El presidente de Colombia, Gustavo Petro,
reconoció que proponerle a la guerrilla del ELN un cese al fuego en todo el país no fue la mejor de sus propuestas. El mandatario aseguró que se puede comenzar no con la idea nacional, como la propuso en diciembre y que catalogó como “ compleja, difícil, muy inestable y peligrosa”, sino en una idea territorial, regional.
“El cese al fuego puede ser territorial, podemos escoger una región concreta, ponerle los límites de la no agresión y comenzar a expandirla en el espacio colombiano a través del tiempo, en la medida que vayamos aprendiendo y consolidando las primeras regiones del cese al fuego. Escojamos una, Nariño podría ser, no la impongo”, aseguró.
Esta propuesta se dio justo después de que la guerrilla le reclamara al presidente, a través de un comunicado, por no cumplir con lo que ya se acordó en la mesa de negociación de México, pues dice el ELN que el presidente les irrespeta y los estigmatiza.
De acuerdo con León Valencia, director de la Fundación Pares, esta propuesta tiene mucho sentido. “Esta es una propuesta que puede ir resolviendo la idea de que los acuerdos que se vayan haciendo se van cumpliendo poco a poco”, destacó.
Si bien el presidente Gustavo Petro mencionó a Nariño como el territorio donde podría iniciar el cese al fuego, la decisión recae en la determinación de las partes involucradas.
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Por ahora se espera que haya una respuesta de la guerrilla del ELN. Antonio García, máximo representante de este grupo al margen de la ley, dijo que las declaraciones de Petro son delicadas y que se pronunciarán pronto respecto al tema.
Expectativa en Nariño
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Por su parte, líderes de la Costa Pacífica nariñense están a la expectativa de que se pueda dar un cese al fuego en su territorio y aseguran que esto le devolvería la tranquilidad a la región, que ha sido muy golpeada por la violencia.
Ante la visita del presidente Gustavo Petro al municipio de Olaya Herrera, en Nariño, los líderes de la zona clamaron por la paz en su territorio y piden acciones concretas para detener la violencia, para que no hayan más muertos y para que no tengan que salir de sus casas como desplazados por el conflicto armado.
Las tierras fértiles de la zona son un aliciente para que las comunidades, con apoyo del Gobierno nacional, realicen proyectos lícitos y así puedan trabajar los campos para su sustento.
"Aquí hay que pensar en transformación, en la agroindustrialización y cómo sacarla de nuestro municipio. Aquí nosotros tenemos que buscar unos productos, aunque con menor valor agregado, pero que le compitan en un gran porcentaje a los cultivos de uso ilícito", señaló Cruz Dalmiro Olmedo, alcalde del municipio Olaya Herrera.
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Otras reacciones
La propuesta del cese al fuego regional ha generado diversas reacciones en algunos exnegociadores de paz que explicaron las implicaciones que tendría.
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“Estoy convencido que ese tipo de cese al fuego improvisados, sin reglas claras, sin concentración de tropas y sin separación de fuerzas son prácticamente imposibles. Es ambiguo, no es preciso, no se conocen las reglas. ¿Es un cese de fuego para qué?, ¿para que el narcotráfico siga creciendo?”, comentó Juan Camilo Restrepo, exnegociador de paz y exministro.
“Puede ser muy complejo tratar de imponer ya no la región, sino un cese en Nariño, porque a lo que puede llevar esto es que los otros grupos reaccionen de manera muy negativa. Ahí hay una disputa tanto por zonas de cultivo como por otras economías ilegales. Al mismo tiempo tiene un gran reto y es que se le está enredando la agenda con el ELN, el acuerdo de México no es claro”, aseguró Alberto Sánchez, investigador en seguridad y conflicto.
La Iglesia también se pronunció al respecto. “El cese al fuego crea un marco de protección de las comunidades que es necesario, hay que leerlo en clave de protección. El cese al fuego crea el acceso humanitario a territorios donde ha sido muy difícil por las confrontaciones”, señaló el monseñor Fabio Henao, delegado de la Iglesia católica en las negociaciones.