Jóvenes, madres de familia y desplazados de la violencia no solo tienen que luchar para subsistir sino que todavía están entre el fuego de grupos armados.
José salió corriendo de El Bagre hace más de una década y hoy sigue esperando la casa que le prometieron.
"Ahora me están viniendo 219 mil pesos... ¿y cada cuánto llegan?, cada cuatro meses… ¿y uno que hace con 219 mil pesos para vivir durante cuatro meses? Imagínese ese es el problema, estoy es llevado", dice.
Adicional a esto, en Tarazá hay un tema del que muy pocos se atreven a hablar: la guerra que todavía no los deja.
En esta zona, la guerrilla del ELN, disidencias de las FARC y las bandas se disputan el control del narcotráfico y la minería criminal.
Aquí, el silencio manda. Pobladores dicen que las vacunas que le pagan a los delincuentes ya hacen parte de la canasta familiar.
"Para nadie es un secreto que estamos en este momento en una guerra entre esas bandas que hay y el ELN”, dice Estefan Caravallo, habitante del municipio.
Giovany Ariza es politólogo y profesor de la Universidad de Antioquia. Este estudioso del departamento afirma que en esta zona del país hay un peligroso contubernio para las próximas elecciones.
"Las bandas criminales están tratando de permear el escenario electoral para conseguir políticos afines, porque la situación es tan compleja que los candidatos primero deben pasar por un aval de las bacrim y eso crea un espacio muy conflictivo", asegura.
Según la Misión de Observación Electoral, Tarazá es uno de los municipios con mayor riesgo electoral para las próximas elecciones, y esto ocurre en medio de una petición de inversión social en la localidad.
Updated: febrero 27, 2018 05:33 a. m.