Una polémica se generó por cuenta de la designación que hizo el presidente de Colombia, Gustavo Petro, a la primera dama, Verónica Alcocer, como embajadora en misión especial a El Vaticano en 2023 y que la Procuraduría considera que debe ser declarada nula.
Será la justicia la que deberá decidir el rol de la primera dama. La Procuraduría pidió al Tribunal Administrativo de Cundinamarca que declare la nulidad del decreto con el que el presidente Petro comisionó a su esposa como embajadora en misión especial a Roma para una audiencia con el papa Francisco.
El Ministerio Público reiteró que Verónica Alcocer no es servidora pública y, por tanto, no puede tener comisiones ni viáticos regulados para servidores públicos, lo que pone sobre la mesa que si el rol de la primera dama debería reconocerse en la función pública como un cargo formalmente establecido o eliminarse de forma definitiva.
“Esa doble calidad como cónyuge del primer mandatario y gestora de labores sociales obliga a que se asuma el debate de fondo en Colombia. O se reglamentan sus funciones y se le asigna un rol que pueda estar sujeto a escrutinio y vigilancia o, por el contrario, se define que no podrá intervenir en ningún asunto público. Ese vacío legal es inconveniente e innecesario”, manifestó Hugo Cifuentes, analista.
Son varias las primeras damas que han renunciado a sus proyectos sociales por el llamado a no extralimitarse. En 1995, el expresidente Ernesto Samper designó a su esposa, Jacquin Strouss, como presidenta de la junta directiva del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
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En aquel entonces, el Consejo de Estado declaró nulo el nombramiento, argumentando que la primera dama no ostentaba el carácter de servidora pública. Esto dejó sin efecto la ley Cecilia de 1968, con la que el expresidente Carlos Lleras Restrepo nombró a Cecilia de la Fuente, quien estructuró, presidió y orientó el ICBF.
Felipe Zuleta, próximo a lanzar su libro sobre primeras damas, narró en Mañanas BLU que Lina Moreno de Uribe, esposa del expresidente Álvaro Uribe, define a las primeras damas diciendo que “eso no existe, las primeras damas son ojnis: objetos jurídicos no identificados”.
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Hay quienes dicen que la primera dama, como particular, puede representar al Gobierno en misiones diplomáticas y que no permitirlo limita cualquier actividad profesional, obligándola a renunciar a su propio desarrollo mientras el presidente se encuentra en ejercicio de sus funciones.