Varios líderes políticos reaccionaron a lo dicho por el presidente Gustavo Petro sobre las posibles negociaciones con las disidencias de las FARC. Uno de ellos fue el exministro de Defensa Diego Molano, que rechazó una de las declaraciones del actual del jefe de Estado.
Según Petro, “las disidencias fueron construidas por Duque, con todo el respeto que me merece; la política de destruir el proceso de paz construyó las disidencias. El objetivo era reconstruir las FARC armadas para que siguiera existiendo la excusa de la guerra”.
“Una falacia, el gobierno del presidente Duque siempre defendió a los colombianos de las disidencias de las FARC”, refutó el exministro Molano.
Aseguró que la anterior administración “encontró 17 frentes de las disidencias; fue alias ‘Iván Mordisco’ el que nunca entró al acuerdo de las FARC y siguió al narcotráfico. Fueron Santrich e Iván Márquez quienes defraudaron a Colombia después del acuerdo y siguieron negociando, y huyeron a Venezuela a refundar las FARC”.
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Entretanto, Humberto de la Calle, exjefe negociador con las FARC, volvió a rechazar las posibles conversaciones con ese grupo. “Me parece desaconsejable emprender negociaciones con ‘Iván Márquez’, con la llamada segunda Marquetalia”, dijo.
Agregó que “el mensaje es extraordinariamente dañino: ‘hombre, firmemos aquí porque siempre hay un repechaje, después volvemos a discutir, reabrimos y reabrimos’”.
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No obstante, otros exnegociadores, como Juan Fernando Cristo, consideran que hay que apostarle al éxito de la política de la paz total y ofrecen recomendaciones sobre el marco legal en el cual se hagan los acercamientos con las disidencias de las FARC, entre los que están “mayor respaldo ciudadano y de la comunidad internacional, y los menores riesgos para el país es aplicarles la política de sometimiento sin ninguna clase de reconocimiento político”.
Diálogos con el ELN
Respecto a las conversaciones con el ELN, el exjefe negociador con esa guerrilla, Juan Camilo Restrepo, asevera que hay buen ambiente para sentarse en la mesa y que la buena voluntad de Venezuela como garante puede ayudar.
“Sería un contrasentido de la lógica pretender, con el alto involucramiento que tiene el ELN en Venezuela, que se puedan hacer negociaciones a contrapelo del querer venezolano”, expresó.
Pero con la voz de la experiencia, hace una advertencia: “Tampoco deben despertarse exageradas expectativas sobre estas negociaciones. Pueden comenzar rápido, pero pueden tomar tiempo. El ELN es un grupo supremamente complicado, complejo y hay que armarse de paciencia”.
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Agregó que sentarse a negociar no quiere decir que hay que concederle al ELN todo lo que pida y que hay que avanzar preservando el estado de derecho y la legalidad de la Constitución.