El tifón Vamco ha dejado al menos 39 muertos, 22 desaparecidos y 50 heridos a su paso por el norte del país, donde causó graves inundaciones, las peores que se recuerdan en Manila, Filipinas, en décadas, informaron este viernes las autoridades.El lodo espeso y los escombros cubrieron muchos barrios y municipios en la capital filipina después de que Vamco -que barrió el centro de la isla de Luzón la madrugada del jueves- provocara graves inundaciones que obligaron a muchos residentes a refugiarse en los tejados de sus casas.Del total de fallecidos, 12 cuerpos se han recuperado en Manila, según los datos facilitados en rueda de prensa por el jefe de las Fuerzas Armadas de Filipinas, Gilbert Gapay, quien lidera las tareas de rescate."Continuaremos buscando a los desaparecidos y ayudando en la evaluación de daños", indicó Gapay sobre las labores de rescate, para las que se están utilizando vehículos anfibios militares que normalmente se emplean para operaciones de contrainsurgencia.El presidente filipino, Rodrigo Duterte -muy criticado por su ausencia durante el paso de los anteriores tifones-, tampoco estuvo presente en la rueda de prensa en la que participaron varios ministros y funcionarios del gobierno, aunque el jueves sí emitió un mensaje televisado en el que prometió ayuda para todos los afectados por Vamco."Como presidente, les garantizo que su gobierno hará todo lo posible para brindar asistencia en forma de refugios, artículos de socorro, ayuda financiera y asesoramiento posterior al desastre. Tengan la seguridad de que el gobierno no dejará a nadie atrás y saldremos de esta crisis", indicó el mandatario.Vamco, que ya salió la mañana del viernes del área de Filipinas, obligó en todo el país a la evacuación de unas 350.000 personas y unas 100.000 han tenido que ser rescatadas por los equipos de emergencias, 41.000 solo en capital.A su paso, Vamco derribó árboles, viviendas y postes de electricidad, lo que dejó sin suministro a unos 3,8 millones de personas en Manila y provincias periféricas, obligando a suspender clases y trabajo en oficias gubernamentales.Vamco es el quinto ciclón que azota el país en menos de un mes, después que las últimas tormentas ocasionaran medio centenar de víctimas y daños millonarios.Las regiones de Bicol y Calabarzon, al sur de Luzón, también sufrieron el embate de Vamco mientras todavía se recupera del fuerte impacto del tifón Goni -que produjo más de 30 muertos y desaparecidos- y del tifón Molave (26 víctimas), con pérdidas acumuladas en agricultura e infraestructuras de unos 220 millones de dólares.En las últimas semanas, Filipinas -a la que afecta una media de 20 ciclones al año- también ha sufrido la tormenta tropical severa Atsani y la tormenta tropical Etau.Después de haber recibido 21 ciclones en lo que va de año, la agencia nacional de meteorología, Pagasa, alertó de que Filipinas todavía podría sufrir el paso de otros cuatro antes de fin de 2020, un año especialmente vulnerable a las tormentas por el impacto del fenómeno conocido como La Niña.
El asaltante, un exempleado del lugar, se entregó a la Policía y fue arrestado después de una larga negociación con las autoridades. La treinta de rehenes, que permanecieron este lunes secuestrados durante nueve horas en un centro comercial de Manila, fueron liberados. El hombre de 32 años, que buscaba justicia tras ser "injustamente" despedido, irrumpió esta mañana en el Greenville con una pistola y una granada, e hirió a una persona en un tiroteo inicial.
También se metió el humo tóxico. La situación paralizó el frenético ritmo y congestionado tráfico de la capital. Los efectos de la erupción del volcán Taal en Filipinas, que ya escupe lava, llegaron el lunes a Manila, cubierta por un halo de ceniza. Las autoridades declararon alerta roja en Manila ante el riesgo para la salud que entraña la proximidad del volcán -a unos 60 kilómetros al sur-, lo que obligó a cancelar clases en escuelas y universidades, así como el trabajo en edificios gubernamentales. El Gobierno filipino también pidió a las empresas privadas suspender el trabajo para evitar que millones de personas tuvieran que salir a la calle y exponerse a las partículas tóxicas que flotan en el aire, según las recomendaciones del Departamento de Salud. Manila amaneció con numerosos establecimientos cerrados, mercados semidesabastecidos y con sus principales avenidas prácticamente desiertas, frente a los habituales atascos en una de las ciudades con peor tráfico del mundo. MASCARILLAS AGOTADAS El objeto más buscado este lunes fueron las mascarillas con filtro N95, recomendadas para protegerse de las emanaciones del volcán y agotadas en casi todas las tiendas de Manila, así como en las provincias de Batangas y Cavite, en cuya linde se ubica el volcán Taal. "He acudido a varias tiendas a buscar mascarillas y solo he encontrado los cubrebocas de tela, más caros que de costumbre", se quejó a EFE Jocelyn a la salida de una farmacia en Manila. El Departamento de Comercio advirtió que los comercios que aprovechen la coyuntura para subir los precios "se enfrentarán a cargos administrativos y criminales" tras recibir quejas. El precio de las máscaras N95 ronda los 30 pesos (50 centavos de dólar) y hoy se vendían por 200 pesos (4 dólares). La erupción del Taal, que comenzó el domingo y que esta madrugada ya escupió lava, ha forzado la evacuación de unas 22.000 personas en los municipios de alrededor del volcán, de las que 18.100 están refugiadas en los 76 centros de evacuación habilitados, según el Consejo Nacional de Reducción de Riesgo de Desastres. MILES DE EVACUADOS La mayoría de los evacuados se han registrado en la provincia de Batangas, que ya se ha declarado en estado de calamidad entre frecuentes cortes de electricidad, después de que sus municipios amanecieran hoy cubiertos por un grueso manto de ceniza gris. Del total de evacuados, unos 2.000 residen en la pequeña isla dentro del lago Taal que conforma el propio volcán, en las laderas del mismo donde están instaladas comunidades pobres que viven de la ganadería y la pesca, aunque muchos han perdido gran parte del ganado con la erupción. Al comenzar a expulsar lava, la erupción ha pasado a ser de carácter magmático y hay riesgo de que se produzca un tsumani volcánico, ya que el Taal -uno de los volcanes más pequeños del mundo- se ubica dentro de un lago, explicó hoy el Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas (Phivolcs). El director de Phivolcs, Renato Solidum, explicó hoy en rueda de prensa que la fuente de lava no significa necesariamente que el volcán haya entrado en la fase de "erupción explosiva peligrosa", aunque tampoco es una posibilidad descartable. Phivolcs subió el domingo de manera escalonada la alerta del nivel 1 al 4, en una escala de 5, después de que se intensificara la actividad en el cráter de origen freático y se generara una erupción de humo de hasta 15 kilómetros de altura. Solidum aclaró que la actividad volcánica hoy permanece estable y que no ha escalado tan rápido como el domingo. El nivel de alerta 4 implica expulsiones leves de lava y que la erupción peligrosa es inminente, por lo que se recomienda la evacuación de todas las poblaciones ubicadas dentro de un radio de 14 kilómetros del volcán. En las últimas 24 horas se han registrado más de 140 seísmos de origen volcánico, 32 de ellos perceptibles con intensidad fuerte, alcanzando incluso magnitud 4. REABRE EL AEROPUERTO A pesar de que la actividad volcánica persiste, los aeropuertos Ninoy Aquino de Manila y el de Clark -a unos 90 kilómetros al norte de la capital- reanudaron parcialmente sus operaciones después del mediodía, tras cerrarse ayer ante la falta de visibilidad ocasionada por la ceniza y el riesgo de que la pista de aterrizaje resbale. Se cancelaron más de 554 vuelos -318 domésticos y 236 internacionales- y miles de pasajeros permanecen varados en esos aeropuertos esperando que sus vuelos sean reprogramados. Equipos de la Cruz Roja filipina también se han desplazado a la zona afectada para atender a los desplazados y la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas están en alerta, además de enviar cinco camiones para mover a los evacuados. El volcán, que ha entrado en erupción 33 veces desde 1572, mató a unas 1.300 personas en una erupción en 1911 y a 200 en 1965. Es una isla dentro del lago Taal, que se sitúa dentro de una caldera formada anteriormente por una erupción muy grande y forma parte de una cadena volcánica que se extiende por la región occidental de la isla de Luzón.
La cifra de muertos se elevó a 16 mientras que socorristas buscan a una treintena de personas entre los escombros del terremoto de 6,1 del lunes. Quince de las víctimas mortales se registraron en la provincia de Pampanga, en el centro de la isla septentrional de Luzón, a unos 100 kilómetros al norte de Manila, donde también se sintió con intensidad el temblor, según el último recuento del Centro Nacional de Manejo de Desastres (NDRRMC). La gobernadora de Pampanga, Lilia Pineda, solicitó que se declare cuanto antes el "estado de calamidad" en la provincia "para poder ayudar rápido a las familias de las víctimas y a aquellos cuyas viviendas han sufrido daños". En la ciudad de Porac se hundió un supermercado de cuatro plantas, donde por el momento se han registrado cinco fallecidos y se ha rescatado con vida a nueve personas entre la treintena que se cree sigue atrapada bajo los escombros. En Porac murieron otras siete personas, víctimas de derrumbes en sus viviendas; en la cercana Lubao -también en Pampanga- perecieron dos personas, una abuela y su nieta de 7 años, aplastadas al caerles un muro de su casa, y en la ciudad de Ángeles se registró otro muerto. En la provincia de Zambales, donde se situó el epicentro del temblor, perdió la vida un niño de 6 años que fue arrastrado por una avalancha de tierra en el municipio de San Marcelino. Según el NDRRMC, hay además 14 desaparecidos y 81 heridos. En Pampanga y Zambales también se han producido graves daños en carreteras, puentes, la línea de ferrocarril y en el aeropuerto internacional de Clark, que estará cerrado al menos hasta mañana porque la torre de control está averiada. También se desplomó parte de iglesia de Santa Catalina de Alejandría, ubicada en Porac y que data del siglo XVII. Tanto el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) como el Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas (Philvocs) situaron en 6,1 la magnitud del seísmo, cuyo epicentro se situó cerca de la localidad de Castillejos (Zambales), a unos 100 kilómetros al noroeste de Manila, y el hipocentro a 40 kilómetros de profundidad. Por el momento, se han producido más de 400 réplicas del terremoto, aunque solo ocho fueron perceptibles, según Philvocs. En diferentes puntos de las provincias de Zambales, Pampanga, Bulacan y Bataan -en el centro de Luzón- el temblor se sintió con intensidad 5; así como en la ciudad de Quezón, en el área metropolitana de Manila. Se sintió con intensidad 4 en el resto de la capital, donde los centros comerciales y rascacielos de oficinas y viviendas fueron evacuados como medida de precaución. En Manila se han suspendido las clases en todos los centros educativos, así como el trabajo en las oficinas gubernamentales para evaluar posibles daños y revisar los cimientos de los edificios. El terremoto fue seguido por otro de magnitud 6,3 que sacudió este martes la provincia de Samar del Este, en la región central de Filipinas, aunque todavía no hay reportes de víctimas. Filipinas se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida por unos 7.000 temblores al año, la mayoría moderados.
Por lo menos cinco personas murieron cuando dos edificios colapsaron por el movimiento. Dos de las víctimas son una abuela y su nieto. Tres cuerpos fueron hallados en un edificio de cuatro pisos que se vino abajo en la ciudad de Porac, en la provincia de Pampanga, al norte de Manila. Otros dos -el de una anciana y su nieto- fueron descubiertos entre los escombros de otro edificio en la cercana ciudad de Lubao, precisó la gobernadora provincial, Lilia Pineda. "Creemos que hay gente todavía atrapada en el edificio de cuatro pisos", agregó Pineda y precisó que 20 personas fueron rescatadas y trasladadas al hospital al caer la noche. "Es difícil porque no hay electricidad", agregó. El terremoto de magnitud 6,3 sacudió el norte de Filipinas a las 5:11 p.m. del lunes, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Filipinas es parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona de intensa actividad sísmica donde se producen la mayoría de erupciones volcánicas y terremotos del planeta.
Provocó inundaciones y aludes de tierra que se llevaron todo a su paso. Isla de Mindanao, la más afectada. Socorristas sacaron decenas de cadáveres de la crecida de un río, informó la Policía que precisó el balance de muertos ascendió a 182. Otras 153 personas seguían desaparecidas. Tras Mindanao, la tormenta tropical debía llegar a la isla de Palawan, más al oeste, según el servicio meteorológico filipino. Allí, un hombre de 53 años, Abdulsalam Binang Amerhasan, murió devorado por un cocodrilo mientras, bajo una fuerte lluvia, amarraba sólidamente su embarcación amenazada por una crecida del río ante la llegada de Tembin, informaron las autoridades. Como no regresaba a casa, su esposa alertó a los vecinos que salieron en su búsqueda a mitad de la noche. "Lo buscaron a lo largo del río hasta que descubrieron el cuerpo de la víctima que el cocodrilo estaba devorando", precisó la Policía. Entre los muertos en Mindanao, figuraban 36 víctimas cuyos cuerpos fueron recuperados el sábado de las aguas del río Salong. Rando Salvacion, un responsable de la policía de la ciudad de Sapad, declaró que los cuerpos rescatados en el Salong provenían de la localidad de Salvador, río arriba. "Se alertó sobradamente a la población. Pero como los tifones son poco comunes aquí, los vecinos no nos tomaron en serio", se lamenta el responsable de la policía de Salvador, Wilson Mislores. Una veintena de tifones y tormentas golpean cada año Filipinas, pero Mindanao, la gran isla del sur de unos 20 millones de habitantes, generalmente se salva. Más de 120.000 habitantes de la isla tuvieron que huir de sus hogares. Según la policía, 19 personas fallecieron también en el pueblo montañoso de Dalama, cerca de la ciudad de Tubod. "El río comenzó a crecer y la mayoría de las casas [de Dalama] fueron arrasadas. El pueblo ya no existe", declaró por teléfono a la AFP Gerry Parami, de la policía de Tubod. Policías, soldados y voluntarios trabajaban con ayuda de palas para intentar encontrar cuerpos sepultados por el lodo y los escombros en este pueblo agrícola de unas 2.000 personas, añadió. En otros lugares, el lodo y las rocas arrastrados por las inundaciones sepultaron unos cuarenta hogares en la ciudad de Piagapo, donde murieron al menos 10 personas, según Saripada Pacasum, un representante de la defensa civil de la provincia de Lanao del Sur. "Enviamos a los servicios de rescate, pero avanzan lentamente debido a las rocas", indicó. Esta tormenta provocó igualmente cortes de electricidad y de comunicación, haciendo más difícil establecer el número de víctimas. Cientos de personas fallecieron en julio de 2014 al paso del tifón Rammasun ('Dios del trueno' en tailandés), pese a la evacuación de casi 400.000 personas y la paralización de Manila. Haiyan, uno de los tifones más violentos, golpeó las islas del centro de Filipinas en noviembre de 2013, con vientos de más de 315 km/h. Olas gigantes, como las de un tsunami, devastaron todo a su paso. La catástrofe dejó más de 7.350 muertos o desparecidos.
Desde los siete años llegó a el zoológico de Manila donde superó la expectativa de vida de estas especies. Con un peso de 2,5 toneladas, Bertha fue encontrada muerta el viernes en su recinto. Una necropsia reveló que murió a causa de un fallo de varios de sus órganos. "Bertha era parte de los pioneros aquí. Su macho había muerto en los años 1980 sin que tuvieran descendencia", declaró el director del zoológico, James Dichaves. El parque ya no cuenta con los documentos que detallaban los orígenes de Bertha, que llegó al zoológico en 1959. Alimentada con hierbas, frutas y pan, Bertha superó con amplitud la esperanza de vida normal de los hipopótamos, que es de unos 40 años en la naturaleza, y de 50 en cautividad. Los responsables del zoológico creen que Bertha era el hipopótamo más anciano en cautividad. En 2012, Donna, que entonces era considerada como la mas longeva, murió a los 62 años en el zoológico de Evansville, en el norte de Estados Unidos. El hipopótamo común está clasificado como una especie vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), puesto que está amenazado por el deterioro de su hábitat y por la caza furtiva. Es cazado por su carne y el marfil de sus cuernos. Con la muerte de Bertha, Mali, un elefante asiático de 43 años de edad, se convirtió en el nuevo representante de este zoológico de Manila, según Dichaves.
Afirmaron que un hombre con problemas mentales, que se suicidó, fue el autor de la muerte de 37 personas en Manila. Medio centenar de personas resultaron además heridas en una estampida, cuando al escuchar disparos los aterrorizados clientes intentaron huir del Resorts World Manila, ubicado frente al aeropuerto internacional de la capital. El hombre, descrito por las autoridades como un ladrón que padecía disturbios psicológicos, empezó a medianoche local a disparar en el casino con un fusil de asalto M4, roció luego con gasolina una mesa de apuestas y le prendió fuego, según el jefe de la policía filipina, Ronald Dela Rosa. El autor de los disparos desapareció luego en el caos provocado por el pánico y la humareda. La policía lanzó una caza al hombre que duró hasta la madrugada en el complejo, en el que existe también un centro comercial. El cuerpo carbonizado del atacante fue hallado en una habitación del hotel cinco horas más tarde, según el jefe de la policía de Manila, Oscar Albayalde. "Hablaba inglés, era alto y blanco, por lo que probablemente era extranjero", dijo a la prensa. La policía anunció que los cadáveres de las víctimas fueron descubiertos en el casino. Perecieron al inhalar humo tóxico procedente de la combustión de las alfombras. Encuentran 34 cadáveres en casino tomado por un hombre armado en... Descartado el terrorismo El asaltante "se quemó a sí mismo dentro de la habitación del hotel", explicó dela Rosa. "Se acostó en la cama, se cubrió con una manta muy gruesa, aparentemente rociada con petróleo y se quemó a sí mismo", agregó. Antes de anunciarse la muerte del agresor, un mensaje no autentificado pareció reivindicar esta operación en nombre del grupo Estado Islámico (EI). El presidente estadounidense Donald Trump había aludido a un ataque "terrorista". Pero según las autoridades filipinas se trata de un robo frustrado y descartaron claramente la pista terrorista. El portavoz de la presidencia, Ernesto Abella, indicó que la situación "no está relacionada de ninguna manera con un ataque terrorista". "Es simplemente un robo y lo más probable es que lo haya perpetrado un demente", confirmó por su lado Albayalde. Las autoridades habían informado que el hombre, que al parecer actuó solo, caminó hacia una de las zonas del casino y disparó con un rifle hacia una pantalla de televisión, antes de rociar con gasolina la mesa de apuestas. El individuo disparó nuevamente y llenó una mochila con fichas. Según la policía, el agresor habría logrado hacerse con el equivalente de 113 millones de pesos filipinos (2,3 millones de dólares). El ataque generó pánico entre los clientes del lugar, que creyeron que se trataba de un atentado terrorista. "Estaba por regresar al segundo piso cuando vi gente corriendo. Algunos huéspedes del hotel dijeron que alguien había gritado 'ISIS' (Estado Islámico)", dijo a la radio DZMM Maricel Navarro, una empleada del complejo. "Los huéspedes gritaban. Nos fuimos al sótano y nos escondimos. La gente gritaba, los clientes y los empleados estaban aterrorizados", dijo Navarro. "Cuando sentimos humo decidimos ir hacia la salida, en el estacionamiento. Desde ahí pudimos salir. Pero antes de salir escuchamos dos disparos y había mucho humo en la planta baja", agregó. Ley marcial El presidente filipino, Rodrigo Duterte, decretó la semana pasada la ley marcial en la región meridional de Mindanao para reprimir una insurrección islamista que declaró su lealtad al EI. En esta región, que se extiende sobre un tercio del territorio filipino, vive el 20% de los más de 100 millones de habitantes del archipiélago. Duterte advirtió la semana pasada que podría decretar la ley marcial en todo el territorio filipino si la amenaza yihadista se ampliaba.
Aunque primero se dijo que no había heridos y EI era responsable, autoridades ahora presumen que todo fue un intento por robar este establecimiento. "Según el departamento de Incendios, la estimación es de 34 muertos", dijo a la cadena CNN Philippines el superintendente, Tomas Apolinaro. Autoridades habían informado que un hombre, que al parecer actuaba solo, caminó hacia una de las zonas del casino y disparó con un rifle hacia una pantalla de televisión, roció luego con gasolina la mesa de apuestas y le prendió fuego. Además informaron que el hombre disparó nuevamente hacia donde se guardan las fichas y llenó una mochila con fichas. Según la policía, el sospechosos habría logrado hacerse con el equivalente a 113 millones de pesos filipinos (2,3 millones de dólares). Después de hacerse con las fichas, el hombre dejó el lugar y subió hacia la sección del hotel, indicó el comandante nacional de la policía, Ronald dela Rosa. "El único asaltante ya fue neutralizado. Está muerto. Se quemó a si mismo dentro de la habitación del hotel", informó a la prensa dela Rosa. "Se acostó en la cama, se cubrió con una manta muy gruesa, aparentemente rociada con petróleo y se quemó a sí mismo", agregó, sin explicar la primera versión. Esta acción fue reivindicada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), pero según las autoridades se trata de un robo frustrado. Estado Islámico se atribuye tiroteo en hotel y casino de Filipinas |... "Por ahora, lo que podemos decir es que no es un acto de terrorismo. No hay elementos de violencia, amenazas o intimidación que indiquen que sea terrorismo", explicó el comandante de la policía.
Más de 15.000 damnificados dejó la conflagración, que se desató en una fábrica ubicada en medio de una zona de invasión en Manila.