Las cárceles en general son pavorosas, pero las de Colombia, con su altísimo hacinamiento y precariedad, agravan aún más la situación. En el país hay 125 establecimientos de reclusión, y por ello, el taller Libertad bajo palabra es una joya que brilla en la oscuridad. Los Informantes escuchó los relatos, cuentos, biografías, canciones y poemas escritos por los reclusos, letras con alas desde la prisión.“Hay personas que al llegar a una cárcel de estas se frustran, se ponen a pensar en las familias, cuando piensan demasiado llegan a un estrés, hay personas que se enferman, quieren el suicidio”, afirmó Héctor Lengua, uno de los participantes del taller.La escritura como escapePara muchos, la cárcel es sinónimo de muerte, especialmente en Colombia, donde una temporada en prisión significa enfrentar peligro, pobreza, insalubridad, vicio y desesperanza. Nadie quiere estar allí.“¿Usted cree que escribir es otra forma de volarse de la cárcel? Sí, prácticamente, por ejemplo, cuando uno escribe uno plasma muchos sentimientos y le ayuda como a escapar del roto donde está o del sitio donde está”, señaló Héctor Lengua.(Lea también: Testimonio de mujer que estuvo 20 años sumida en la adicción: “Pase lo que pase, no me meto un pase”)La cárcel de Riosucio, Caldas, es una de las prisiones donde el Ministerio de Cultura y el Inpec realizan el taller Libertad bajo palabra. Se trata de que los reclusos escriban, y algunos, como Héctor, se lo toman muy en serio."Tenemos cuadernos, lapiceros y plasmamos todo lo que se nos venga en la mente”, contó Héctor.Un taller que transforma vidasA lo largo de un semestre y de la mano de una tallerista, los internos leen textos provocadores y se acercan a técnicas narrativas. Héctor, de 35 años, fue reclutado por la guerrilla cuando tenía 11 y está pagando una condena de 6 años. Lo mejor que le ha pasado en toda su vida fue entrar en contacto con las letras gracias al taller."Escribir se vuelve una herramienta de exorcismo si se le puede decir así, de sacar todo eso que tiene en el alma, en el corazón, internamente, dolores, alegrías, sufrimiento, lo que sea, cómo en el papel se vuelve mágico”, afirmó Luisa, la tallerista.(Lea también: Madre de colombiano detenido en cárcel de El Salvador: "Hasta mi último suspiro intentaré traerlo")Luisa, licenciada de la Universidad de Antioquia, fue la encargada de dictar el más reciente taller en esta cárcel, que tiene capacidad para 55 reclusos, pero alberga 124.“Era lo que yo les decía a ellos, yo aquí no vengo ni a condenar ni a juzgar ni a decirle lo hizo bien o lo hizo mal, o eso mal hecho, porque pues son seres humanos que están purgando su condena, que están pagando por eso que hicieron mal, aquí no es usted qué hizo, sino usted qué va a hacer”, señaló la tallerista.Historias de redenciónEn las cárceles no son color rosa las historias que se escuchan. En el extremo sur del país, en la cárcel de Leticia, está recluida Paola Pinto, quien entró a esta prisión con tan solo 21 años y el bachillerato a medio hacer. Cometió una tentativa de homicidio y paga una pena de 240 meses, es decir, 20 años de prisión.“Mi familia no quiere saber de mí, dicen que soy una vergüenza para ellos, que yo los avergüenzo por estar aquí”, señaló.Narrar su historia ha sido una especie de terapia para asimilar la barbarie que cometió. Paola está por llenar todo un cuaderno con su propio testimonio y ha ayudado a sus compañeras de celda para que también lo hagan.(Lea también: Crudo relato de desplazado del Catatumbo: tuvo que recoger los cadáveres de sus tres hermanos)"Ahí uno reflexiona, uno recapacita, que todo lo que uno hizo en momento de rabia, de ira no es bueno, uno solo se pone a pensar para qué hice eso, por qué será no me calmé, me hubiera ido para mi casa, pero ya es muy tarde, yo pienso en vez de estar aquí en la cárcel debería estar estudiando”, afirmó.Escribir y leer es la única forma que encuentra consuelo Paola. Lo que más la entristece es el desprecio de su mamá por lo que hizo, desde ese día no ha vuelto a verla ni a hablar con ella.El taller Libertad bajo palabra no solo ofrece a los reclusos una forma de expresión, sino también una vía para la redención y la reflexión.
La profesora Mary Luz Grueso es la primera poeta que transformó la literatura infantil colombiana al incluir personajes afrodescendientes. En sus obras, visibiliza la cultura del Pacífico colombiano y aborda temas de inclusión y autoestima. Los Informantes tuvo la oportunidad de conocer su vida y sus increíbles textos.¿Quién es Mary Luz?Mary Luz es una de las voces más importantes, aunque menos conocidas, de la literatura colombiana. Nacida en Guapi, Cauca, creció en un entorno humilde. Desde niña mostró interés por la enseñanza y los libros, inspirada por sus padres, quienes eran narradores de historias.(Lea también: Frases de Pepe Mujica sobre la vida: "Es el único valor que no se puede comprar")Además de poeta, es maestra y autora de libros infantiles revolucionarios que cambiaron para siempre la forma de contar las historias de su gente. Algunos dicen que esta mujer sonriente y sensible es el mejor secreto guardado de la literatura en Colombia.“La poesía es una herramienta fundamental en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Soy una mujer negra, negra como la noche, como el carbón mineral, como las entrañas de la tierra y como el oscuro pedernal”, dijo Mary Grueso.Se casó joven y estudió literatura gracias a la insistencia de su esposo. Enfrentó la viudez escribiendo como terapia para superar el dolor. Ahora, a sus 77 años, vive en Buenaventura, un lugar al cual le agradece su profesión. “La poesía vino a rescatarme”, aseguró.La literatura como inclusiónEsta maestra utiliza la poesía como herramienta educativa, logrando que sus alumnos se sientan reflejados en los textos y promoviendo una enseñanza inclusiva y culturalmente relevante.“Fui la primera persona que escribió literatura infantil ilustrada. Que ellos se pudieran mirar en los textos es innovación pedagógica. Y que los otros también nos pudieran mirar...Es muy importante –que los niños negros se vieran en los cuentos- porque les levantaba la autoestima”, reveló.(Lea también: La inspiradora historia de Moisés Fuentes, nadador paralímpico: “El deporte me devolvió la vida”)Mary empezó a notar que en los libros que leían sus estudiantes no había ningún personaje afrodescendiente, por lo que decidió cambiar esa realidad y crear una más inclusiva. Así fue como tomó papel y lápiz para transformar la literatura.“Empecé a escribir cuentos donde mis alumnos eran los protagonistas, y cuando esos muchachos veían que los protagonistas eran ellos mismos, la felicidad los iba a matar”, mencionó.El éxito de su primera obra literaria‘La muñeca negra’ es la primera obra literaria de Mary Grueso, publicada en 2011. Este libro, referente de inclusión, narra historias de niñas afrodescendientes y sus tradiciones.“Yo quería una muñeca que fuera de mi color, con ojos de chocolate y la piel como un carbón. Y cuando le dije a mi taita lo que estaba pidiendo yo, me dijo que muñeca negra del cielo no manda Dios. Busca tu pedazo de trapo y haz tu muñeca vos. Mi mamá, muy angustiada, de mí se apiadó y me hizo una muñeca oscurita como yo“, recitó Mary Luz, un poema de su libro.Su libro infantil fue el primero registrado en Colombia en el que todos sus personajes son afrodescendientes. Sin duda, una revolución.(Lea también: Brigitte Baptiste y su lucha por la inclusión: es una de las 100 mujeres más influyentes del 2024)Reconocimientos y legadoMary Grueso no solo se ganó el reconocimiento de su pueblo y su gente, sino que también ha sido exaltada como una de las 100 mujeres más importantes del Pacífico y ha recibido aplausos de escritores, incluidos dos Premios Nobel de Literatura.Sus libros han sido distribuidos por la ONU y diversas embajadas, convirtiéndose en herramientas para combatir la desigualdad, la pobreza y el racismo. Además, han sido traducidos en diferentes idiomas.El éxito de Mary Grueso y de su mensaje es tal que ha inspirado obras de teatro, conferencias y clases en colegios y universidades, dejando un legado invaluable a futuras generaciones. Su trabajo no solo ha transformado la literatura infantil, sino que también ha promovido la inclusión y el reconocimiento de la cultura afrocolombiana en todo el país.
El 11 de diciembre de 2024, Netflix estrenó la serie Cien años de soledad, la esperada adaptación de la novela más reconocida del premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez. Bajo la dirección de la colombiana Laura Mora y el argentino Alex García López, la producción se propone ser un fiel homenaje a la obra maestra que definió el realismo mágico y puso a Macondo en el mapa literario mundial.La serie grabada en Colombia ha generado gran expectativa en el mundo. El elenco y los personajes buscan cautivar a los seguidores de la novela como a los amantes de este tipo de adaptaciones. Con un enfoque en el realismo mágico, los creadores han prometido que la serie no solo es visualmente impactante, sino también captura la esencia de la obra.(Lea también: ¿Dónde queda el Macondo de Netflix? Detalles del pueblo en el que rodaron Cien años de soledad)Actores colombianos en Cien años de soledadEntre los nombres más destacados del elenco está Diego Vásquez en el papel del patriarca José Arcadio Buendía. Vásquez, conocido por su participación en series como Las muñecas de la mafia, promete ser un personaje que mezcla fuerza y vulnerabilidad, pues es uno de los intérpretes claves de la historia. Por su parte, Marleyda Soto, personifica a Úrsula Iguarán, uno de los personajes más memorables de la novela. Ella es la prima y esposa de José Arcadio Buendía.Aureliano Buendía, el primer Buendía nacido en Macondo, es interpretado en la serie de Netflix por cuatro actores en diferentes etapas de su vida. El actor Claudio Cataño es el encargado de darle vida a la versión adulta de este personaje que promete ser uno de los puntos más fascinantes de la adaptación.(Lea también: Así es el Macondo de Cien años de soledad, la serie de Netflix: ¿dónde queda?)El reparto, conformado casi en su totalidad por actores colombianos, incluye a:Jerónimo Barón como Aureliano Buendía niñoAndrius Leonardo Soto como José Arcadio hijo jovenEdgar Vittorino como José Arcadio hijo mayorSusana Morales como Úrsula Iguarán jovenElla Becerra como PetronilaCarlos Suárez como Aureliano IguaránMoreno Borja como MelquíadesSantiago Vásquez como Aureliano Buendía adolescenteViña Machado como Pilar TerneraLoren Sofía Paz como Amaranta Buendía mayorAkima como Rebeca Buendía(Lea también: Macondo real: las pistas para encontrar el lugar que inspiró el pueblo de Cien años de soledad)Cada uno de estos actores dará vida a personajes icónicos cuya complejidad psicológica es uno de los pilares de la novela.La producción ha apostado por un diseño de vestuario y una ambientación que trasladan a los espectadores al universo de Macondo, un lugar donde lo sobrenatural y lo cotidiano se mezclan.Aunque los primeros ocho episodios de Cien años de soledad ya están disponibles en Netflix, los fanáticos del realismo mágico tendrán que esperar hasta 2025 para disfrutar de la segunda parte de la serie. Según la plataforma, este formato de estreno por etapas busca mantener el interés y garantizar una experiencia completa de la icónica obra de García Márquez.
La novela Cien años de soledad del célebre escritor colombiano Gabriel García Márquez, quien recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982, es una joya de la literatura hispanoamericana y mundial. Esta obra, una de las más leídas y traducidas en español, ha sido adaptada en una serie de Netflix que se estrenará el 11 de diciembre en 190 países.La serie, dirigida por Laura Mora y Alex García López, ha despertado gran interés entre los seguidores de la novela y los amantes de las series. Con una producción ambiciosa, busca transportar a los espectadores al mágico y poético mundo de Macondo, donde lo extraordinario se entrelaza con lo cotidiano. La trama sigue la vida de la familia Buendía a lo largo de varias generaciones en el mítico pueblo de Macondo.La serie promete ofrecer una experiencia tan fascinante como la lectura de la novela Cien años de soledad, capturando la esencia del realismo mágico que caracteriza la obra de García Márquez.(Lea también: Cien años de soledad en Netflix: detalles de la historia, hora y fecha de estreno)¿Dónde queda Macondo en la vida real?En el 2018, Noticias Caracol se dio a la aventura de buscar al pueblo de la ficción. Aunque a Macondo hay que ubicarlo en un mapa imaginario, hay algunas pistas reales de la geografía colombiana:José Arcadio Buendía, el patriarca y fundador de Macondo, sabía que al oriente estaba la Sierra Nevada de Santa Marta porque por allí habían llegado y fundado el pueblo. Al otro lado de la Sierra estaba Riohacha, al sur estaban los pantanos y la Ciénaga Grande. Presumía que al norte estaba la civilización, tanto así que con un grupo de hombres emprendió su búsqueda y después de una difícil expedición descubrió una enorme playa.Así nació Macondo en Cien años de soledadJosé Arcadio Buendía y su esposa Úrsula Iguarán, acompañados por un grupo de familias, emprendieron un éxodo desde una ranchería de indios en las estribaciones de la Sierra huyendo del fantasma de un muerto en un duelo por dignidad.26 meses después, deciden establecerse en un lugar donde José Arcadio soñaba con crear una nueva comunidad y así fundaron Macondo. A Gabriel García Márquez le sonaba este nombre desde niño porque lo veía a la entrada de una finca bananera cerca de Aracataca, Magdalena, su pueblo natal, donde el Nobel vivió con sus abuelos.“Macondo era una aldea de 20 casas de barro y caña brava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistóricos”, se revela en el libro.(Lea también: Este es el Macondo de Cien años de soledad, la serie de Netflix)Macondo real: así es el caseríoEl río Sevilla, que limita con una vereda llamada Macondo, es muy parecido al río que describe Gabo en la novela Cien años de soledad. “Como tal es Macondo, luego Gabriel García Márquez, el escritor, dice que en su imaginación lo tituló como Macondo, pero ya Macondo existía y era aquí”, afirmó Jairo Pombo, uno de los habitantes del pueblo.Olga Escobar nació en este lugar y muy niña se trasladó a Magangué, allí descubrió que el sitio donde había nacido era famoso en el mundo. "Cuando entré a bachillerato la profesora de español me dijo que ‘Macondo era un pueblo de la imaginación de Gabriel García Márquez’, yo le dije que no, que Macondo real existía, es un caserío, tiene acueducto, los campamentos son grandes, parecen casas de dos plantas”, recordó.El Macondo de la realidad tiene 55 casas y los orígenes del pueblo se remontarían a cuando la compañía bananera levantó en un espacio de la finca las viviendas de los trabajadores.Fabio Sierra, uno de los habitantes de Macondo, explica los límites de la vereda que, según relata, son sorprendentemente iguales a los que descubrió José Arcadio Buendía cuando fundó el pueblo de la ficción de Gabo. “Al oriente tenemos la Sierra Nevada y de la Sierra tenemos La Guajira, al norte tenemos a Santa Marta y de este lado tenemos todo lo que son los pantanos”, señaló.(Lea también: Netflix revela primeras imágenes de Cien años de soledad, serie inspirada en el Macondo de Gabo)El Macondo real y el ficticio se cruzan, ofreciendo a los lectores y espectadores una conexión única entre la realidad y la imaginación.
El célebre escritor estadounidense Paul Auster, fallecido hace dos meses, dejó a manera de testamento para su país un libro que invita a reflexionar sobre uno de los males que aqueja a su sociedad: el porte libre de armas y el alto costo que han pagado los estadounidenses por defender ese derecho constitucional. >>>Donald Trump llama a portadores de armas para que voten por él en las presidencialesEl fotógrafo Spencer Ostrander viajó 30 meses por Estados Unidos para armar la galería de imágenes que iluminan con su oscuridad las páginas de “Un país bañado en sangre”, en el que Paul Auster entrega profundos análisis y fuertes cifras.Paul Auster se pregunta por qué pudieron crear normas para controlar la velocidad y las condiciones en el manejo de vehículos y no han logrado hacer lo mismo con las armas.El debate es una herida abierta en Estados Unidos. La Asociación Nacional del Rifle, que financia con miles de millones de dólares las campañas políticas, especialmente republicanas, defiende el porte de armas, en estos términos: “Lo único que detiene a un malhechor armado es un hombre de bien armado”.El autor responde en su ensayo a esta afirmación. La posesión y el porte de armas y su fatalidad es parte de la historia personal del ensayista y novelista. En su libro, relata que, siendo un niño, supo que su abuela había asesinado a su abuelo de tres disparos.¿Qué mensaje dejan Paul Auster y Spencer Ostrander en el libro?Paul Auster y Spencer Ostrander, escritor y fotógrafo, dejan en el libro un mensaje para una sociedad herida. Un mensaje como padres de familia y como ciudadanos.Ostrander lo define con estas palabras: “¡Como padre es aterrador! Sabes, piensas que estamos enseñando simulacros de tirador activo. ¿Qué pasa si un pistolero entra en la escuela primaria de tu hijo de 4 y 5 años? ¿Por qué no deshacerse de las armas? Cuanto más investigas, más te indignas”.¿Hasta cuándo Estados Unidos transformará esa realidad que se traduce en tragedias? Paul Auster se fue a la tumba sin que el país más desarrollado del mundo resolviera su peor pesadilla.Mientras tanto, el tema sigue siendo uno de los eternos debates en ese país y, por supuesto, un asunto del que tarde o temprano terminarán hablando las campañas en las elecciones presidenciales que se avecinan.>>>“Se salvarán vidas”: Joe Biden firma ley que regula el porte de armas de fuego en Estados Unidos
El escritor británico-estadounidense, de origen indio, Salman Rusdhie, convirtió un hecho violento en obra de arte. “Cuchillo”, la historia de la agresión que vivió a manos de un fanático, en agosto de 2022, le permitió experimentar, según sus propias palabras, lo mejor y lo peor de la naturaleza humana: el odio y el amor.“Creo que hay un triángulo en este libro: el agresor, mi esposa y yo. Es la historia de tres personas, en la que ellos dos, el agresor y mi esposa, representan el odio y el amor”.Sus palabras fueron escuchadas en el Ateneo de Madrid, durante un diálogo con Monserrat Domínguez y Javier Cercas. Allí habló del ataque y de la manera como llevaba su vida desde hacía muchos años, luego de la larga década custodiado por la Policía Británica, por cuenta de la Fatwa del Ayatola Jomeini que lo condenó a muerte en 1989 al considerar que su novela “Los versos satánicos” era una blasfemia contra el Islam, el profeta y el Corán.“Vivimos en un mundo donde todo cambia constantemente y pensé que ese tema ya no le interesaba a nadie, y así andaba tranquilo por el mundo. Yo llevaba 25 años viviendo en Nueva York y hacía todo lo que hace un escritor: giras, charlas, entrevistas, y nunca pasó nada ni en EE. UU. ni en otros lugares del mundo”.Hasta que un joven en un pueblo del estado de Nueva York le dio doce 12 puñaladas en veintisiete segundos y lo dejó al borde la muerte durante dieciocho días. Hace tiempo no le hablaban de “Los versos satánicos”, pero la agresión hizo que el tema volviera a su vida. Su esposa Eliza, poeta y fotógrafa, filmó su reacción frente a la nueva realidad que se le venía encima. Salman Rushdie la transcribió en el libro.La defensa de la libertad de expresión se volvió un hito en su existencia desde los días de la condena a muerte. “Cuchillo” es otro capítulo de esa larga lucha por la vida. El escritor español Javier Cercas define el libro en estos términos: “Yo creo que este libro es la defensa de las palabras de un gran escritor contra la barbarie y el fanatismo”.La estigmatización contra escritores y periodistas en el mundo entero, especialmente cuando provienen de personas que ejercen el poder, puede terminar en intimidaciones o atentados por cuenta del fanatismo. Por suerte, en el caso de Rusdhie la historia del odio, personificado en un cuchillo, fue derrotada por el amor de quienes lo rodearon para salvarlo.
Este lunes, 22 de julio de 2024, falleció el denominado decano de los libros o librero mayor de Colombia, don Felipe Ossa, escritor que durante varios años fue director de la Librería Nacional.>>> También le puede interesar: Ruta Gabo en Cartagena, un recorrido para adentrarse en el mítico universo de MacondoEl director de Noticias Caracol, Juan Roberto Vargas, entrevistó hace un par de años a don Felipe Ossa sobre su noble tarea.Ossa confesó en aquella entrevista: "Yo no quería ser librero. Es decir, no pensaba yo en ser librero y habían abierto la Librería Nacional hacía un año y yo iba mucho allá como visitante en Cali. Un día me dijo mi papá: ‘Oye, ¿por qué no pides trabajo allá?’. Y entonces conocí al dueño de la librería, me presenté, me atendió muy amablemente y entonces me preguntó: ‘¿Usted qué ha hecho? ¿Qué sabe hacer?’. Le dije: 'Yo he leído mucho. He clasificado la biblioteca de mi padre'. Me pidió una referencia y esa referencia me la dio el decano de Literatura de la Universidad del Valle, que era muy amigo de mi padre”.El denominado decano de los libros complementó en la entrevista así: “Aquí me enamoré, aquí me casé, por estas librerías o las de Cali pasearon mis hijos de chiquitos, mis nietos… mis nietas adoradas han paseado por los corredores de la librería. Todo me ha sucedido en la librería. Todo, absolutamente todo”.Ossa también manifestó en aquel entonces que profesionalmente lo ha "hecho perfectamente bien. He leído mucho, pero me falta mucho por leer. He estudiado y he querido conocer cosas”.¿Qué le hacía falta por leer a Felipe Ossa?Preguntado sobre qué le hacía falta por leer, Ossa contestó esa vez: “Me hacen falta por leer, por lo menos, 5.000 libros de mi biblioteca. Los libros han sido mi vida y transformaron mi vida. Es decir, yo le debo todo a los libros y, además, no hay placer más grande para apartarse del mundo que la lectura”.>>>También puede leer: Dago García lanza dos libros complementarios a su serie La primera vez: ¿de qué tratan?
La reconocida chef colombiana Patricia McCausland ha plasmado los vibrantes sabores de su tierra natal en el recién lanzado libro "Encanto: The Official Cookbook", inspirado en la popular película animada de Disney. Este libro presenta 70 recetas auténticas colombianas, cada una íntimamente ligada al rico tapiz cultural que se muestra en la película.McCausland, aclamada por su experiencia culinaria y sus contribuciones al mundo gastronómico, fue contactada por Disney debido a su destacada reputación. Con gran entusiasmo, creó meticulosamente recetas que reflejan la esencia de "Encanto", conectando cada platillo con personajes y eventos de la película de manera cuidadosa."Para mí ha sido una experiencia increíble. Estaba feliz creando nombres y recetas que pudieran resonar con la película", comentó McCausland en una entrevista con Show Caracol y confesó haber visto la película múltiples veces para captar cada detalle que luego integró en su libro.El libro de cocina, actualmente disponible en inglés, no solo representa un regalo para sus lectores, sino también un desafío para innovar constantemente dentro del ámbito de la cocina colombiana. Como nutricionista, chef pastelera y escritora gastronómica, esta es su octava obra, la cual considera tanto un regalo como un reto personal.Ingredientes que definen un platillo inspirado en "Encanto"Cuando se le preguntó sobre los ingredientes esenciales que definen un platillo inspirado en "Encanto", McCausland destacó elementos como cebolla, ajo, achiote, especias colombianas y especialmente cebolla larga, fundamentales en la mayoría de los platos tradicionales colombianos.Se espera que "Encanto: The Official Cookbook" pronto sea traducido al español, permitiendo que este trabajo sea disfrutado por las familias colombianas y los amantes de la buena cocina en todo el mundo.
Después de ‘Cien años de soledad’, la obra célebre de Gabriel García Márquez y ganadora del Premio Nobel de Literatura, ‘La vorágine’, del escritor José Eustasio Rivera, es considerada la segunda novela más importante en la historia de la literatura colombiana.>>> Cien años de La Vorágine: ¿cómo viven las comunidades de La Chorrera en la actualidad?Este clásico de la literatura nacional y latinoamericana, con influencias de movimientos románticos y modernistas, relata en primera persona la historia de la pareja formada por el poeta Arturo Cova y su amante Alicia, quienes se fugan a la selva amazónica para huir de la sociedad.A través de esta narración se expone la cruda realidad que vivieron los indígenas esclavizados durante la ‘fiebre’ por el caucho a fines del siglo XIX y comienzos del XX. En la obra, Rivera retrata crueles prácticas sobre esta explotación de esta materia prima a cambio de la vulneración de los derechos humanos y la pérdida de miles de vidas con el fin de beneficiar a multinacionales.José Eustasio Rivera terminó de escribir la novela el 21 de abril de 1924 y finalmente, fue publicada el 24 de noviembre del mismo año. ‘La vorágine’ se ha traducido a múltiples idiomas como el inglés, francés, ruso, portugués, alemán, italiano, entre otros.>>> La Vorágine: las dos caras de Julio César Arana, el hombre que sembró de muerte el AmazonasEn el 2024 se celebra el primer centenario de la publicación y por ello, el Ministerio de Cultura de Colombia y otras entidades llevarán a cabo actividades y eventos para su conmemoración durante todo el año tanto en el territorio nacional como en el exterior.¿Quién fue el escritor José Eustasio Rivera?‘La vorágine’ fue escrita entre 1291 y 1923 por el huilense José Eustasio Rivera, quien nació en 1888 y murió en 1928 - a los 40 años - por un derrame cerebral producto de una crisis de fiebre y convulsiones tras sufrir de paludismo y otras enfermades contraídas en la selva.>>> Los 100 años de La vorágine: recorriendo la casa Arana, el epicentro de la masacre de las caucheríasRivera falleció en Nueva York mientras se encontraba gestionando la traducción de su célebre novela. Además de ‘La vorágine’, el escritor creó la obra de teatro ‘Juan Gil’, en 1911, y el poemario ‘Tierra de promisión’, en 1921. Aunque murió joven y su obra literaria fue corta, logró convertirse en el autor más influyentes del país después del Nobel Gabriel García Márquez.
A pocos días de que llegue a las librerías la novela inédita del nobel Gabriel García Márquez, titulada En agosto nos vemos, el español David de las Heras, ilustrador de la portada, habla sobre los retos de este proyecto, que se puede adquirir desde el 6 de marzo.Habló la modelo colombiana que desfiló en la Semana de la Moda en Milán: “Muy emocionada”"He tocado el techo con este encargo", dice David de la Heras, pintor español que jamás imaginó poder ilustrar la portada de uno de los escritores más importantes e influyentes del siglo XX.En una sola imagen el artista debía resumir esta historia de 144 páginas, sin contar mucho y a la vez llamar la atención del lector.“Gabo tiene como esta cosa de que es muy descriptivo y lo primero que sentí al leerlo era que me transportaba al lugar donde ocurre todo, es decir, hacer un paisaje tropical que transmitiese esa parte mágica que él tiene al contar sus historias”, señaló el ilustrador.David de las Heras agregó que por eso “pensé que tenía que meter elementos clave como a Ana, la protagonista, el cementerio, en el que visita la tumba de su madre y un árbol que está creciendo en este paisaje”. Una pintura al óleo que luego tuvo que pasar a digital: “En mi vida hubiera imaginado que iba a poder ser portadista de Gabriel García Márquez. Es como un sueño cumplido”, puntualizó.En Colombia se celebrará la publicación de En agosto nos vemos el próximo 5 de marzo de 2024, cuando a las 6 p. m. se iluminen las 40.000 luces led de la torre Colpatria. Entretanto, la obra literaria de Gabriel García Márquez se presentará en las librerías el 6 de marzo, como el lanzamiento mundial de la nueva obra póstuma más esperada del nobel colombiano.Chespirito revive en la pantalla: revelan imágenes de la serie que contará su vida