La corte mostró sus archivos para revelar a los colombianos los documentos que fueron la base para una Constitución que cumple 30 años.
Los libros se abren para que, por primera vez, un medio de comunicación pudiera ser testigo de cómo fue el inicio de nuestra actual carta de derechos y deberes constitucionales.
El que guía este viaje es Jorge Enrique Ibáñez, quien fuera asesor de la Asamblea Nacional Constituyente y actual magistrado de la Corte Constitucional.
“Hay un acta del 15 de febrero, ya se empiezan a recoger los diferentes proyectos de reforma constitucional que se someten a consideración de la asamblea”, dice el magistrado al abrir el libro.
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Hasta el director técnico de la selección Colombia de fútbol en el momento participó en esta Asamblea Constituyente.
“Un proyecto pequeñito que lo presenta Francisco Maturana, el seleccionador nacional, y que fue presentado en la lista del M-19 y estuvo en la asamblea. Presentó un proyecto de reforma a la Constitución y luego se tuvo que ir para seguir dirigiendo a la selección Colombia”, dice Ibañez.
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Entre los documentos se halla el primer texto de lo que fue la Constitución de 1991, el producto de un arduo trabajo motivado por los jóvenes de la Séptima Papeleta en el documento final.
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“Se hallan las fotografías de todos (…) ya aparece a continuación la referencia sobre los integrantes de cada comisión y la plenaria y la promulgación de la Constitución Política de 1991. Este es el texto completo, a partir de su presentación y su promulgación en esta gaceta es que tuvo vida la Constitución de 1991”, recalca el magistrado.
Para llegar a esta Constitución el camino no fue fácil.
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“Es un propósito que se venía trabajando desde 1974 cuando se propuso para el año 77-78 convocar una Constituyente que lastimosamente terminó en un proceso fallido, porque la Corte Suprema, en un célebre fallo del 5 de mayo de 1978, nos impidió en esa época a todos los jóvenes de 18, 19 años poder participar activamente en un proceso de expedición de una nueva Constitución”, recuerda Ibáñez.
Manuel José Cepeda, quien fuera integrante del gobierno de Virgilio Barco, cuenta cómo se comenzaron a gestar los aires de una nueva Constitución. Explica cómo la Corte Suprema fue determinante para llegar a la Carta Magna.
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“El papel de la Corte Suprema fue crucial porque desde 1988, dos años antes, ya era claro que la Corte Suprema admitía que el pueblo creara una constituyente. No aceptaba que el Gobierno la convocara y que el Congreso la convocará, tenía que ser convocada por el pueblo. Por eso se propuso hacer un plebiscito en 1988 bajo el gobierno de Barco”, expresó Cepeda.
La historia dice que la Registraduría no pudo contar la Séptima Papeleta, por lo que el gobierno convocó al pueblo.
Cepeda subraya cómo para 1990 imperaba el susto de una nueva Constitución, para muchos esto era interpretado como un salto al vacío.
“Hubo una oposición de algunos sectores a la Asamblea Nacional Constituyente. Hoy todo mundo cree que todo mundo estaba de acuerdo, pero eso no fue así, hubo enormes dificultades pero gradualmente, digámoslo, todos se fueron subiendo al bus”, expresó Cepeda.
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Para estos juristas, la Constitución del 91 es flexible y moderna, pero consideran que falta que en muchos aspectos sea desarrollada y divulgada.
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“La protección que le da a los jóvenes es muy generosa, lo que los jóvenes han pedido en las marchas en últimas ya está en la Constitución, pero no ha sido desarrollado todavía”, dice Cepeda.
Para estos juristas, al observar la Constitución creada en 1991, las luchas por el cambio en Colombia valieron la pena.