Después de la hegemonía liberal que duró 16 años, llegó el desquite conservador. Mariano Ospina Pérez llega al poder en 1946 y se inició una persecución a los liberales en muchas regiones del país, especialmente rurales, en un momento de la historia de Colombia conocido como la época de la Violencia.Siervo Joya, liberal como Eduardo Caballero Calderón, sufrió en carne propia los rigores de la persecución, pero nunca renunció al sueño de hacerse poseedor de un pedazo de tierra. Su condición de campesino pobre le costó cárcel y exclusión social.La muerte de Jorge Eliecer Gaitán y la presión de los políticos sobre el campesinado en busca de su voto convirtieron esos tiempos en una lucha constante por sobrevivir.
Siervo Joya fue cercano a Eduardo Caballero Calderón y, tanto en la realidad como en la ficción, soñó con un pedazo de tierra. Aunque su muerte en la novela no parece ser su muerte en la realidad, sus características humanas y campesinas son las de sus pares en esa región del norte de Boyacá.Siervo es realidad hasta en su nombre. La tierra donde nació, los espacios por los que se movió, las cargas que llevaron sus hombros, la bonanza tabacalera de su tiempo que fue bonanza para otros y no para él, los episodios de la historia que vivió, todo es realidad.
¿Sigue siendo Colombia un país de siervos sin tierra? Revisamos estudios y censos sobre la población campesina. También, entrevistamos a Darío Fajardo, uno de los más acreditados investigadores del tema de la tierra en este país.La respuesta al interrogante no podía ser más desoladora. En Colombia, 800.000 familias campesinas no tienen tierra.¿Por qué? ¿Qué ha pasado con las reformas agrarias? ¿Cuántos baldíos tiene el Estado? ¿Qué pasa con el uso de la tierra? ¿Por qué importamos alimentos?En la última entrega de “En la tierra de otro”, intentaremos responder estas preguntas.
En los años cuarenta del siglo pasado, la hacienda Tipacoque era un mundo entero cuyos límites eran borrosos para el ojo humano. Sus paredes, sus habitaciones, sus jardines interiores, su antigua iglesia, todos sus espacios cuentan la historia de Colombia, desde los años de la colonización hasta nuestros días.Hoy, la hacienda es un pedazo del municipio que tomó su nombre y cuyo primer alcalde fue el hombre que soñó un pueblo para después gobernarlo. El autor de Siervo sin tierra, Eduardo Caballero Calderón, es el fundador de Tipacoque.El escenario guarda los pasos de Siervo Joya en el patio de los peones cuando visitaba el lugar para entregarles a los patrones lo de su arriendo y lo del producido, y para aprovechar en insistirles que le vendieran la tierrita donde vivía porque él contaba con todos los argumentos para merecerlo.