En el marco de la conmemoración de las ocho décadas del fin del Holocausto, Los Informantes realizó un emotivo recorrido por Yad Vashem, el museo en Jerusalén dedicado a preservar la memoria de las víctimas de esta tragedia. Este lugar no solo cuenta la historia del Holocausto a través de cifras, sino que devuelve la identidad a cada uno de los seis millones de judíos asesinados.El valor de los nombresEl Holocausto no es solo una cifra. Cada una de las seis millones de víctimas judías tiene un nombre, una historia y una vida que merece ser recordada. Por ello, el museo Yad Vashem en Israel trabaja para preservar la memoria histórica y darles un rostro para que no sean un número más.Este lugar tiene como objetivo preservar la memoria de los judíos que fueron asesinados; hacer eco de las historias de los sobrevivientes y honrar a los judíos que lucharon. Eso es lo que se ve en este museo.La importancia de los testimonios“Uno de los sobrevivientes es un abogado judío holandés, dijo que el Holocausto no es el asesinato de seis millones de judíos, son 6 millones de asesinatos en el cual en cada uno de ellos era un judío o una judía fue asesinada”, afirmó Dani Dayan, presidente del directorio ejecutivo de Yad Vashem.(Lea también: Crudo testimonio de niña que sobrevivió al Holocausto escondida en un armario durante dos años)A raíz de ello, el Yad Vashem creó el Libro de los Nombres, una pieza que tiene inscritos casi cinco millones de nombres de víctimas del Holocausto y que dejó páginas en blanco para los que faltan por registrar.La Shoá: una barbarie única“El Holocausto o como nosotros lo llamamos en hebreo, la Shoá, es única, fue una barbarie sin precedentes. Lo que sucedió acá, la tremenda masacre de más de 1.200 seres humanos el 7 de octubre del 2023 no es la continuación del Holocausto”, señaló Dayan sobre los atentados de Hamás en Israel hace poco más de un año."Nosotros hoy somos soberanos de nuestro destino, los judíos no estamos más a la merced de otros. Durante el Holocausto lo máximo que podían hacer los judíos es rogar sin éxito al presidente Roosevelt, al primer ministro Churchill, bombardear los andenes que conducen a los a los campos de exterminio. Hoy, nosotros nos defendemos con nuestras fuerzas”, recordó Dayan.Preservación de la memoria históricaAdemás de su labor de conservación, el trabajo del director del museo es mantener la memoria viva para que no se repita.(Lea también: Sobreviviente del Holocausto cuenta que duró 3 años haciéndose pasar por niño)“Lamentablemente sí se está olvidando, en muchos casos se explota la ignorancia de la gente para cambiar la historia, para contar una historia distinta a la que existió y estamos en un momento muy significativo porque estamos acercándonos al momento en el cual no va a haber más sobrevivientes, no va a haber más testigos”, señaló.Quedan en Israel cerca de unos 100 mil sobrevivientes, pero de edad mayor por eso es importante la recolección de documentación y objetos de la época del Holocausto que serán los próximos testigos de la barbarie.La importancia de recordar"Cuando recordamos el Holocausto hay que acordarse de dos aspectos: la masacre histórica de 6 millones de judíos, pero también tenemos la obligación de hacer un esfuerzo de saber todo sobre cada uno de ellos, por eso registramos los nombres”, afirmó el director.En el museo hoy tienen registrados casi cinco millones de nombres con fotografías y conocen las historias de las víctimas, porque no son un número más.(Lea también: Saul Dreier y su Holocaust Survivor Band, un constante renacer)"Es un lugar más de reflexión que de luto. Esto es un monumento a las víctimas y les devuelve el nombre”, señaló el director sobre el museo."Una de las cosas más básicas más importantes del judaísmo es la memoria histórica, nuestras fiestas casi todas están relacionadas a eventos históricos”, concluyó.El recorrido por Yad Vashem es un recordatorio poderoso de la importancia de recordar de un hecho histórico que el mundo jamás debe olvidar.
Cada 27 de enero, líderes mundiales se reúnen en Auschwitz para recordar el Holocausto, en el que 6 millones de judíos fueron asesinados. En el aniversario 80, los testimonios de dos sobrevivientes tienen una relevancia especial, ya que, a pesar de los años, mantienen vivo el recuerdo de la tragedia.Conmovedor testimonio de sobreviviente al HolocaustoRena Quint no recuerda cómo eran su mamá ni sus hermanos; lo único que tiene en su memoria es la última vez que los vio. “Fueron llevados a Treblinka. Los subían a vagones para ganado y cuando llegaban tenían que quitarse la ropa. Les cortaban el pelo y los metían en cámaras de gas”, reveló Rena a Los Informantes.(Lea también: Mujer sobrevivió al Holocausto escondida en un armario durante dos años: impactante testimonio)Ella sabía perfectamente que su familia murió en ese campo de exterminio del que nadie salía con vida.Después de mucho sufrimiento y una incansable búsqueda para saber algo de su pasado, solo cuando cumplió 54 años supo la verdad. Ella había nacido en la ciudad de Piotrków el 18 de diciembre de 1935. Sus padres la llamaron Frezia Lichtensztein y, cuando tenía tres años y medio, comenzó la guerra y terminaron viviendo en el Gueto de Varsovia, pero sin su padre, quien fue llevado a trabajos forzados en una fábrica de vidrio de la zona.El Gueto de Varsovia era un lugar cercado con alambres de púas donde confinaron a todos los judíos de Varsovia y otras regiones de Europa. Se estima que vivieron allí casi 40.000 personas hacinadas, donde el hambre y las enfermedades eran su realidad.Rena fue separada de su familia a los 6 años. No se explica qué pasó, pero sabe que salió corriendo de la mano de un hombre a quien no recuerda y nunca más volvió a ver a su madre y sus hermanos.(Lea también: Mary Luz Grueso revolucionó la literatura afrocolombiana: “La poesía vino a rescatarme”)Durante casi tres años esquivó la muerte haciéndose pasar por un niño de 10 años, sin hablar casi nada y siempre asustada de que la descubrieran. Un día llegó la orden de trasladar a todos los judíos de la fábrica sin excepción; el destino no era otro que los campos de exterminio.“Cuando llegamos a Alemania, tuvimos que saltar del tren, ni siquiera había rampas. Los alemanes con altavoces anunciaron que nos iban a llevar a los campos. Mi padre me dijo que vio una profesora conocida, ella me dio una foto de mi familia y le preguntó a esa mujer si me vigilaría”, recordó Rena.Estando en el campo de Bergen-Belsen, enfrentó enfermedades y el constante peligro de muerte. Fue liberada por el ejército británico y eventualmente emigró a los Estados Unidos.Rena reconstruyó su vida después del Holocausto. Se casó, tuvo una familia y ahora, a sus 87 años, lleva su nombre y apellido con amor y orgullo. Vive en Israel, donde comparte su historia para (Lea también: Esperaron más de 30 años: emotivo reencuentro de hermanos separados por un incendio en Medellín)Otra sobreviviente al HolocaustoIrene Shashar era una niña cuando su madre la escondió en un armario durante dos años con el objetivo de mantenerla a salvo mientras huían del Gueto de Varsovia."¿Qué pecado pude haber cometido? Pero a pesar de eso, y por el mero hecho de haber nacido judía, los alemanes, los nazis, y Hitler a la cabeza, decidió que había que terminar conmigo, con mis padres. Y el primer paso que tomó fue echarnos a todos los judíos de Varsovia al Gueto de Varsovia”, señaló Irene.Después del asesinato de su padre, su madre le cambió el nombre y huyeron a través de las alcantarillas hasta encontrar ayuda. Irene, hoy con 87 años, sabe que está viva gracias al amor y la valentía de su madre, y no se cansa de pensar en ella y de agradecerle todos los días.Irene reconstruyó su vida en Lima, Perú, y su historia está relatada en el libro ‘Vencí a Hitler’, escrito por su esposo, demostrando un mensaje de esperanza y resiliencia.Vea el capítulo completo de Los Informantes aquí:
En Los Informantes, como cada domingo, tres grandes historias en la pantalla de Caracol Televisión: primero, la invasión más grande de América Latina; el testimonio de dos sobrevivientes del Holocausto, y el inspirador trabajo de un profesor colombiano reconocido a nivel mundial.La Pista: la invasión más grande de América LatinaEn Maicao, La Guajira, queda La Pista, la invasión más grande de América Latina. Más de 10.000 personas, en su mayoría venezolanos, han hecho de este lugar su refugio, viviendo en condiciones extremas, sin servicios básicos y atrapados en un círculo de pobreza. Lo más alarmante: más de la mitad son niños.La Pista es un reflejo de la crisis humanitaria de la región. Esta comunidad lucha por sobrevivir mientras espera soluciones que les permitan soñar con un futuro digno.Sobrevivientes del Holocausto: 80 años después de AuschwitzEl 27 de enero se conmemora el 80 aniversario de la liberación de Auschwitz, el campo de concentración que se convirtió en símbolo del Holocausto y donde más de un millón de personas fueron asesinadas. Hoy quedan pocos sobrevivientes que puedan contar en primera persona los horrores de uno de los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad.Los Informantes conoció los testimonios de dos mujeres que, siendo solo niñas, enfrentaron la crueldad del régimen nazi. Gracias al amor y la valentía de sus madres, lograron sobrevivir a Auschwitz. Sus historias, llenas de resiliencia, nos recuerdan por qué es vital no olvidar es capítulo de la historia.(Lea también: Mujer sobrevivió al Holocausto escondida en un armario durante dos años: impactante testimonio)Un colombiano es uno de los 50 mejores profesores del mundoEn Córdoba, William Rafael Caldera ha transformado vidas con su pasión por enseñar inglés. Este profesor, que comenzó a enseñar por necesidad, fue reconocido como uno de los 50 mejores maestros del mundo.William encontró en el cine y la música las herramientas perfectas para contagiar a sus alumnos el amor por aprender. Su carisma y métodos innovadores han marcado la diferencia en una región donde los sueños suelen ser limitados por las dificultades. Los Informantes lo acompañó en una de sus clases, mostrando cómo este hombre ha convertido un aula en un espacio de inspiración.
El 27 de enero de 1945, el campo de concentración y exterminio de Auschwitz fue liberado, marcando el fin de uno de los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad. En conmemoración de los 80 años de este evento, dos mujeres, que eran solo niñas durante el Holocausto, compartieron en Los Informantes sus historias de supervivencia.La historia de Irene ShasharIrene Shashar, una niña que sobrevivió al Holocausto escondida en un armario recuerda las palabras de su madre.“Amor de mi vida, yo voy a venir traerte para comer, pipi vas a hacer en esta bacinica y cada vez que yo te traiga la comida la voy a vaciar, pero no me llamas, no lloras, no te quejas, no me necesitas para nada, habla con tu muñequita, pero no conmigo... si te portas bien todo esto va a terminar en un dos, por tres’”, recordó la sobreviviente.(Lea también: Error en entrega de restos del Palacio de Justicia: mujer lloró a asesinos de su esposo por décadas)La guerra, sin embargo, no terminó rápidamente. Irene sobrevivió al Holocausto porque su madre la escondió durante dos años en un armario pequeño y oscuro."¿Qué pecado pude haber cometido? Pero a pesar de eso, y por el mero hecho de haber nacido judía, de padres judíos, abuelos, antepasados judíos, los alemanes, los nazis, y Hitler a la cabeza, decidió que había que terminar conmigo, con mis padres. Y el primer paso que tomó fue echarnos a todos los judíos de Varsovia al Gueto de Varsovia”, señaló Irene.La vida en el Gueto de VarsoviaEl Gueto de Varsovia era una zona cercada con alambres de púas donde confinaron a todos los judíos de Varsovia y otras regiones de Europa. Se estima que vivieron ahí hacinados casi 40.000 personas, entre ellos Irene, su papá y su mamá.Durante los tres años de existencia del gueto, el hambre, las enfermedades y las deportaciones a campos de concentración y exterminio redujeron su población.El hambre, la escasez y el miedo eran su realidad. Asesinaron a su padre y su madre supo que tenía que actuar pronto: primero le cambió el nombre judío que tenía su hija, Ruth, por Irene y arriesgó la vida de las dos arrastrándose bajo tierra para salvarse.(Lea también: Saul Dreier y su Holocaust Survivor Band, un constante renacer)“Se ingenió en abrir unas coberturas del desagüe del Gueto de Varsovia, por la alcantarilla”, relató Irene. Luego de andar por los subterráneos de Varsovia vieron una luz.El amor de una madre y la madurez de esa pequeña niña sabían que era eso o la muerte. Irene, hoy con 87 años, sabe que está viva gracias al amor y a la valentía de su madre y no se cansa de pensarla y de agradecerle todos los días.El testimonio de otra sobrevivienteRena Quint también era una niña durante la guerra y sobrevivió al Holocausto por el amor y la valentía de cinco mujeres que fueron como unas madres para ella: la mujer que la dio a luz, la profesora que la cuidó, la que la llevó a Estados Unidos, la mujer que la quiso adoptar y la que al final se convirtió en su madre. Pero esto fue fue después de mucho sufrimiento.Doña Rena no sabe de qué color eran los ojos de su mamá ni de sus hermanos, pero sí recuerda perfectamente esa última vez que los vio. Todos murieron en Treblinka, el campo de exterminio de donde nadie salía con vida.Después de mucho buscar para saber algo de su pasado, solo cuando cumplió 54 años supo la verdad: que había nacido en la ciudad de Piotrków el 18 de diciembre de 1935, sus papás la llamaron Frezia Lichtensztein y cuando tenía tres años y medio, empezó la guerra y terminaron viviendo, como Irene, en el Gueto de Varsovia. Pero sin su padre, que se llevaron a trabajos forzados en una fábrica de vidrio de la zona.(Lea también: Memorias del Holocausto: Conmovedor testimonio de sobrevivientes de Auschwitz)Un mal día empezaron las deportaciones a los campos de exterminio. Anunciaron en el gueto que debían empacar sus cosas y presentarse en la plaza principal. Lo cumplieron y Frezia con seis años, siempre de la mano de su mamá y sus dos hermanos. Los empujaron con el resto de gente hasta la sinagoga. Era todo confusión y miedo, pero una puerta se abrió y fue la ventana de la pequeña Frezia a la vida.No se explica qué pasó, pero lo cierto es que corrió, salió por esa puerta de la mano de un hombre que no recuerda quién es y nunca más volvió a ver ni a su mamá ni a sus hermanos. Pero se reencontró con su papá. Durante casi tres años esquivó la muerte haciéndose pasar por un niño de 10 años, sin hablar casi nada, asustada siempre de que la descubrieran, pero su historia de supervivencia no terminó allí. Un verdadero ejemplo de resiliencia. Vea también: Recorrido por el museo en el que los nombres cuentan la historia del Holocausto
Con un profundo dolor, que no pasa a pesar de los años, Max Kirschberg cuenta cómo perdió a su familia y el horror que vivió en Auschwitz, el campo de concentración más cruel de la Segunda Guerra Mundial.Max Kirschberg siempre tuvo la ilusión de volver a su madre, de quién fue separado. Sin embargo, en un desgarrador testimonio cuenta cómo se enteró que había sido asesinada en las cámaras de gas. Gracias a un tío llegó a Colombia para empezar una nueva vida.