El gobierno de Gustavo Petro radicó en las últimas horas su proyecto de reforma política, la cual ha generado varias críticas. Propuestas como permitir el transfuguismo y la reducción de edad para llegar al Congreso no fueron bien recibidas por algunos sectores.
La reforma política arranca con un primer artículo que quita una facultad a la Procuraduría que en el pasado afectó los derechos políticos del presidente Gustavo Petro, cuando el exprocurador Alejandro Ordoñez lo inhabilitó y destituyó durante su mandato en la Alcaldía de Bogotá.
Con excepción de la sanción de pérdida de investidura, las limitaciones de los derechos políticos de las personas solo podrán ser proferidas por una autoridad judicial competente en proceso penal
Otro punto que empieza a generar polémica es el que baja la edad para ser congresista, 18 años para llegar a la Cámara de Representantes y 25 para convertirse en senador.
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“No es coherente y pienso que se debe exigir profesionalismo en quienes van a representar al Congreso de la República y a los 18 años apenas están terminando su bachillerato. Para eso existen los Consejos Municipales de Juventudes”, dice Carlos Fernando Motoa, senador de Cambio Radical.
El acto legislativo radicado cambia la manera en que los partidos obtienen su personería jurídica: ya no será alcanzando el umbral del 3% de la votación en las elecciones, sino que todo movimiento que demuestre tener 78 mil afiliados, el 0,2% del censo electoral, podrá convertirse en partido político.
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“Me parece que no podemos continuar en una tarea de proliferación de partidos. Recuerden que después del 91 llegamos a tener setenta y pico de partidos; luego me parece que esa tendencia hay que frenarla”, indicó Humberto de la Calle, senador independiente.
Y en esa adquisición progresiva de derechos también se establece que cuando los partidos sumen el 15% de los votos válidos en las elecciones podrán presentar una lista de candidatos en coalición para las corporaciones públicas. Además, la reforma fija financiación estatal para las campañas.
“La diferencia es que muchos partidos políticos creen que los límites que se ponen a la financiación limitaría la competencia política. Para los partidos alternativos que sea preponderantemente estatal mayoría es lo que debería pasar”, dice Ariel Ávila.
Además, la reforma busca dar luz verde al transfuguismo para que los políticos cambien de partido una única vez sin incurrir en doble militancia. Y permite la renuncia de congresistas sin incompatibilidad para salir a ocupar otro cargo, por ejemplo salir a ser ministro, y establece que se deben inscribir listas únicas, cerradas, bloqueadas y con alternancia entre hombre y mujer.