La noticia del día en Colombia se produjo en una oficina del norte de Bogotá. Después de años de muy agrios enfrentamientos, rivalidades y polarización, el presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, y el exmandatario Álvaro Uribe se sentaron frente a frente.
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Hablaron del papel del Centro Democrático en el gobierno que comienza y de temas cruciales para el futuro del país.
Fue una reunión cordial, dice Álvaro Uribe, quien le habló con mucho respeto al presidente electo, Gustavo Petro, y lo felicitó por su elección. Dejó claro que, a partir de hoy, las ofensas quedan en el olvido.
“Prudencia, hombre, vamos a construir, yo creo que no hay que pasar ahora facturas, no hay que cobrar cuentas, hay que bregar a construir”, dijo el exmandatario de los colombianos.
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En la nueva relación de estos dos contradictores políticos, Álvaro Uribe le dejó claro a Gustavo Petro que la oposición del Centro Democrático será constructiva.
“Lo que podamos aprobar, lo haremos, sin cálculo, lo haremos gustosos, si hay temas en los cuales puede servir nuestro concepto para una transacción o un acuerdo, bien, y en aquello que tengamos discrepancias, cuente con una oposición razonable”, señaló.
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Sin embargo, no quiere intermediarios en la nueva relación con su viejo enemigo político.
“Yo le dije: ‘Presidente, permítame un canal de diálogo con usted, yo no lo molestaré mucho y será para hablar de estos temas del país, usted es el presidente’”, apuntó Uribe.
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Pero el expresidente también expresó preocupaciones.
“Todo lo que se haga para superar la pobreza, lo apoyaremos. Le dije: ‘Presidente, con el buen cuidado de que no se marchite el sector productivo, que es lo único que da recursos sostenibles’”, afirmó.
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En este diálogo de respeto mutuo, hubo solicitud de parte de Uribe respecto al “perdón social”. “Exclúyame a mí de eso, a mi como expresidente no me luce”, sostuvo.
También respondió a la preocupación de algunos colombianos que hablaron de irse del país si Gustavo Petro llegaba a la Presidencia.
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“No, no se vaya nadie del país, trabajemos, trabajemos y trabajemos de manera alegre para servirle al país”, apuntó.
Y aunque la conversación fue positiva y con invitación para el 7 de agosto, Álvaro Uribe no sabe si podrá acompañar a Gustavo Petro en la imposición de la banda presidencial.
“Si yo no asisto a la posesión, le haré una llamada muy respetuosa al presidente Petro”, expresó.
Queda claro que esta reunión y el apretón de manos, que no quedó registrado, marca el inicio de una nueva era entre dos de los más grandes contradictores políticos de la historia reciente de Colombia.
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