Sindicatos, en aumento en la localidad Antonio Nariño: una fachada para la rumba ilegal

En el barrio Restrepo, sur de Bogotá, los operativos de las autoridades han puesto al descubierto un creciente problema relacionado con los llamados "sindicatos", que en realidad son clubes sociales y amanecederos que operan sin control. Danilson Guevara, de la Alcaldía local de Antonio Nariño, destacó que, “de tres que había en enero, hoy en septiembre hay diez sindicatos”.

Estos establecimientos, según Guevara, son una fachada para ejercer la rumba sin regulaciones. “No cuentan con horario y, según ellos, ingresan solo con acreditación”, explicó. Sin embargo, el panorama es preocupante, ya que se han encontrado menores de edad dentro de estos locales. “Ese día que hicimos el operativo, encontramos 100 SIM cards. No sabemos con qué destino, si son para fines delictivos o no, pero se evidencia la entrada de menores de edad”, agregó.

A los sindicatos no dejaban entrar a la Policía

A pesar de las afirmaciones de los dueños de que todo está en orden, las autoridades han enfrentado dificultades para acceder a estos lugares. No permitían ingresar a la Policía con el pretexto de que son una sede sindical y estaban llamando al abogado.

Este fenómeno no solo afecta la seguridad de la localidad, sino que también presenta un desafío para las autoridades, que sellan estos locales, pero los propietarios logran reabrirlos en cuestión de horas. “Solicitamos y reiteramos el apoyo del Gobierno Nacional, en cabeza del Ministerio de Trabajo, para que acompañe los operativos y nos ayude a desmantelar estos sindicatos, que no son más que establecimientos donde se vende licor y se realiza rumba ilegal”, concluyeron desde la Alcaldía de Antonio Nariño.

Galán ya había lanzado alerta

El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, destacó la preocupación por los "mal llamados sindicatos", señalando que estas agrupaciones a menudo se prestan para que delincuentes comercialicen drogas, lo que agrava la situación de seguridad en la ciudad.

“Hoy en Bogotá tenemos 110 sitios de estos operando, que para mí son ilegales. Le pedimos al Gobierno nacional y al Ministerio del Trabajo que nos brinden herramientas para poder vigilar estas situaciones. No podemos mirar para otro lado porque eso genera delincuencia, violencia y asesinatos en nuestros entornos”, expresó el mandatario.