pandemia, y el cuarto riesgo existencial lo hemos identificado como la inteligencia artificial. Estamos trabajando sobre esos cuatro riesgos para mitigarlos.
El riesgo nuclear se ha incrementado geométricamente. Lo que estamos viendo es que inclusive Rusia ya amenazó con usar sus armas nucleares. Pero no solamente eso, sino que el arsenal se ha venido incrementando y sobre todo, la tecnología para lanzar las bombas nucleares se ha incrementado también en forma impresionante. Entonces, el riesgo de un incidente nuclear se ha aumentado.
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¿Y lo que está pasando en Medio Oriente?
Esta acusación de la Corte Penal Internacional contra (Benjamin) Netanyahu, yo espero, tal vez pensando con el deseo, que eso acelere un cese al fuego y que se puedan sentar a negociar.
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¿Qué frente abre la llegada de Donald Trump con este escenario que Juan Manuel Santos describe?
Para nadie es un secreto que Trump no cree en el cambio climático, se retiró del Convenio de París y dice que se va a volver a retirar, ojalá no lo haga. En materia de pandemias nombró a un ministro antivacunas. En materia de guerra nuclear no sé si tenga la visión, por ejemplo, que tuvo el presidente (John F.) Kennedy de coger el teléfono y hablar con (Vladimir) Putin y hablar con el premier chino y decir ‘sentémonos a negociar un nuevo acuerdo para reducir el riesgo nuclear’. Ese es el tipo de liderazgo que el mundo necesita ver, un liderazgo audaz que piense en el largo plazo.
¿Cómo ve Juan Manuel Santos a América Latina?
Mal, infortunadamente. Yo, en mi vida, nunca había visto a América Latina tan desintegrada. Usted ve a Ecuador que no se habla con México, Argentina no se habla con Brasil, Colombia no se habla con Perú. Entonces estamos muy desintegrados, en un momento donde si estuviéramos unidos tendríamos una capacidad de influir en el mundo como nunca la hemos tenido por lo que está sucediendo; por ejemplo, en materia de cambio climático, biodiversidad y en energías alternativas, América Latina tiene un inmenso potencial. Tenemos los minerales necesarios para la transición energética, pero si no nos unimos para hablar como una región en una sola voz, no vamos a ninguna parte.
¿Qué viene para Venezuela, con un régimen que dice ‘a mí no me importa nada’?
Venezuela se está volviendo como Nicaragua. Ahí lo único que veo yo en este momento es que internamente comience a agrietarse el apoyo que tiene (Nicolás) Maduro. Yo no veo infortunadamente, ninguna posibilidad de negociar con él. Él no ha abierto la puerta, todo lo contrario, cualquier negociación la rechaza; entonces, o hay una fractura interna o vamos infortunadamente a tener a Venezuela
como a Nicaragua durante un poco tiempo.
¿Para Juan Manuel Santos ha sido clara la posición del Gobierno Petro frente a Venezuela?
No. Ha sido timorata. Yo se lo dije a Petro, esa negociación que se está queriendo hacer, si se prolonga, se vuelve complicidad con el régimen venezolano, y eso es lo que ha sucedido. Entonces, yo espero que el Gobierno Petro no vaya a reconocer a Maduro cuando Maduro se posesione.
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El mismo Petro ha dicho que exige para el reconocimiento que se presenten las actas. Las actas no se van a presentar. Entonces, ¿qué va a hacer? Espero que no reconozca a Maduro.