El Bus Colombia de Noticias Caracol llegó a Soacha, Cundinamarca, para acompañar a los habitantes del municipio en la travesía de movilidad
diaria que tienen que hacer para llegar a sus lugares de trabajo y estudio. ¿Hay una deuda histórica con la población en términos de movilidad?
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Las mañanas soachunas están impregnadas, para quienes deben tomar transporte, de una sensación de agobio al saber lo que tendrán que atravesar para llegar a sus destinos.
Los habitantes de Soacha se quejan constantemente de que solo tienen dos opciones para coger transporte público: caminar media hora para llegar a la autopista Sur o esperar 20 minutos un colectivo o transportes piratas.
Acompañamos a Mónica Giraldo, habitante de Altos de la Florida, en su recorrido hacia la sur, el cual dice que le toma hasta 30 minutos.
Así como Mónica, este camino de colinas empinadas y calles polvorientas lo deben recorrer cientos de personas diariamente para poder ir a sus sitios de trabajo.
Quienes toman la decisión de ir en colectivo o carro pirata también viven su calvario, pues estos no son capaces de suplir la demanda del municipio.
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"Después de las seis de la tarde no suben busetas y los carritos se demoran en salir", comentó una de las locales.
Una vez llegan a la autopista comienza un nuevo suplicio, pues el Transmilenio, especialmente en hora pico, no da abasto para tantas personas que necesitan movilizarse.
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Óscar Guevara, uno de los usuarios del Transmilenio en Soacha, dice que es difícil toda esta travesía, pues sin importar la hora el sistema se mantiene lleno.
A este calvario de la movilidad se le suma que el convenio interadministrativo para que los buses de Soacha puedan entrar a Bogotá se vence el próximo 7 de noviembre de 2023 y que, en caso de no continuarse, afectaría a más de 100.000 personas.