Casi dos décadas duró Armel Caracas Viveros militando las antiguas FARC, en el frente 14 del bloque oriental. A siete años de haberse pactado la paz con esta extinta guerrilla, Armel se convirtió en el primer alcalde firmante de paz de Cumaribo, un municipio a 15 horas de viaje y a 757 km de Puerto Carreño, la capital del Vichada.
Gracias a 2.642 votos, Caracas Viveros se convirtió en el nuevo mandatario electo, quien empezará su período el 1 de enero de 2024.
Armel Caracas Viveros espera, por medio del ejemplo, “demostrar que sí se puede. Que con honestidad, con buena gestión y sacrificio sí se puede lograr hacer las cosas”.
El hoy alcalde electo, de 46 años, ha vivido en la legalidad desde su reincorporación en el 2016, tras la firma del acuerdo de paz entre la extinta guerrilla de las FARC y el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos. En Cumaribo ha luchado contra la estigmatización de los firmantes.
Al recordar los últimos años, concluye que “nosotros que firmamos el acuerdo sí le hemos cumplido al país, que a pesar de la estigmatización tan grande que se ha presentado y que ha llevado más de 402 compañeros asesinados, nosotros seguimos apostando a la democracia”.
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Cumaribo es un pueblo olvidado por el Estado, no tiene vías pavimentadas, el internet es inestable y su puesto de salud es precario, esos son sus principales retos, reconoce este firmante de paz.
Dice que habrá espacio para atender a las víctimas del conflicto armado, pues la historia cambió, pasó de ser victimario de una absurda guerra a un líder político que trabajará por los derechos de quienes han sufrido el horror de la violencia.
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“Yo en mi gobierno puedo asegurar que todos esos programas que está liderando el gobierno llegarán donde las víctimas”, reveló el alcalde electo de Cumaribo.
La paz será la bandera que lo acompañará en los próximos cuatro años, pues, según su experiencia, solo así se podrá pensar en quitarle el sufrimiento por la violencia a millones de familias.
“Avanzar hacia la paz y que se logre hacer acuerdos, en realidad, es quitarle un porcentaje de sufrimiento muy grande a las familias colombianas porque tanto el soldado, como el que se enfrenta en las montañas, tanto el paramilitar, es un hijo de un obrero. Firmar la paz es entonces quitarle ese dolor a quienes están combatiendo”, recalcó Armel Caracas Viveros.
Este hombre de grandes convicciones asegura estar preparado para empezar su nueva historia el 1 de enero de 2024, una que hace algunos años, desde la insurgencia, veía casi imposible, pero que con disciplina, como dice, se pudo lograr, demostrando que la paz trae dulces triunfos, como este, ser alcalde.