“Estamos cansados de las fumigaciones con glifosato que tanto daño le han hecho a nuestro departamento”, dicen comunidades campesinas del Putumayo que rechazan de forma unánime el anuncio del Gobierno de reiniciar las fumigaciones con glifosato.“Primero, por el impacto que va a causar en la salud humana y la salud de la naturaleza. Segundo, porque va a crear un problema fronterizo, porque cada vez que hay fumigaciones se emigra o se va al Ecuador. Tercero, genera un desplazamiento masivo a otras ciudades”, explica Eder Sánchez, director de ANUC Putumayo.Las protestas ya han registrado enfrentamientos con la fuerza pública, pero hay temor porque se puede repetir la historia que se vivió en el año 1996, cuando se registró un gigantesco paro cocalero en varias regiones del país.“Creo que la vamos a repetir y, como dice el cuento, la vamos a repetir duplicada y con una disposición de las organizaciones campesinas, las organizaciones de cocaleros, mucho más propensa a enfrentar las medidas que retoma el gobierno para reiniciar las fumigaciones”, afirma el profesor Gabriel Tobón, de la facultad del Hábitat de la Universidad Javeriana.La firma de los acuerdos de paz trajo una esperanza para miles de familias campesinas que vieron allí una oportunidad para dejar atrás los cultivos coca, pero luego de cuatro años el Plan Nacional de Sustitución de Cultivos (PNIS) parece que no arranca, advierte Krystina Lyon, antropóloga estadounidense radicada en el Putumayo y quien sigue de cerca esta problemática desde hace ya varios años.“El diseño del PNIS no es un diseño integral, no hay un entendimiento de esa problemática de forma integral, entender que esa problemática de la coca no es un asunto económico sino también un asunto de reformas en todos los sentidos, de intervenciones en los territorios con participación ciudadana y políticas diferenciales”, detalla.La lenta implementación de los acuerdos o de una reforma rural integral ha dejado a centenares de familias que le habían apostado a la estrategia oficial, entre la espada y la pared, cuenta Lyons.“El PNIS replicó lamentablemente los mismos modelos del Plan Colombia, que también fracasaron en su momento, porque el asunto no es solo dar un subsidio a una persona para reemplazar un cultivo con otro, sino que hay una necesidad de mirar el asunto de forma integral”, insiste la antropóloga.La llegada de los grupos armados ha generado un ambiente más hostil contra los líderes sociales. Panfletos amenazantes los pusieron en la mira de los violentos.“Hoy, varios líderes han tenido que salir, como la compañera Yuri Quintero que ha tenido que salir del departamento. El compañero Wilmer acaba de ser amenazado y varios compañeros están siendo judicializados. Es un llamado a que garanticen los derechos humanos y la vida de los líderes sociales”, dice Sánchez.Por eso, las tensiones se hacen cada vez más fuertes y las comunidades campesinas enfrentan la posición del gobierno de erradicar con glifosato, en vez de sustituir los cultivos ilícitos.“Le decimos al señor presidente que, antes empezar a pensar en fumigaciones, venga al territorio directamente para que nos sentemos y revisemos los acuerdos que hace tres años pactamos y hoy son un tema de incumplimiento”, es la solicitud de Edwin Narváez, vocero del movimiento campesino cocalero y agrario.Pero el gobierno insiste en que la fumigación es la herramienta más eficaz para acabar con la expansión de los cultivos ilícitos.“La posición del presidente de la República y del gobierno colombianos ha sido que la erradicación es una herramienta fundamental porque hoy el problema más grande que tenemos de seguridad en Colombia es producto del narcotráfico. El narcotráfico es la gasolina que lleva a estos grupos criminales a asesinar a líderes sociales”, afirma Daniel Palacios, ministro del Interior.Académicos rechazan fumigacionesMientras la tensión en los territorios crece, muy lejos de allí - en los laboratorios de toxicología acuática de la Universidad Nacional - el profesor José Fernando González continúa con las investigaciones que inició hace 16 años para determinar cómo el herbicida afecta a los peces y a los cuerpos de agua.“De los diferentes tipos de análisis que hicimos encontramos que había efectos en diferentes sistemas corporales, el nervioso, el sanguíneo, el respiratorio, el hepático. Todos fueron afectados en mayor o menor grado por la exposición al glifosato”, explica el director del laboratorio de Toxicología Acuática de la Nacional.Para él, lo que ocurre en los peces perfectamente se puede ver replicado en los seres humanos.“Uno busca que lo que encuentra en los peces, en este caso en el modelo de nosotros usamos, pueda ser extrapolado, por lo menos prever qué puede suceder. Muchas de las cosas que nos pueden mostrar son de cambios en la bioquímica de sus tejidos, en la arquitectura de los tejidos que podemos sufrir nosotros”, dice el experto.También desde la academia un nutrido grupo de investigadores de varias universidades de Colombia y Estados Unidos le hicieron un llamado al gobierno de ese país para que revise las numerosas evidencias científicas sobre el uso adverso del herbicida y reconsidere su apoyo a la aspersión.“Biden ha sido muy enfático en que apoya el acuerdo de paz y allí se dejó estipulado que la fumigación sería un último recurso, después de haber intentado otras estrategias y después de haberlo concertado con las comunidades”, señala María Alejandra Vélez, directora de Centro Estudios sobre Seguridad y Drogas de la Universidad de los Andes.El gobierno ha buscado acercamientos con los campesinos cocaleros del Putumayo. Por eso, recientemente se instaló la mesa departamental para escucharlos. El gobernador piensa que se puede construir un desarrollo acorde a las comunidades.“Hay inversión social, están las universidades, hay una serie de instituciones que quieren desarrollar proyectos dentro de la cadena productiva y, a la vez, llegar a la comercialización. Hay organismos internacionales, está la ONU, que quiere hacer trabajos con la comunidad”, puntualiza el gobernador Álvaro Granja.El problema es que mientras el estado va a un ritmo muy lento, los grupos armados ya están de nuevo en la zona.En un video conocido recientemente se observa a los llamados comandos de la frontera, un grupo disidente de las desmovilizadas FARC, alistándose y diciendo que “con las armas nos opondremos a la erradicación forzada y a la aspersión del glifosato por su impacto adverso a los humanos y a la naturaleza”.Observadores e investigadores coinciden en que, como están las cosas, se vive un retroceso hacia la situación de tensión de los años 90 y que podría estallar un nuevo conflicto social de imprevisibles consecuencias.
“Si bien el Plan Colombia fue un éxito en la contrainsurgencia, fue un fracaso en la lucha contra las drogas”, así de claro y contundente es el diagnóstico de la comisión de política de drogas del Congreso de los Estados Unidos.A esta conclusión llegaron con base en los más de 10 mil millones de dólares invertidos y las 212 mil hectáreas de hoja de coca sembradas en 2019.Esta comisión especial, creada por el Congreso, responde a un mandato bipartidista para encontrar soluciones a la guerra contra las drogas.En otros apartados se evidencia cómo se apartan de la postura de la administración Trump, a propósito de la aspersión aérea y la erradicación forzada."El envío de trabajadores y fuerzas de seguridad a áreas remotas para eliminar pequeñas parcelas de coca es un esfuerzo inútil y, en última instancia, sin frutos. A largo plazo, la única forma de controlar el cultivo de coca es brindar a las comunidades seguridad y condiciones económicas viables”, dice el reporte.Para Adam Isacson, director de la oficina de Washington para América Latina, “es un mensaje de que para el próximo gobierno no va a haber tanto regaño sobre usted tiene que fumigar, usted tiene que erradicar tantas hectáreas, será más usted tiene que implementar los acuerdos de paz".El reporte emite una serie de recomendaciones en las que piden que se le dé más fortaleza al diálogo de alto nivel entre Colombia y Estados Unidos, que el Departamento del Tesoro retire restricciones a excombatientes para no truncar su proceso de reincorporación a la vida civil.Aseguran que la destrucción de laboratorios es más efectiva y menos dañina que la erradicación. Además, piden que EE. UU. deje de utilizar la herramienta de la "certificación" como mecanismo de presión a los países.Más sobre esta noticia:
El presidente Iván Duque le respondió al director de Probogotá, Juan Carlos Pinzón, una pregunta sobre la supuesta injerencia de Colombia en las recientes elecciones de Estados Unidos. “A mí me sorprende cuando veo ataques de participación electoral. Yo he tenido siempre una pauta, Juan Carlos, y es que cuando uno está en el ejercicio de estas funciones uno no puede tomar partido en procesos electorales. Ni aquí ni allá, ni en Colombia, porque la responsabilidad está enmarcada en responder a todos los ciudadanos”, señaló el mandatario.Sobre el triunfo de Joe Biden, a quien el presidente Duque ya felicitó como nuevo mandatario de los Estados Unidos, destacó su papel durante la construcción del Plan Colombia.“Yo sí creo que hoy lo que más nos debe interesar a todos los colombianos es que esa relación bipartidista, bicameral histórica, se mantenga firme y sólida por el interés de Colombia, y estoy seguro de que con el presidente Biden así será”, puntualizó Duque Márquez.Por otro lado, en los temas de Bogotá celebró la leve reducción que este año registran las cifras de homicidios en comparación con el año anterior, reconoció que hace falta más presencia policial y defendió el trabajo de los uniformados, que, dice, realizan 7 millones de procedimientos al año.Y esto dijo de las denuncias de abusos policiales: “Claro, muchas veces hay quejas y por ejemplo usted me decía abusos que son y deben ser intolerables, pero entendamos que muchas veces esos hechos son minúsculos frente al esfuerzo que se hace por parte de ellos todos los días”.A renglón seguido volvió a condenar el abuso policial que llevo a la muerte a Javier Ordoñez.
Así lo anunció el presidente Trump en un memorando sobre cultivos ilícitos enviado al Secretario de Estado. Es un revés en las relaciones con ese país. Según el memorando enviado al secretario de Estado, sobre los países de mayor producción de drogas ilícita, se destaca que “el gobierno de Estados Unidos consideró seriamente designar a Colombia como un país que ha fallado en cumplir con sus obligaciones bajo los acuerdos antinarcóticos internacionales, debido al incremento extraordinario de los cultivos de coca y la producción de cocaína en los últimos tres años, incluyendo niveles de cultivos récord de los últimos doce meses”. En este mismo documento se asegura que la única razón por la que el gobierno estadounidense no incluye a Colombia en esta lista, en la que figuran países como Venezuela y Bolivia, es por los esfuerzos que realiza la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas en la lucha antidrogas, pero no descarta esta opción a futuro si no hay mejoras en el asunto. Críticas similares pronunció este martes el secretario adjunto de Estados Unidos para la Lucha Antidrogas, William Brownfield. "Mi opinión personal es que el gobierno de Colombia y su presidente, un hombre al que admiro y respeto y que durante diez años he considerado un amigo, se concentraron en los últimos seis años abrumadoramente en las negociaciones de paz, en el acuerdo de paz. Por definición, se enfocaron menos en el tema de drogas y de narcotráfico”. Le puede interesar: Plan Colombia “está fracasando”, afirma senadora de EE. UU. e insta a... Si Colombia ingresa de nuevo a esta lista, se pone en riesgo los recursos que se tramitan para el país en las dos cámaras estadounidenses. Por su parte, el gobierno Colombiano asegura que se encuentra “extrañado por la determinación”. La canciller María Ángela Holguín confirmó que hablará con el presidente Juan Manuel Santos y el ministro de Defensa para analizar la declaración de Donald Trump a su Secretario de Estado. La Casa de Nariño insiste que sí están cumpliendo con los compromisos en materia de la lucha contra las drogas. Destaca que de las 100.000 hectáreas de cultivos de coca ya han sido erradicadas 36.000. También afirma que están de tras de alias ‘Otoniel’ cabecilla del Clan del Golfo.
Dianne Feinstein se niega a aprobar recursos si no frenan exportación de cocaína. Recomendó extraditar a líderes de FARC pues, dice, ese grupo no cambiará. La legisladora hizo estas aseveraciones ante el aumento en las cifras de cultivos de hoja de coca y de producción de narcóticos, datos que se suman al informe de la DEA que indica que el 92% de la coca en Estados Unidos proviene de Colombia. “No voy a votar en favor de recursos que no van a frenar la exportación de cocaína de Colombia a Estados Unidos”, recalcó la senadora demócrata, quien propuso recortar los 391 millones de dólares de Paz Colombia para el 2018. “El objetivo del Plan Colombia está fracasando. Cualquier continuidad de ayuda debe estar basada en esfuerzos de erradicación, no de desarrollo alternativo”, sugirió. Feinstein hace parte del comité de apropiaciones, encargado de distribuir el dinero del Gobierno de EE. UU. El 92% de la cocaína incautada en Estados Unidos procede de Colombia:... Asimismo, la demócrata relacionó a las FARC con el narcotráfico. “No creo que las FARC cambien, pienso que las FARC son un negocio y es el del tráfico de cocaína, y creo que deben parar y EE. UU. debe considerar la extradición de algunos de los líderes de los carteles de las FARC”, enfatizó. El senado de EE. UU. también ha planteado la posibilidad de regresar a las fumigaciones con glifosato. Le puede interesar: Fumigación con glifosato no es una opción en este momento, responde...
Los presidentes se reunirán este jueves. Muchos se preguntan qué posición tendrá la Casa Blanca frente a Colombia y cuál será el resultado de la cita. Según el embajador de Colombia en Estados Unidos, Juan Carlos Pinzón, la reunión de los dos mandatarios “reforzará los lazos entre ambos países”. “Y en aquellos temas donde tenemos retos, por ejemplo el narcotráfico, queda claro que la manera de trabajar es hablando francamente sobre todo, cooperando para volver a reducir ese problema y llevarlo a su mínima expresión”, dijo Pinzón. En la actualidad, la administración Trump está enfocada en Siria, Corea del Norte, Rusia y China y aún no es clara cuál será la política de la Casa Blanca hacia nuestro país. Para Michael Shifter, presidente del Diálogo interamericano, es posible que el Congreso asuma las riendas de este tema. “Yo creo que Trump no tiene mucho conocimiento de Colombia, no ha seguido a Colombia, no es un tema que el domina, en cambio el Congreso está lleno de especialistas sobre el país, sobran porque llevan casi tiempo trabajando en Colombia”, dice Shifter. El Congreso fue el que aprobó el pasado cuatro de mayo los 392 millones de dólares que salen del presupuesto del departamento de estado para Paz Colombia, sucesor del Plan Colombia.
Esta histórica cifra, que incluso supera a las registradas antes del Plan Colombia, fue entregada por el Departamento de Estado de EE. UU. Se trata del reporte anual de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de Estados Unidos (Ondcp, por sus siglas en inglés), que en 2015 había dado cuenta de 159.000 hectáreas sembradas de coca en Colombia, con una producción potencial de 495 toneladas de cocaína. El último reporte de Naciones Unidas situaba a Colombia como el principal cultivador mundial de hoja de coca, materia prima de la cocaína, con 96.000 hectáreas, y también como el mayor productor de esa droga con 646 toneladas en 2015. Colombia y Estados Unidos han sido grandes aliados en la lucha contra el narcotráfico, para la que Washington ha aportado miles de millones de dólares durante muchos años en el marco del llamado Plan Colombia, que también incluyó fondos para combatir a las guerrillas.
Si bien para Congreso de EE. UU., Colombia es gran aliada y se ve al proceso de paz como un éxito, el narcotráfico será eje entre los dos países en #LaEraTrump.
El secretario de Estado de ese país tomó como modelo el proyecto para combatir la corrupción en Centroamérica.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, discutieron este viernes en Washington formas de ayudar a la implementación de un eventual acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.De acuerdo con el mandatario colombiano, la conversación con Kerry se centró en cuatro grandes temas en los que Colombia precisa de aporte financiero y de experiencias: seguridad y lucha antidrogas, logística, desarrollo rural y la erradicación de minas terrestres.Según Santos, los dos países pretenden "evitar que el vacío que dejarán las FARC lo llene el crimen organizado", por lo que al mismo tiempo van a "luchar de la mano contra el narcotráfico y el crimen organizado en otros países de la región".Kerry recibió este viernes a Santos para un almuerzo y reunión de trabajo en la sede del Departamento de Estado, un día después de que el presidente Barack Obama anunciara en la Casa Blanca el plan 'Paz Colombia': 450 millones de dólares para ayudar al postconflicto en el país suramericano.El nuevo programa sustituye al 'Plan Colombia' de ayuda militar que en 15 años envió 10.000 millones de dólares a Bogotá, en momentos en que el gobierno de Santos y los guerrilleros de las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC) preparan sellar la paz a finales de marzo.Según Santos, Colombia necesita ayuda en "la implementación y la operativa logística" de los acuerdos y "Estados Unidos tiene una gran experiencia y conocimiento" en esa materia.Ayuda sin condicionesSantos y Kerry discutieron igualmente iniciativas para el desarrollo rural, y la marcha de las operaciones en la remoción de minas personales en Colombia, el país más golpeado por estos artefactos explosivos después de Afganistán.Estados Unidos lidera con Noruega una iniciativa global para el desminado en Colombia que cuenta con el apoyo de 11 países, entre ellos México, Argentina, Chile, España y Uruguay."Entendemos este desafío", dijo Kerry, subrayando que Estados Unidos está "particularmente comprometido" con el plan.Santos también le relató a Kerry detalles de las reuniones que mantuvo en Washington con altos representantes de los dos partidos políticos estadounidenses en el Congreso, clave en la aprobación de los fondos para 'Paz Colombia'.Según el mandatario colombiano los congresistas republicanos, que controlan ambas cámaras legislativas, le ofrecieron la "voluntad" de seguir apoyando la asistencia de Washington a Colombia. "Sin compromiso formal", acotó.Por su parte, Kerry no ahorró elogios al esfuerzo que todas las partes realizan para poner punto final a medio siglo de violencia en Colombia.En la opinión del jefe de la diplomacia estadounidense, "el éxito del 'Plan Colombia' es un modelo para otros países, inclusive más allá de nuestro continente".Tanto Santos como Kerry descartaron que Washington haya puesto condiciones a Colombia para comprometerse con el nuevo plan de ayuda. "¿Condiciones del gobierno de presidente Obama a Colombia? Ninguna", dijo Santos.Potencial 'ilimitado'Antes de esta reunión con Kerry, Santos había participado de un panel en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde habló sobre las ventajas económicas que su país podrá disfrutar una vez que se haya alcanzado un acuerdo de paz con las FARC.Según el mandatario colombiano, el fin del conflicto armado -que en medio siglo ha dejado 220.000 muertos y unos seis millones de desplazados- y la aplicación del plan 'Paz Colombia' servirán para impulsar el desarrollo, en particular en las áreas rurales."Colombia no tenía posibilidades de desarrollar el campo, no podíamos reforestar, por causa del conflicto armado. Ha sido un freno. Ahora, removido ese obstáculo, el potencial de Colombia es ilimitado", comentó.Para Santos, a medida que la paz florezca en Colombia el país tendrá "una tremenda oportunidad de revertir" el abandono de las tierras "y aumentar la productividad".En su último compromiso en Washington, Santos se reunió con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, la francesa Christine Lagarde, quien elogió la "solidez" de la economía de Colombia frente al desplome de los precios del petróleo.Lagarde también expresó su apoyo a las reformas fiscales que "permitirán al gobierno adaptar los costos ante el escenario de menores ingresos petroleros", según un comunicado.Luego de tres días de una nutrida agenda en Washington, Santos partió a Colombia expresando satisfacción."En mi vida pública, he acompañado viajes de presidentes colombianos a Estados Unidos en los últimos 25 años. Y nunca hemos tenido un viaje tan fructífero como éste", destacó.