Hace 10 años, un habitante de calle de la ciudad de Medellín fue cruelmente asesinado mientras hacía una fila para entrar al baño. A una década del crimen, las autoridades revocaron una sentencia y lograron condenar a una de las personas que participó en este macabro hecho.De acuerdo con la Fiscalía General de la Nación, se consiguió que Juan Fernando Acevedo Muñoz, conocido como alias 'Orejas', fuera condenado a 10 años y 3 meses de prisión por su participación en el homicidio de un habitante de calle cuya identidad no fue develada.(Lea también: Venezolano fue condenado por asesinar a mujer que se negó a pagarle 10 mil pesos)"El fallo lo declaró responsable del delito de homicidio preterintencional simple, al tiempo que ordenó su captura para hacer efectiva la pena en el establecimiento carcelario que determine el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec)", aseveró el ente investigador.No es el único implicadoLos hechos que fueron materia de investigación ocurrieron el 22 de abril de 2015, cuando alias 'Orejas' roció con alcohol a un habitante de calle, mientras que Robinzon Andrés González Restrepo, conocido como alias 'Llorón', le prendió fuego.Al momento del ataque, el habitante de calle se encontraba haciendo una fila para ingresar a un baño público en la zona del Parque de Bolívar, en el centro de Medellín. Pese a que fue trasladado a un centro asistencial, la víctima acabó falleciendo el 11 de mayo del 2015, por una falla multiorgánica causada por las quemaduras recibidas.Alias 'Llorón' ya había sido sentenciado a una pena en prisión de 41 años y 8 meses por el delito de homicidio agravado.Otro habitante de calle atacadoEn septiembre de 2024 se registró un caso de violencia similar en la capital antioqueña, cuando un habitante de calle fue atacado por otro en el barrio El Poblado. El agresor, identificado como Juan David Naranjo Calderón, fue acusado de rociar a la víctima con una sustancia inflamable, para después prenderle fuego.El habitante de calle afectado, un hombre de 55 años, "sufrió quemaduras en el rostro, el cuello y las manos. Esto puso en riesgo su vida y le generó una incapacidad de 25 días".Naranjo Calderón, conocido como 'El Mueco', fue capturado gracias al rápido contacto de los vecinos del sector con las autoridades. Posteriormente, fue enviado a la cárcel al ser considerado como el posible responsable de tentativa del delito de homicidio agravado.(Lea también: Asesinaban habitantes de calle en universidad y vendían sus cuerpos para clases, en Barranquilla)
"Dígale que todos los días lo pienso en él y que me perdone por haberlo abandonado". Estas fueron las palabras de Andrés Giraldo, un hombre que solía ser un reconocido modelo colombiano, pero que terminó deambulando por las calles de Medellín debido a su adicción a las drogas. Su historia fue conocida por el creador de contenido Stylacho, quien se dedica a cortar el cabello y hablar con los habitantes de calle. En el clip, Giraldo contó que fue imagen de marcas de ropa muy famosas y, además, habla varios idiomas y alcanzó a estudiar derecho. (Lea también: La exmodelo Ingrid Karina dejó el centro de rehabilitación, según su hijo: "Me pueden ayudar")."Todo lo perdí, hasta mi carrera universitaria, pude haber sido un gran doctor, pero por esta maldita droga todo quedó perdido (...) Estuve entre muchas buenas personas, era modelo, a punto de terminar mi carrera universitaria. Conozco muchas cosas, muchos lugares, pero mire en dónde terminé", dijo en el video. Giraldo, quien tiene alrededor de 43 años, hizo una pequeña muestra de cómo modelaba en pasarelas de distintas países del mundo. “Trabajé con ropa interior, en una gira en varias ciudades, cuando pesaba 90 kilos y tenía un cuerpo voluminoso, pero ahora peso 50 kilos y se me ve la desnutrición”, indicó. Andrés Giraldo le manda un mensaje a su familiaEl hombre contó que sus padres ya murieron y que no saben donde están sus otros familiares. Además, dijo que tiene un hijo, llamado Juan Sebastián, pero lo dejó cuando comenzó a sumergirse en la drogadicción. "Mi familia se perdió, tengo una familia muy perdida no sé donde está. Mi hijo, que no sé dónde está, se llama Juan Sebastián. Si lo ve, dígale que todos los días pienso en él y que me perdone por haberlo abandonado. Yo sé que él sí va a ser grande", dijo Giraldo.Añadió que piensa constantemente en "cambiar de vida" e internarse en alguna fundación para iniciar un proceso de rehabilitación. "La fundación sería un apoyo, y la oportunidad de empezar otra vez, porque la verdad nunca he estado en una fundación, pero sería bueno pensarlo, darle una oportunidad. Usted sabe que una fundación es un encierro, y ya las cosas serían muy diferentes, pero el cambio está de corazón. Si yo digo: ´No quiero más esta vida, no quiero más esta droga, tomo esas decisiones. Va a ser difícil, pero si hay un poquito de corazón se puede empezar", concluyó. El caso de Ingrid Karina Este caso se sumó al de Igrid Karina, una reconocida modelo que también fue hallada en las calles de Medellín a mediados de noviembre, a través de un video en el que contaba su historia y se viralizó rápidamente.“Estuve 20 años casada, hablo siete idiomas, tengo tres nacionalidades, pero de momento, aquí en estas calles, no necesitas mostrar tu hoja de vida para que te respeten. No sé matar, no sé robar, pero me toca mantenerme", dijo. Tras ser hallada por su familia, ingresó a un centro de rehabilitación; sin embargo, su hijo indicó en redes sociales que la mujer decidió dejar el lugar en las últimas horas."Dejó el centro de rehabilitación, si la ha visto y me puede ayudar a comunicarme con ella, escríbame al interno", escribió su hijo Juan Antonio, a través de una cuenta de TikTok que abrió para cuando su madre estuviera recuperada.(Lea también: Reapareció Ingrid Karina, la modelo que fue encontrada en las calles de Medellín: ¿cómo está?).
Personas de todos los estratos, todas las profesiones y todas las creencias han terminado como habitantes de calle. Es un infierno al que podemos caer en cualquier instante. Es el caso de Andrés Giraldo, en su momento un reconocido modelo colombiano y hoy sumido en la mendicidad en la ciudad de Medellín.A través de un video compartido en redes sociales por el creador de contenido Stylacho, Giraldo contó parte de su historia. Aunque fue imagen de marcas de ropa muy famosas, el consumo de drogas lo llevó a perder la tranquilidad.(Lea también: mamá recuperó a su hijo, habitante de calle en Cúcuta, tras 11 años)“Estuve entre muchas buenas personas, era modelo, a punto de terminar mi carrera universitaria. Conozco muchas cosas, muchos lugares, pero mire en dónde terminé”, relató el habitante de calle. Y, en un sincero acto de reflexión, añadió: “Hay cosas en la vida que rompen los proyectos y quizá mentes grandes pueden controlar esas caídas, pero yo tuve una mente débil y no supe enfrentar los problemas que tuve y todo se acabó”."Ahora peso 50 kilos": Andrés Giraldo, habitante de calleEl hombre, que ronda los 43 años de edad, reveló que sus padres ya murieron y que a su único hijo lo dejó cuando comenzó a sumergirse en la drogadicción y la indigencia. “Mi hijo, que no sé dónde está, se llama Juan Sebastián. Si lo ve, dígale que todos los días pienso en él y que me perdone por haberlo abandonado. Yo sé que él sí va a ser grande”, subrayó en el video. “Trabajé con ropa interior, en una gira en varias ciudades, cuando pesaba 90 kilos y tenía un cuerpo voluminoso, pero ahora peso 50 kilos y se me ve la desnutrición”, sostuvo Andrés Giraldo. El habitante de calle afirmó hablar varios idiomas y reconoció, con dolor y frustración: "Pude ser un gran doctor, pero por esta maldita droga todo terminó en pérdida".Por último, dijo que está considerando la posibilidad de entrar a una fundación para iniciar un proceso de rehabilitación. La historia de Andrés Giraldo hizo recordar la de Ingrid Karina, otra modelo que acabó siendo habitante de calle en Medellín. Tras publicarse unas imágenes suyas, fue rescatada a la fuerza y hoy se encuentran en recuperación, en una institución especializada en adicciones.(Lea también: reapareció Ingrid Karina, la modelo que fue encontrada en las calles de Medellín)¿Cómo ayudar a un habitante de calle?No despreciarlos ni estigmatizarlos, esa es la primera recomendación que hacen expertos. Los habitantes de calle son ciudadanos, con derechos como todas las personas que viven en Colombia, y cualquiera de nosotros podría estar en esa situación difícil. Por supuesto, a los que delinquen -que no son la mayoría- hay que denunciarlos, insisten las autoridades. Para ayudarlos, además de darles alimento cuando pueda, es posible unirse a fundaciones como El Banquete del Bronx , con presencia en varias ciudades, y Callejeros de La Misericordia, la cual realiza una hermosa labor en Bogotá en memoria de fray Gabriel Gutiérrez Ramírez, frayñero, el sacerdote franciscano que dio su vida por los más pobres .
Brayan Hernández cambió por dentro y por fuera. Después de sobrevivir como habitante de calle en Cúcuta durante casi 11 años, volvió a los brazos de María Elena, su mamá, una mujer valiente que luchó todo ese tiempo por rescatarlo y que ha ayudado a decenas de jóvenes que sufren la misma desgracia de su hijo. Con un costal en el hombro, la mirada un poco perdida y la ropa sucia, así lo grabó Noticias Caracol en septiembre de 2023. En aquel momento, acompañamos a María Elena Hernández a buscar al amor de sus amores. Esta madre lo perdió cuando él tenía 15 años, por culpa de la drogadicción. "Se empezaron a perder las cosas y una persona me llama y me dice: 'María Elena, mire que Brayan vino vendiendo tal cosa'. Y empiezo a buscar y lo confronto, y me dice: 'Sí, mamá, es por esta porquería'. Y me tira una tapita de lapicero, se pone a llorar y me dice: 'perdóneme'".(Lea también: así cambió doña María, habitante de calle que se reencontró con hijo en Cúcuta después de 20 años)La porquería que llevaba Brayan en la tapita era bazuco. "Yo como mamá me di cuenta que tenía que ponerle carácter a la situación y que no podía permitir que él estuviera en la casa consumiendo y alcahueteándole, tenía que enseñarle que la droga podía llevarlo a perderlo todo", recalcó María Elena.En medio de una lucha incansable por salvar a su hijo, esta mamá se unió a la fundación Banquete del Bronx para auxiliar a otros que también estaban en la indigencia. "Un día que llegué a la calle a buscarlo a él, porque se perdía mucho tiempo, empecé a hablar con otro muchacho y empecé a darme cuenta que en la calle había pelados que necesitaban ayuda y que no tenían mal corazón, y empecé a relacionarme con ellos, a buscarles un alimento".El día que lo encontramos, reciclando en una esquina de Cúcuta, María Elena y Brayan tuvieron esta conversación: - María Elena: "Vámonos, Brayan, deje todo esto botado que usted ya no necesita de esto, usted ya es para que esté conmigo trabajando de la mano y sacando gente de este lugar. Más que nadie sabe lo dura que es la calle".- Brayan: "No, todavía no estoy preparado como para irme".- María Elena: "Brayan, ¿si vive en la calle todos los días, que es duro, y me dice que no está preparado para dejar la calle? ¡Ah! ¿Qué más necesita, Brayan?, ¿qué más ejemplo necesita, Brayan? Vamos, Brayan, dese una oportunidad".- Brayan: "La quiero mucho, la amo, la extraño... un día de estos me voy".- María Elena: "Siempre queda el vacío en el corazón de dejar uno el hijo acá, eso es como ver que el hijo está en etapa terminal y decir no tengo los recursos para sacarlo o la forma de cómo hacerlo (llanto). Cuánto quisiera tener la oportunidad o la forma de poderlo convencer, así como se logran otros muchachos... y estar uno detrás del de uno rogándole todo el tiempo de que vamos, vámonos".Video de la primera crónica de Brayan, el habitante de calle que conmovió a Colombia: Luego de emitida este primer informe, Brayan tomó la decisión de abandonar las calles y emprender una nueva vida, lejos de la droga y al lado de su mamá. Noticias Caracol regresó a Cúcuta para registrar el cambio y escuchar el testimonio ejemplar de este joven, hoy de 27 años. "Me aburrí. En la primera entrevista más de una gente me hablaba, me aconsejaba, me decía: 'desagradecido, cómo hace sufrir a su mamá y se va y la deja llorando'. Y a lo último capté: ¿qué hago destruyéndome la vida, durmiendo en un canal, tirado como un perro, teniendo mi familia y a mi mamá buscándome? Eso me ayudó a cambiar", subrayó. Brayan admite que lo más complicado era esquivar a María Elena. "Eso era lo más duro, escondérmele a mi mamá. Muchas veces me le escondí. No me gustaba verla llorar, porque yo en la calle tengo criterio y no me gustaba que me vieran llorando. Pero me daba nostalgia cuando pasaba y llamaba a dar comida y yo no poder salir".Ya en el calor del hogar, aconseja a los más jóvenes no dejarse tentar por el diablo, aunque parezca ser un ángel: "Uno comienza con la marihuana, luego con una cosa y luego con otra. Y cuando usted menos piensa termina en la calle, tirado, y nadie da un peso por usted. Yo les aconsejo que no lo hagan. Y los amigos que dicen que tome o es gallina, más adelante es donde uno ve las consecuencias"."Lo amo, es mi primer hijo, el hijo del proceso. Me enseñó todo. Fue la primera persona a la que escuché decirme mamá. Desde que Brayan llegó al mundo, veníamos con dificultades los dos, porque me tocó sola. Yo siempre voy a estar ahí, pase lo que pase yo voy a estar ahí", reflexionó María Elena.Y Brayan, que fue parido dos veces por esta mujer, cuando nació y ahora que renació, le contestó: "Mi vida, ella me dio la vida. Ella dice que estamos solos y no, porque teníamos a Dios. Ella sabe que la amo, la quiero y la aprecio mucho. Mi promesa es andar firme con el amor de Dios".Ambos se dedican ahora a recorrer los caños de Cúcuta, atendiendo a otros que padecen la indigencia. Madre e hijo van curando heridas, alimentando estómagos y llenando almas.Video de la segunda crónica de Brayan, fuera de las calles de Cúcuta:(Lea también: Frayñero, el santo de los pobres que hace "milagros" en el centro de Bogotá: esta es su historia)
En septiembre de 2023, Noticias Caracol le contó a Colombia la historia de Brayan Hernández, un habitante de calle en Cúcuta cuya madre luchaba por sacarlo de la mendicidad. María Elena, en medio de una batalla muy dura, se había dedicado a rescatar a otros jóvenes que, como su hijo, sufrían en los andenes y caños de la capital de Norte de Santander. Meses después de emitida esa primera crónica, Brayan decidió salir del infierno en el que estuvo sumergido durante 11 largos y tortuosos años, y empezar una nueva vida lejos de la droga y al lado de su mamá. (Lea también: Esta fue la primera crónica de Brayan, habitante de calle en Cúcuta)"Me aburrí. En la primera entrevista más de una gente me hablaba, me aconsejaba, me decía: 'desagradecido, cómo hace sufrir a su mamá y se va y la deja llorando'. Y a lo último capté: ¿qué hago destruyéndome la vida, durmiendo en un canal, tirado como un perro, teniendo mi familia y a mi mamá buscándome? Eso me ayudó a cambiar", recalca Brayan.Un cambio que demoró bastante tiempo y costó demasiadas lágrimas por culpa de la maldita drogadicción, un monstruo que lo arrojó a la indigencia cuando apenas tenía 15 años. "Eso era lo más duro, escondérmele a mi mamá. Muchas veces me le escondí. No me gustaba verla llorar, porque yo en la calle tengo criterio y no me gustaba que me vieran llorando. Pero me daba nostalgia cuando pasaba y llamaba a dar comida y yo no poder salir", agrega."La muerte era lo mejor": Brayan Hernández Los malos amigos, las malas juntas como afirma Brayan, lo llevaron al infierno. En una ciudad caliente como Cúcuta, este joven noble y hasta inocente se estaba quemando, pero por dentro. "En ese momento, la muerte era lo mejor que tenía, la opción que yo pensaba, porque no me hallaba. Había algo que como que sentiría mejor descanso en paz, en vez de estar en la calle, sufriendo. No me iba para la casa porque no quería cambiar, me gustaba la droga", reconoce. Padeció desprecios y fue invisible para la mayoría de ojos que pasaban sin mirar por un parque áspero que fue su cama y cocina, su todo y su nada. "Hay gente que lo juzga a uno sin saber cómo es uno.. 'ay, ese chirrete. Ay, ese habitante de calle. Ay, ese mugre ya no sirve'. Eso le dicen a uno un montón de cosas. Yo llegaba al restaurante de buena manera y decía: 'buenos días, regáleme comida'. Porque yo fui de la calle, pero yo tengo mis modales. Y no faltaba el que sacaba agua y le echaba a uno. Eso era impactante". Tan impactante como su transformación. De encima se quitó no solo la suciedad, también y principalmente la intranquilidad. Ya no tragará saliva cuando haya sed. "Usted me veía a mí así, haciendo gestos locos, todo carramaniado... con una escobita, todo loco, barra aquí y barra allá, limpie y limpie. Después de eso, a verme así, tranquilito, sin ese tic, dirán los que quieren cambiar: 'si el chino pudo, ¿por qué yo no?", reflexiona.Brayan, que en carne propia sintió cómo duele el hambre, hoy por hoy recorre la capital de Norte de Santander junto a María Elena Hernández y otros voluntarios del Banquete del Bronx. Llena estómagos y alimenta almas. "En la calle hay mucha depresión, mucha droga. No hay nada como estar en la casa, en el hogar", sentencia. "No prueben las drogas"No dejarse tentar por el diablo, aunque parezca un ángel, eso les aconseja a los más jóvenes. "Uno comienza con la marihuana, luego con una cosa y luego con otra. Y cuando usted menos piensa termina en la calle, tirado, y nadie da un peso por usted. Yo les aconsejo que no lo hagan. Y los amigos que dicen que tome o es gallina, más adelante es donde uno ve las consecuencias". María Elena lo logró. El amor de sus amores está a salvo. Lo asegura emocionada: "Lo amo, es mi primer hijo, el hijo del proceso. Me enseñó todo. Fue la primera persona a la que escuché decirme mamá. Desde que Brayan llegó al mundo, veníamos con dificultades los dos, porque me tocó sola. Yo siempre voy a estar ahí, pase lo que pase yo voy a estar ahí". Y Brayan, que fue parido dos veces por esta mujer, cuando nació y ahora que renació, le responde: "Mi vida, ella me dio la vida. Ella dice que estamos solos y no, porque teníamos a Dios. Ella sabe que la amo, la quiero y la aprecio mucho. Mi promesa es andar firme con el amor de Dios". María Elena y Brayan seguirán metiéndose a los caños de Cúcuta con la esperanza de rescatar a otros que sufren la dureza del asfalto, el látigo de la droga y el peso de la indiferencia. (Lea también: Frayñero, el santo de los habitantes de calle que hace 'milagros' en Bogotá)
Los habitantes de calle en el centro de Bogotá no olvidan a Frayñero, el sacerdote franciscano que durante años fue su padre y cuidador. Este cura, de sotana desgastada y corazón gigante, literalmente dio la vida por los más sencillos y humildes. En plena pandemia del COVID-19, salió a alimentarlos y se contagió. Aunque falleció, su legado no se detiene y muchos aseguran que, desde el cielo, él continúa haciendo posible el milagro del pan y el abrigo para los necesitados. Este domingo, en la Jornada Mundial de los Pobres, Noticias Caracol recuerda su historia. >> Vea acá la crónica que este noticiero publicó en el primer año de la partida de FrayñeroCuando fray Gabriel Gutiérrez Ramírez murió, el 2 de abril de 2021, un Viernes Santo casualmente, algunos llegaron a pensar que era el fin de su obra. Estaban equivocados. De hecho, de cierta manera, hubo una multiplicación del pan y el chocolate caliente. Sí, su fundación, Callejeros de la Misericordia, permaneció de pie y se propuso extender aún más aquella misión de atender a los mendigos, cachivacheros, vendedores ambulantes, migrantes, trabajadoras sexuales, indígenas e integrantes de la comunidad LGBTI discriminados."Callejeros de la Misericordia continúa con todos los proyectos que formuló Frayñero. Seguimos llevando diariamente desayunos a los habitantes de calle. Los lunes servimos en Facatativá, los miércoles vamos al Parque Tercer Milenio, los jueves estamos en los alrededores de la carrera Décima y los sábados nos encontramos en el Parque de Las Cruces", explica Gloria Inés Gutiérrez, hermana del religioso y una de las líderes de la fundación. Los discípulos de FrayñeroFrayñero trascendió. Ya no está físicamente, y eso lo lamentan de forma profunda quienes no tienen un techo donde dormir ni un amigo con quien llorar, pero su espíritu no se ha ido. En los cambuches, debajo de los puentes y en los andenes fríos, sus parceros no dejan de hablarle, orarle y amarle. Se sienten acompañados por él, en medio de semejante soledad.Y es allí cuando dicen que este cura eterno intercede ante Dios por un milagro constante. No revive muertos ni quita enfermedades, pero sí hace posible lo imposible: que jamás falte un pedacito de comida en la boca de los más hambrientos. En un mundo donde escasea la bondad, decenas se dejan tocar por su ejemplo y les tienden la mano a los marginados de la sociedad. Es mucho, aunque parezca poco. "Gracias al apoyo de nuestros benefactores y voluntarios, mantenemos viva la obra de Frayñero, que sin lugar a duda nos acompaña todos los días con su entusiasmo y sus enseñanzas. Definitivamente, Frayñero sigue vivo en esta misión de estar en la calle con los más necesitados, los más pobres de los pobres", reflexiona Gloria Inés, en diálogo con Noticias Caracol en vivo.Callejeros de la Misericordia no solo da alimentos, también tiene otros programas. "Hay un proyecto de procesos de rehabilitación, donde conseguimos padrinos para quienes quieran salir de la calle. Cuando ya están rehabilitados, entran al plan despertar, por medio del cual los apoyamos en todo su camino de resocialización para que puedan salir a ganarse la vida. Al que vende mango, le ayudamos a conseguir la carreta. Al que recicla, su carretilla. Y al de los tintos le damos su carrito, el pan y el café", concluye la hermana del sacerdote. La fundación, que beneficia semanalmente a cerca de 500 personas, desarrolla actividades culturales para hijos de mujeres en condición de prostitución y extranjeras sin oportunidades. A quienes residen en pagadiarios y se quedan sin una moneda, también los auxilian para que no terminen durmiendo en una esquina. >> Le puede interesar: hijo encuentra a su madre habitante de calle, después de 20 años, en un parque de Cúcuta Frayñero, ángel de los olvidadosOrlando Beltrán, director del Banquete del Bronx, fundación que atiende cada semana a unos 3.500 habitantes de calle en seis ciudades de Colombia, le agradece a Frayñero. "Él es un ángel que me indujo a mí a darme cuenta de que debemos llegar a todos los lugares donde esté la pobreza y la miseria, y que no hay sitio al que no podamos llegar. Por eso, con mucho amor y Dios en el corazón, entramos a las ollas y huecos del país, a la Colombia subterránea", subraya. Y, convencido porque vio de frente a este santo sin aureola, agrega: "Frayñero nos dejó un ejemplo de humildad y amor. Él se quitaba el pan de la boca por darle a otros. Es el ángel que vigila las calles y los caños, que ilumina los rincones más oscuros". ¿Quién era Frayñero?De 63 años, nacido en Bogotá y criado en Villavicencio, fray Gabriel Gutiérrez Ramírez creció en una familia que desde pequeño le enseñó que, más que acaparar, lo importante era compartir. Motivado por esa conciencia social, y luego de ser ordenado presbítero, decidió ingresar al convento de los padres franciscanos, los hijos de San Francisco de Asís. La pobreza se convirtió, entonces, en uno de sus votos perpetuos.Fue misionero en la golpeada África, en lugares inhóspitos a los que nadie se asoma pero en los que todo falta. Allí terminó de convencerse, aunque nunca lo dudó, de su preferencia por los despreciados. Luego viajó a Guapi, en el Cauca. Eran épocas difíciles, de guerra y asesinatos, pero también de hambruna y desilusión. Frayñero jamás salió corriendo, siempre se quedó al lado de quienes sufrían. En aquel municipio levantó una casa para dar de comer a niños y jóvenes, y enterró a guerrilleros y paramilitares, pues no le gustaba clasificar a la gente entre buenos y malos. Para él, toda vida era digna y cada muerte dolía.Este cura extraordinario, porque lo fue, prometió y cumplió seguir los pasos de Jesús e ir tras los pobres. Caminó con ellos, se puso en sus zapatos y se preocupó por sus pies cansados. Así, con el hábito roído pero el alma entera, arribó a Bogotá e inició su obra más memorable: abrazar a quienes nadie quería tocar, a los habitantes de calle. "Me dicen Frayñero porque entre ellos se tratan de ñeros y es una palabra hermosa, pues significa compañero. Y que me tengan como compañero para mí es un orgullo muy grande", afirmó en una de las varias entrevistas que le concedió a Noticias Caracol.Y murió en su ley, sin esconderse durante el COVID-19, pues afirmaba que afuera había una pandemia más cruel, la del hambre y la indiferencia.¿Qué es la Jornada Mundial de los Pobres? Instaurada por el Vaticano, se conmemora en noviembre para generar conciencia sobre los pobres. Solo en Colombia, según el DANE, la llamada pobreza monetaria alcanzó un 33% en 2023, lo que se traduce en que 16,7 millones de personas la padecían. En cuanto a la pobreza extrema, rondaba el 11,4%. “En 2023, en el total nacional, 5.785.529 personas estaban en situación de pobreza monetaria extrema y en 2022 había 6.904.501 personas en dicha situación", reseñó la entidad oficial. Este domingo, 17 de noviembre de 2024, el papa Francisco envió un mensaje, a propósito de la fecha: "La Jornada Mundial de los Pobres es ya una cita obligada para toda la comunidad eclesial. Es una oportunidad pastoral que no hay que subestimar, porque incita a todos los creyentes a escuchar la oración de los pobres, tomando conciencia de su presencia y su necesidad. Es una ocasión propicia para llevar a cabo iniciativas que ayuden concretamente a los pobres, y también para reconocer y apoyar a tantos voluntarios que se dedican con pasión a los más necesitados. Debemos agradecer al Señor por las personas que se ponen a disposición para escuchar y sostener a los más pobres".>> Siga leyendo: Karina, la exmodelo que resultó en las calles, ya está en rehabilitación
Después de haber sido una figura prominente en las pasarelas y caer en el abismo de la drogadicción, Ingrid Karina Sánchez, conocida por su lucha en las calles de Medellín, ha comenzado un nuevo capítulo de su vida. Tras ser rescatada por la Fundación Yonathan Forero, Karina ahora se encuentra en un proceso de rehabilitación, apoyada por su familia, amigos y un equipo de profesionales dispuestos a darle la oportunidad de reconstruir su vida. Nacida en Ocaña, Norte de Santander, Ingrid Karina fue una modelo prometedora que, en su juventud, vivió rodeada de lujos y éxito. A lo largo de su carrera, trabajó con varias agencias de modelos de renombre y habló en diversas ocasiones sobre su amor por las pasarelas. En sus años de gloria, se destacaba por su belleza, fluidez en 7 idiomas y su historia como mujer internacional."Hablo siete idiomas, tengo tres nacionalidades, pero de momento, aquí en estas calles, no necesitas mostrar tu hoja de vida para que te respeten. No sé matar, no sé robar, pero me toca mantenerme. Y hay mucha gente, por ejemplo, que así yo tenga plata en el bolsillo me rechaza para venderme algo", dijo en un video compartido por la creadora de contenido Andreitha Moreno. >>> Vea la historia de Karina, exmodelo que cayó en las drogas y vive en las calles de MedellínKarina ha tenido una vida muy duraSin embargo, la vida de Karina dio un giro inesperado cuando enfrentó tragedias personales que la llevaron a las calles, pues en el video que se viralizó, la mujer que asegura ser modelo de talla internacional, confesó que la pérdida de su hija y los abusos sufridos en su matrimonio la sumergieron en una profunda depresión que, con el tiempo, derivó en el consumo de drogas. “Probé el bazuco, pero hay más dolor en el bazuco que en cualquier otra cosa”, compartió en el video que se viralizó, en el que también aseguró ser modelo de Stock Models.Karina sigue siendo una mujer inteligente, habladora y sensible, que lucha por encontrar un camino hacia la sanación. "Había dedicado 20 años de mi vida a mis hijos, pero ahora estoy perdida", afirmó, mostrando el dolor que aún lleva consigo por las decisiones tomadas en su vida.Karina no logra comprender que está recibiendo ayudaA raíz de la difusión de su historia, Ingrid Karina recibió el apoyo de la Fundación Yonathan Forero, que, con la ayuda de amigos de la infancia y su familia, logró rescatarla de las calles de Medellín. La fundación estaba con Andreitha Moreno el día que la creadora de contenido compartió su historia en redes sociales y desde entonces han tratado de ayudarla en su proceso de sanación y recuperación. La rehabilitación de Karina, según explicó la fundación, está siendo un proceso involuntario, puesto que Karina se niega a que la ayuden; sin embargo, está recibiendo la atención que necesite por solicitud de sus familiares, quienes también firmaron un permiso para que la organización sea la encargada de su proceso y por tanto, de su futuro. “De este caso nos dimos cuenta con Andreitha Moreno, yo trabajo de la mano con ella. Eran horas de la noche en un sector muy vulnerable, que es debajo del puente peatonal de la plaza minorista. Estábamos ahí cuando ella se nos acercó pidiéndonos algo de comer y, ella quería que alguien la escuchara, así que nos contó su historia”, relató un vocero de la Fundación Yonathan Moreno a Noticias Caracol en vivo. Después de resistirse a la ayuda que en un principio le brindó la entidad, Karina fue llevada a una de las instalaciones de la fundación, donde actualmente recibe apoyo psicológico, espiritual y social. “Está en un lugar donde su vida va a empezar a cambiar. Es un proceso largo, pero con fe y con ayuda de su familia, amigos y de Dios, tenemos la certeza de que podrá salir adelante”, afirmó el vocero. El proceso ha sido complicado, ya que Karina sigue desorientada. "No asimila todavía su proceso, la etapa que va a empezar en su vida. Todo es de tiempo, es de ella empezar a meditar, a aceptarse y a trabajar en su autocuidado y proyecto de vida", explico en la entrevista.“Va a conseguir apoyo psicosocial, le estamos brindando alimentación, cama, ayuda espiritual, va a recibir atención psicológica. También va a tener procesos de recreación", agregó la fundación. >>> Le puede interesar: Habla el hijo de Karina, exmodelo que terminó como habitante de calle en MedellínSus familiares y amigos la han ayudadoEl papel de la familia ha sido fundamental en este proceso. El apoyo de quien dice ser su hijo, aunque distante, sigue siendo una motivación importante para Karina. A pesar de la difícil situación, Juan Antonio ha estado trabajando para ayudarla, en la medida en que las circunstancias lo permitan. "Muchos me han preguntado que si he podido hablar con ella, que si la he buscado, y hasta ahora no he podido, pero lo más seguro es que hoy lo logre y por aquí les contaré cómo está", señaló en un video que compartió por redes sociales Juan Antonio. En este video también explico que creó esa cuenta para que cuando ella salga de rehabilitación pueda contar su historia a todas las personas que han estado al tanto de su caso."Hay que tener en cuenta que recuperarse de una adicción es un camino muy largo y muy difícil, que espero que mi mamá pueda lograr con nuestra ayuda. Espero que todo esto se pueda resolver favorablemente", dijo el joven. "Muchos adictos, cuando se recuperan, vuelven a las drogas porque no tienen nada que hacer y nadie que les dé trabajo. Ella podría dedicarse a las redes, después de todo es algo que siempre le ha gustado. Entonces me gustaría darle esta cuenta apenas se recupere, con un número importante de seguidores, para que tenga de qué mantenerse y pueda contar su vida", concluyó el hijo de Karina.La mujer también ha contado con el respaldo de Fabián, un amigo de infancia que se comprometió a apoyarla. Este gran compañero habló con la entidad que ahora le está ayudando a Karina y les pidió que ayudarán a su amiga. La mujer vive en un hotel que es propiedad de Fabián, según explicó la fundación a Noticias Caracol. La Fundación Yonathan Moreno, que opera de manera privada, ha recibido el apoyo de varias personas que han querido contribuir a la causa, pero las ayudas monetarias que han recibido han sido de los familiares de Karina, quienes desean verla mejor, confiando en sí misma y con una nueva y renovada vida. "Es un proceso de tiempo, pero estamos convencidos de que Karina tiene todo para salir adelante, con el apoyo de su familia, la fundación y el amor que muchas personas le están brindando", puntualizó la fundación.
"Yo antes la había visto, pero, por su condición, no la reconocía". Eso señala, aún impactado, Andrés Leonardo Pacheco. Y cómo no si el martes pasado, gracias a un verdadero milagro, se reencontró con su mamá. Doña María era la habitante de calle a la que tantas veces se había topado en el Parque Lineal de Cúcuta.>>> En contexto: así fue el reencuentro de esta madre y su hijoPasaron 20 largos años desde que Andrés Leonardo y su madre perdieron contacto. La mujer se separó del esposo y este se llevó a su hijo para Venezuela. "Mi papá nos cortó toda comunicación con ella desde que nos fuimos. Todo ese tiempo siempre nos cortó la comunicación", subrayó el joven, en diálogo con Noticias Caracol en vivo.El hijo, sin embargo, jamás olvidó a su mamá. La recordaba constantemente y hace cerca de cinco años, al volver a Cúcuta, empezó a buscarla con mayor intensidad. Se la preguntó a vecinos y conocidos, pero nadie le dio razón. Algunos solo le indicaban que, quizá, podría estar en la mendicidad."De tanto buscar, ya había perdido un poco la esperanza, pero ayer (12 de noviembre) se acercó un muchacho (habitante de calle) a pedirme unas monedas y un cigarrillo, y yo se los di. Y el muchacho, en broma, me dijo: 'Ahí está su mamá, se parecen'. Y se fue. Yo me puse a pensar, me senté con la señora y hablé con ella. Le di unas moneditas y, cuando comenzamos a hablar, supe que era mi mamá. No la reconocí al principio porque fueron 20 años. Yo me fui cuando estaba niño y ya tengo 32".¿Cómo se reconocieron la madre habitante de calle y su hijo?Andrés Leonardo reveló que, además de un lunar que comparten, la forma de sus cachetes fue clave para identificarse y reconfirmar que eran madre e hijo. El tiempo borra muchas cosas, pero jamás esas señales tan íntimas y llenas de amor. "Cuando el muchacho me dijo que ahí está su mamá, porque nos parecemos en los cachetes, yo me siento al lado de ella. Empiezo a hablar y me empiezo a dar cuenta por unos lunares. Cuando yo le veo los lunares, me dice: 'Tú tienes un lunar igual que el mío, yo lo tengo aquí en el mentón'. Y de una vez supe que ella era mi mamá, porque mi mamá siempre ha tenido ese lunar. Y ella me lo recalcó, que lo tenía ahí, y yo lo tengo en la sien. Y de una vez ahí me di cuenta".Lo más curioso, si se le puede calificar así, es que Andrés Leonardo se había cruzado con doña María sin saber que esa habitante de calle encorvada, cubierta de trapos y botellas plásticas, cuyo rostro estaba cubierto con una gran melena y que se sostenía de un palo, era la mujer que le dio la vida. "Yo trabajo en el centro y donde la encontré fue en un parque que queda en el centro, pero, como estaba en esas condiciones, pues no la había reconocido. Cuando yo dejé de verla, era una mujer gordita, tenía una tiendita, normal. Ya la había visto como en una o dos oportunidades mi esposa, pero en realidad no la reconocimos en ningún momento", indicó en la charla con Noticias Caracol en vivo.>>> Vea, además: historia de otra madre que lucha por sacar a su hijo de las calles de Cúcuta¿Por qué doña María era habitante de calle en Cúcuta?Sobre cómo la señora terminó durmiendo en el Parque Lineal de Cúcuta, su hijo explicó lo siguiente: "Unos vecinos dijeron que se había mudado para otra casa que iba a comprar. Me dirigí hasta donde me dijeron y ahí los vecinos me cuentan que sí, que ese lote precisamente es de ella, pero que se quemó, que hubo un incendio que le quemó la casita. Y, a raíz de eso, ella me contó ayer que quedó como traumada y quedó en la calle, y ahí empezó la vida en la calle".Andrés Leonardo reveló que su hermano mayor, Jairo Pacheco, no se ha enterado del reencuentro. Él, que se quedó con doña María tras la separación, se fue luego a vivir a Medellín. "No sabe que la he encontrado. Ya le dejé mensaje, pero no me ha respondido. Como trabaja en una empresa, le dan permiso cada cuatro días. No ha visto el WhatsApp". Este hijo hoy no se cambia por nadie. Recuperó a la mamá que perdió hace dos décadas y no está dispuesto a alejarse jamás. "Muy contento y feliz de tener otra vez a mi madre, de saber que está bien, y ahora a luchar por ella y salir adelante", concluyó en Noticias Caracol.¿Cómo ayudar a un habitante de calle?No despreciarlos ni estigmatizarlos, esa es la primera recomendación que hacen expertos. Los habitantes de calle son ciudadanos, con derechos como todas las personas que viven en Colombia, y cualquiera de nosotros podría estar en esa situación difícil. Por supuesto, a los que delinquen -que no son la mayoría- hay que denunciarlos, insisten las autoridades. Para ayudarlos, además de darles alimento cuando pueda, es posible unirse a fundaciones como El Banquete del Bronx, con presencia en varias ciudades, y Callejeros de La Misericordia, la cual realiza una hermosa labor en Bogotá en memoria de fray Gabriel Gutiérrez Ramírez, frayñero, el sacerdote franciscano que dio su vida por los más pobres.
Cúcuta no sale de su asombro luego de que, a través de Noticias Caracol, los residentes de la capital de Norte de Santander conocieran la historia de doña María Pacheco. Por una casualidad, la señora se reencontró con su hijo Andrés Leonardo, después de estar separados durante 20 años. Ella era habitante de calle en el Parque Lineal y él trabajaba muy cerca. >>> En contexto: Milagro en Cúcuta: su mamá era habitante de calle y la halló, 20 años después, por una casualidad"Mis hijos se fueron y alguien los convidó”, relató María, a quien, por problemas de salud, le cuesta recordar ciertas cosas. Su hijo agrega que perdieron contacto cuando él tenía 12 años. Sus padres se separaron. Andrés Leonardo se fue con su papá para Venezuela, mientras que su hermano menor se quedó con la mamá.Hace 5 años regresó del vecino país, lo cual lo hizo retomar la búsqueda de doña María. Indagó con sus vecinos, pero nadie le daba razón clara de ella, solo tenía algunos testimonios que afirmaban haberla visto deambulando.De manera casual, un habitante de calle que iba pasando por un parque cerca a su lugar de trabajo le pidió un cigarrillo a Andrés Leonardo. Dice que siempre intenta ayudar a los demás, por lo cual le cumplió su petición, pero, poco después, este hombre, en tono de broma, le aseguró que se parecía a una mujer mayor que también se mantenía en la zona."El muchacho se fue y a mí me quedó eso en la cabeza, como por qué dijo que nos parecíamos. Y me acerqué, la vi bien, me senté y empecé a preguntarle. Supe en ese instante que ella es mi mamá", contó Andrés Leonardo en entrevista con Noticias Caracol en vivo.Las lágrimas les inundaron el rostro y el corazón, puesto que, después de tanto tiempo, la vida los volvió a unir casi inesperadamente. Una marca de nacimiento les confirmó a ambos que llevaban la misma sangre, e incluso cuando él le presentó a su pequeño hijo, ella no dudó en decir que este era idéntico a Jairo, su hijo mayor, cuando tenía esa edad.>>> Puede interesarle: Madre se hizo pasar por habitante de calle en Bogotá para buscar a su hija desaparecidaUn nuevo comienzo para la habitante de calle Al encontrarla, Andrés Leonardo escuchó que ella se quejó de molestias en el cuello. Le afirmó que podría ser por la cantidad de botellas y cabuyas que cargaba, lo cual le producía un peso innecesario en la zona, pero ella estuvo rehacía a quitárselo. La mujer fue trasladada a un centro hospitalario de Cúcuta, donde fue examinada. A pesar de los años, el amor de este ferviente hijo, que admitió que en ocasiones pensó que su progenitora había fallecido, no se terminó, por lo cual, tras su reencuentro, se postró a sus pies para ayudarla a asearse, llegando incluso a cortarle las uñas. Entretanto, la señora le contó al equipo de Noticias Caracol que se convirtió en habitante de calle después de que "se incendió el ranchito donde vivía", pero que ahora su corazón estaba tranquilo, pues la vida le permitió volver a compartir con ese niño inquieto al que le había perdido el rastro.Sereno y con paciencia, Andrés Leonardo atendió a la mujer. Tras refrescarse, la Policía Comunitaria de Cúcuta y las directivas de la Fundación Banquete del Bronx organizaron para que pudiera tener una gran cena que marcó el inicio de su nuevo comienzo.Con ropa limpia, un nuevo corte de cabello y después de dormir juntos en la casa de Andrés Leonardo, la mujer ahora guarda la esperanza de que, si Dios quiere, pueda quedarse con su hijo.Asimismo, esperan que el otro hijo de doña María, quien reside en Antioquia, se entere de que su madre apareció, para que la familia pueda estar completa por primera vez en décadas.>>> Le recomendamos: El último adiós a Lucas, el habitante de calle que vivió 20 años en alcantarilla de Bogotá
Un verdadero milagro, de esos que nos hacen suspirar, ocurrió en Cúcuta. En el Parque Lineal, centro de la capital de Norte de Santander, un trabajador humilde encontró a su mamá. La buscó durante 20 años y, por una casualidad, descubrió que era la habitante de calle a la que tantas veces había visto en un rincón de ese lugar, encorvada, con una gran melena, cubierta de botellas plásticas y con un palo como única compañía.Doña María Pacheco y su hijo Andrés Leonardo perdieron contacto cuando él tenía 12 años, después de que la señora se separó del esposo. El niño se quedó con su padre, mientras que su hermano mayor se fue con la mamá. "Mi papá me llevó para Venezuela y nos cortó toda comunicación con ella. Volví a Cúcuta hace como 5 años y empecé a buscarla por todos lados. Donde antes vivíamos, la preguntaba y me decían que no, que no la habían vuelto a ver. Otros me decían que la habían visto por ahí, en la calle. Buscaba y buscaba, pero no la encontraba".>> En otras noticias de habitantes de calle: conozca acá la historia de Karina, la exmodelo que ahora deambula por MedellínAunque Andrés Leonardo alcanzó a contemplar la triste posibilidad de que su progenitora hubiera fallecido, algo en el fondo del corazón le indicaba que no era así, que en algún lado lo estaba aguardando con los brazos abiertos. "A veces llegué a pensar que ella ya estaba muerta, pero luego me llenaba de esperanzas porque me decían que la habían visto". Y no se equivocaba. Este martes, 12 de noviembre de 2024, Andrés Leonardo pudo reencontrarse con la mujer que le dio la vida. Era la abuelita que él observaba de forma constante en el parque. Sí, era la habitante de calle que tuvo tan cerca y, a la vez, tan lejos. Todo sucedió, literalmente, por una coincidencia. Así fue el reencuentro de habitante de calle con su hijo en Cúcuta"Yo la veía, pero no me imaginaba que era mi madre. Cuando a mí me piden monedas, yo trato de ayudar. Y ayer un habitante de calle que iba pasando por el parque me pidió unos cigarros. Yo se los di y después él me dijo, como molestando: 'Ustedes se parecen'. El muchacho se fue y a mí me quedó eso en la cabeza, como por qué dijo que nos parecíamos. Y me acerqué, la vi bien, me senté y empecé a preguntarle. Supe en ese instante que ella es mi mamá", contó Andrés Leonardo en entrevista con Noticias Caracol en vivo. Fue un momento conmovedor. La espera para ellos, que parecía eterna, había terminado. Muchos afirman que el cordón umbilical que une a una mamá con sus hijos jamás se rompe y esa es una realidad, pues ahí estaban los dos, otra vez unidos. "Nos dimos cuenta a medida que nos íbamos preguntando cosas. Me quedé mirándola y le dije: 'Hola, ¿cómo estás?'. Y le di dos mil pesos que tenía. Ella los agarró y me dijo: 'Gracias'. Y sentí como que había algo. Me quedé viéndola y empecé a preguntarle, y me enteré de que era mi mamá. Me puse a llorar. Me contenté y luego me puse triste al ver cómo estaba. Eran unas emociones muy fuertes".Doña María también rompió en llanto. "Lloraba, pero casi no hablaba por la situación tan dura. Me comentó que le dolía el cuello. Le dije: 'Es que tiene mucho peso'. Tenía unas cosas ahí, colgadas (botellas y cabuyas). La revisé y le noté una raja en el cuello por el peso. Yo le dije: 'Hay que quitarse todo eso'. Me dijo: 'No'. No quería al principio, pero después me fui ganando la confianza, poco a poco, hasta que cedió", subrayó Andrés Leonardo.>> Vea en este enlace el video del reencuentro de doña María y Andrés LeonardoUn lunar les confirmó que eran madre e hijoFue una marca de nacimiento, que ambos comparten, la que acabó por convencerlos de que se habían reencontrado luego de dos décadas. "Ella me miró bien la cara y me dijo: 'Sí, tú eres mi hijo porque tienes el mismo lunar. Ella lo tiene en la barbilla, debajo de la boca, y yo en la sien. Ella se puso a llorar y me hizo llorar". Andrés Leonardo Pacheco se comunicó con su esposa para que fuera al Parque Lineal de Cúcuta y le solicitó que llevara a su hijo chiquito. Aquí vino otra prueba irrefutable del parentesco. Es que la sangre jala, asegurarían algunos. "Le llevé a mi hijo de cuatro meses. Llamé a mi esposa y llegaron al ratico. Ella apenas vio al nieto dijo: 'Igualito a Jairo cuando estaba pequeño'. Jairo es mi hermano mayor". Sobre este hijo, se sabe que vivió con doña María y en la actualidad reside en Medellín. Confían en que pronto se entere de la buena nueva.Doña María no había olvidado el nombre de su hijoLa habitante de calle también recordó el nombre de Andrés, sabía perfectamente que así se llamaba su segundo hijo. "Pese a todo, no está tan mal", reflexionó él. La señora fue trasladada a un hospital de Cúcuta, donde la examinaron y bañaron. Ya con el rostro limpio y el estómago lleno, expresó sentirse feliz y más liviana. En una charla inicial con Noticias Caracol, doña María contó por qué se convirtió en habitante de calle. "Se incendió el ranchito donde vivía", esa fue su explicación. "Ahora estoy bien, está tranquilo mi corazón", acotó y, al lado de su hijo, de quien recuerda era "muy inquieto" cuando niño, sentenció: "Si Dios quiere, me quedo con él".Anoche durmieron juntos, como intentando recuperar el tiempo que el destino les robó, y hoy se levantaron tarde, pues ya la pesadilla finalizó. "Me la traje para la casita y aquí estoy con ella. Estoy muy contento y ella también está muy contenta", concluyó Andrés Leonardo.Gracias al apoyo de la Policía Comunitaria de Cúcuta y a María Elena Hernández, directora de la Fundación Banquete del Bronx en esa ciudad, la madre tuvo una gran cena y este miércoles la llevaron a una peluquería. El propósito es acompañarla, a ella y a su familia, en esta reconstrucción de lazos. Será un completo renacer, a sus aproximados 57 años de edad.A propósito de María Elena, esta mujer sí que sabe de eso, de amar sin condiciones. Ella misma ha sufrido, en carne propia, una desgracia similar. Su hijo Brayan también fue habitante de calle. Haciendo clic en este enlace, puede conocer su historia.