Por primera vez, y después de más de 3 meses de gestión en el cargo como ministra de Salud, Carolina Corcho rindió cuentas ante el Congreso de la República.
En un tensionante debate, que se extendió por varias horas, argumentó por qué se acabaría el papel actual de las EPS y lo que vendría para el sistema.
La reforma a la salud, aún sin conocerse a cabalidad el texto, ya genera fuertes tensiones.
La polémica se hace cada vez más fuerte al conocer la visión que tiene el gobierno sobre la transformación del sistema de salud, que incluirá sí o sí la desaparición del papel actual de las EPS.
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Así lo confirmó Corcho en la comisión séptima del Senado: “Lo que nosotros hemos dicho es que hay capacidades que se deben mantener: en la gestión en riesgo en salud, en la prestación de servicios, pero ya la intermediación no tiene sentido. Los recursos ya deben llegar de manera directa a las clínicas y los hospitales”.
El gremio que agrupa a las EPS del régimen contributivo respondió a la ministra con voluntad de diálogo y puso sobre la mesa las recientes cifras entregadas por la Supersalud sobre el millón de quejas reportadas este año contra las entidades prestadoras. Una cifra que, recalcan, no representa un declive del sistema, pues han sido atendidos cerca de 21 millones de pacientes.
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Durante la tarde, la jefe de la cartera fue de nuevo citada por la oposición en plenaria del Senado, allí los ánimos estuvieron caldeados de principio a fin.
“Este es un debate importante, ministra. La vi a usted riéndose y mirando el celular; ojalá la risa le dure cuando los colombianos empezamos a sentir la crisis de la salud”, le dijo la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia.
Mientras tanto, solo se logran tener puntadas de un capítulo principal de la reforma: el aseguramiento y el sistema público al que le apunta el gobierno. Los congresistas y gremios piden que no sea guardado bajo llave el documento que se está construyendo.