Iván Velásquez, quien hasta este martes se desempeñaba como ministro de Defensa, presentó su renuncia irrevocable al cargo, en medio de un difícil panorama de orden público en el país por los enfrentamientos de grupos armados ilegales. De hecho, varios sectores denuncian que a lo largo de su gestión estos grupos armados, como el ELN y las disidencias de las FARC, se fortalecieron. Sin embargo, su exviceministra afirmó que en el ministerio los dejaron solos, y que las tropas que están en terreno no sienten apoyo. (Lea también: Renuncia irrevocable: estos son los ministros que definitivamente no volverán al Gobierno Petro).De acuerdo con la Fundación Paz y Reconciliación, entre 2022 y 2024, el ELN pasó de estar en 183 municipios y tener 4.061 integrantes, a estar en 231 municipios y tener 6.000 integrantes. Asimismo, el Clan del Golfo pasó de estar en 241 municipios y tener 5.851 integrantes, a estar en 316 municipios y tener 7.000 integrantes. Las disidencias de las FARC, por otro lado, pasaron de estar en 180 municipios y tener 5.208 integrantes, a estar en 274 municipios y tener 7.100 integrantes. Por otro lado, de acuerdo con Indepaz, en 2024 se presentaron 76 masacres en Colombia que dejaron 267 víctimas fatales. La cifra se redujo si se compara con la de 2023, cuando hubo 93 masacres y 300 víctimas, y con la de 2022, año en el que se registraron 94 masacres y también 300 personas muertas.La opinión de diferentes sectores sobre gestión de VelásquezDaniela Gómez, exviceministra de Defensa, dijo a Noticias Caracol en vivo que "las Fuerzas Militares y la Policía Nacional se han sentido solas frente al resto de ministerios, esto no puede continuar así (...) Creo que los ceses al fuego le hicieron mucho daño a las condiciones de seguridad y que, sin duda, generan un ambiente enrarecido en los territorios".Añadió que "la paz tiene mucho método y aquí no se ha visto método", por lo que "uno de los efectos no esperados de los ceses al fuego fue una facilidad "de los grupos armados) para expandirse por el territorio. Por otro lado, el general retirado Jorge Eliécer Camacho, excomandante de la Policía Metropolitana de Bogotá y de Norte de Santander, quien explicó que "el ministro Velásquez no aportó absolutamente nada a la construcción de nuestras Fuerzas Militares y de la Policía Nacional". "Al interior causó separación, retiró importantes recursos desde el comienzo del Gobierno, no aporta estratégicamente nada, no tiene una actitud fuerte contra el terrorismo. El que está ganando es el país con ese retiro", añadió. Asimismo, Laura Bonilla, subdirectora de la Fundación Pares, afirmó que "lo del Catatumbo es una situación sumamente desafortunada porque estamos asistiendo una crisis humanitaria total. (...) Hemos perdido en vidas humanas, en estabilidad".NOTICIAS CARACOL
A un año y medio de terminar el periodo presidencial, el Gobierno nacional se reunió con los voceros del Estado Mayor del Clan del Golfo para negociar la paz. Tras seis meses de abrirse la puerta para negociar la paz con el Clan del Golfo, los cinco cabecillas de esa estructura criminal tuvieron la primera reunión con los representantes de la delegación del Gobierno nacional. En ese espacio abordaron dos puntos cruciales sobre los que deben girar los diálogos. “El primero, la transformación del territorio, y el segundo, el fin de esta organización y su transición hacia una condición en la que se vitalice el Estado social de derecho en las regiones donde hace presencia”, manifestó Álvaro Jiménez, jefe de negociación del Gobierno con el EGC.Ese es el grupo armado más fuerte en el país. Tiene presencia en 316 municipios y se estima que cerca de 7.000 personas integran sus filas; por eso, entre los nueve tableros de negociación de la paz total, el del Clan del Golfo toma mayor relevancia.“Ellos han manifestado sus intenciones y disposición real de lograr la transformación de las regiones, pero para ese logro debe buscarse las formas de garantizar seguridad personal y jurídica para todos aquellos que quieren hacer parte de la mesa de negociación”, indicó Ricardo Giraldo, abogado del Ejército Gaitanista de Colombia.¿Cuál es el principal reto para negociar la paz con este grupo armado ilegal?“Todavía hay grandes falencias para entender realmente la magnitud del poder militar, financiero y el entramado criminal que representa este Ejército Gaitanista de Colombia. En segundo lugar, poder concretar un proceso creíble para la sociedad”, dijo Gerson Arias, investigador de conflicto de la Fundación Ideas para la Paz. Si en los otros procesos de diálogo el tiempo apremia, en este se convierte en una barrera más grande, debido a que solo le queda un año y medio al gobierno del presidente Gustavo Petro para avanzar en su apuesta de la paz total.“No hay tiempo para finiquitar un acuerdo final con el Clan del Golfo, pero yo diría que se pueden llevar a cabo acuerdos de transformación específica que redunden en beneficio de las comunidades”, puntualizó Arias. Los analistas consultados por Noticias Caracol coinciden en que, aunque no se logrará un acuerdo final con el Ejército Gaitanista de Colombia, este es un importante acercamiento sin precedentes en el país.
Por lo menos 137 personas (58 familias), entre las que hay 41 menores de edad, han salido del corregimiento Pueblo Nuevo hacia el casco urbano de Briceño, en Antioquia, por los enfrentamientos del ELN, las disidencias de las FARC y el Clan del Golfo. En medio de esos combates, tres personas han sido asesinadas.(Lea también: Estos son los perfiles de los más buscados del ELN por crímenes en Catatumbo)¿Cómo se produjo el crimen de los tres ciudadanos en Briceño?Según ha trascendido, dos mujeres que eran familiares, de 20 y 36 años, fueron sacadas a la fuerza de su vivienda y, tras ser secuestradas con un adulto mayor, todos fueron asesinados.Noé de Jesús Espinosa, alcalde de Briceño, le informó a Noticias Caracol que el fallecimiento de estas personas “ya está confirmado por parte de la Cruz Roja y de algunos líderes de la región, que ya se están organizando para trasladarlas hacia el municipio de Yarumal”.“Un líder que está allá en la recuperación de los cuerpos nos habla de un total de cinco personas, tres civiles, y que al parecer los otros dos son combatientes, no se sabe de qué grupo”, añadió, precisando que las víctimas fatales residían en el corregimiento de Pueblo Nuevo.Jaime Fajardo Landaeta, columnista y analista del conflicto, dijo que “el Gobierno no puede entender que esto no lo va a atender solamente con un llamado. Hay que mirar esto en una forma más integral, hay que darle coordinación institucional a la respuesta que se requiere, atender inmediatamente el problema. El Gobierno nacional también debe desplazarse a Briceño, no solamente dejarlo en manos del gobernador, que se vea al gobernador y al presidente trabajando juntos. Pero es que es un problema en Antioquia muy serio que ni siquiera se habla”.Por su parte, Luis Eduardo Martínez, secretario de Seguridad de Antioquia, indicó que la confrontación armada que hay entre estos grupos criminales se da “por el control territorial y las rentas de la minería ilegal y el narcotráfico en ese sector del departamento”.“Con respecto a los desplazados, desde la Dirección de Derechos Humanos ya se viene atendiendo de la mano con la Alcaldía de Briceño estas personas desde el punto de vista humanitario”, precisó.(Lea también: Atentado contra vehículo del Ejército en Norte de Santander: no hay militares heridos)En Bolívar también hay desplazamiento masivo por combates de ilegalesYa son más de 70 las familias que han salido de sus hogares. Santa Rosa del Sur es uno de los municipios que se ha visto más afectados por el ELN, las disidencias y el Clan del Golfo.Manuel Berrío, secretario de Seguridad de la región, afirmó que “históricamente, el departamento de Bolívar presenta las condiciones claras para ser incluido dentro de esta conmoción interior, pero no fue tenido en cuenta. En ese sentido entendemos la lamentable situación que están viviendo en el Catatumbo, pero también le pedimos al Gobierno nacional que mire hacia el sur del departamento de Bolívar, porque estos enfrentamientos no son nuevos, son históricos en nuestra región, y lo que no podemos permitir es que se normalice la guerra.Defensoría emite alerta de riesgo en 7 departamentos"Esta Alerta Temprana se emite por los graves riesgos para la población civil derivados de la expansión y/o confrontación armada entre los grupos disidentes de las extintas FARC-EP bajo el mando de alias Calarcá Córdoba (Estado Mayor de los Frentes y el Bloque) y los que se encuentran bajo el mando de alias Iván Mordisco", señaló la Defensoría del Pueblo.(Lea también: En Catatumbo se han desmovilizado 104 disidentes de las FARC, entre los que había 20 menores de edad)El documento advierte de riesgos para 45 municipios de los departamentos sureños de Putumayo, Caquetá, Huila, Amazonas, Meta, Guaviare y Cauca, e incluso afirma que hay varias zonas donde "la fractura ya ha comenzado a evidenciarse en confrontación bélica y se requieren acciones de prevención urgente".El Gobierno colombiano y el EMC comenzaron en 2023 una negociación hasta que se confirmó la escisión de este grupo armado debido a la beligerancia de algunos de sus frentes sobre todo en el departamento del Cauca.Néstor Gregorio Vera Fernández, alias Iván Mordisco, que era el mayor jefe del EMC y ahora lo es de su facción más beligerante, se enfrenta desde agosto pasado a los guerrilleros liderados por Alexander Díaz, alias Calarcá Córdoba. Por esa razón, el Gobierno dejó de negociar con esa facción, pero aún dialoga con las de Calarcá Córdoba, que ahora son conocidas como Estado Mayor de los Bloques (EMB).Justamente, las autoridades informaron el pasado 20 de enero que los enfrentamientos entre las dos facciones del EMC en el municipio de Calamar, en Guaviare, dejaron 20 muertos y un número indefinido de heridos.Esta alerta de la Defensoría del Pueblo se emite en momentos en que la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, es escenario de un sangriento enfrentamiento de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) con el Frente 33 de las disidencias de las FARC, sobre lo cual también había alertado ese organismo en noviembre pasado, sin que las autoridades tomaran ninguna medida.
En el departamento de Córdoba avanza la identificación de los nueve fallecidos que dejaron los enfrentamientos entre la guerrilla del ELN y el grupo paramilitar el Clan del Golfo, en la serranía de San Lucas, sur de Bolívar.Sobre las 5:00 de la mañana de este sábado 18 de enero llegaron hasta el Instituto de Medicina Legal de Montería los cadáveres y fueron dejados en la morgue del cementerio central de Montelíbano, Córdoba.Hasta el momento, ningún familiar ha llegado hasta la sede de Medicina Legal a reclamar los cuerpos sin vida.(Lea también: Denuncian que ELN está entrando a la fuerza a casas en el Catatumbo para secuestrar a personas)Entre tanto, tras el consejo de seguridad realizado en el municipio de Montelíbano, las autoridades informaron que los cuerpos provenían de la serranía de San Lucas, en enfrentamientos entre grupos armados de la ley, especialmente en el sector conocido como Minguillo, ubicado en zona rural de Montecristo, sur de Bolívar.Las autoridades han reforzado la seguridad en todas las zonas del departamento de Córdoba. Paul Duque Ibáñez, secretario de Gobierno de Montelíbano, dijo en Noticias Caracol que “activamos la ruta con toda nuestra fuerza pública para atender y hacer los controles pertinentes ante esta situación. Sabemos que este tipo de hechos crean zozobra e intranquilidad entre nuestra ciudadanía”.¿Por qué llevaron los cadáveres a Córdoba?Por su parte, Gabriel Calle, alcalde de Montelíbano, indicó que “se llegó a la conclusión de que fueron trasladados. Esto no sucedió en el departamento de Córdoba, mucho menos en Montelíbano. Ellos fueron trasladados hacia Montelíbano porque es el único municipio cercano que tiene una morgue para identificar cadáveres”.El alcalde agregó que “procedimos a llamar a la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y el Ejército para tomar la mejor decisión, que es enviarlos a Medicina Legal de Montería, donde sí tienen todos los mecanismos y tecnología para identificar las víctimas.En la zona entre el sur de Bolívar, Bajo Cauca y sur de Córdoba delinque el Clan del Golfo, el ELN y las disidencias de las FARC.(Lea también: Presidente Petro suspende diálogos con el ELN por situación en Catatumbo: "Son crímenes de guerra")
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, firmó una resolución para "excluir como representantes" del grupo en las negociaciones de paz a Jobanis de Jesús Ávila, conocido con el alias de Chiquito Malo, junto con otros dos cabecillas del Clan del Golfo, según un documento divulgado por la prensa local cuya autenticidad fue confirmada por Álvaro Jiménez, delegado del gobierno para los acercamientos, en entrevista con Caracol Radio este martes 31 de diciembre.Chiquito Malo es considerado el máximo líder del principal grupo narcotraficante de origen paramilitar, que hoy se hace llamar Ejército Gaitanista de Colombia. Es el reemplazante de Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, tras su captura y posterior extradición a Estados Unidos en 2022.(Lea también: Presidente Gustavo Petro pidió encontrar a responsables de masacre de familia en Aguachica, Cesar)Con la resolución "se espera que en el año 2025 podamos pasar a una fase pública de instalación de una mesa" de conversaciones de paz con el Clan con miras a "la finalización de su existencia", aseguró Jiménez.¿Cuántos negociadores del Clan del Golfo quedan habilitados?Tres de los seis negociadores inicialmente propuestos por Petro en julio continuarán en la mesa, según la nueva resolución. "Consideramos que es suficiente con las tres personas que quedan habilitadas", aseguró, pues los tres cabecillas excluidos cuentan con "órdenes de captura que tienen el propósito de ser extraditados", lo que podría dificultar el proceso.El presidente Petro pretende desactivar por medio del diálogo la guerra interna que enfrenta a guerrilleros, paramilitares, narcos y agentes estatales. El Clan insiste en ser tratado como una organización política dado su origen paramilitar y suele negarse a aceptar un sometimiento a la justicia.Según cálculos oficiales, la organización exporta unas 700 toneladas de cocaína anuales desde Colombia, el principal país productor de esa droga según la ONU. El grupo también estaría vinculado con la minería ilegal y el tráfico de migrantes en la frontera con Panamá por la selva del Darién, pese a que sus líderes lo niegan.El abogado del grupo armado, Ricardo Giraldo, aseguró también el martes a Caracol Radio que la decisión les tomó por "sorpresa" y que generará "reparos" dentro de la organización. "Puede ser legal, pero no suena bonito. ¿Con quién van a negociar?", cuestionó.
Juan Carlos Rodríguez, alias Zeus, el militar retirado que murió en una operación policial después de haber trabajado con casi todas las organizaciones criminales durante dos décadas, dejó varios de sus secretos mejor guardados anotados en una libreta. La Unidad Investigativa de Noticias Caracol conoció su contenido y lo revela en exclusiva.(Lea también: Esto revela la libreta pérdida de Zeus: plan de expansión del Clan del Golfo y rearme paramilitar)La agenda de Zeus contiene los secretos de alianzas entre poderosos narcotraficantes, paramilitares e integrantes de la fuerza pública para expandir la organización criminal por todo el país. ¿De dónde salió el dinero?En la década de 1980, las autodefensas del Magdalena Medio, aliadas con los narcos más poderosos de la época e integrantes de la fuerza pública, lograron extender por todo el país el terror paramilitar. Así lo ratificó el exmilitar ante la JEP:Lo que Zeus no dijo, es que más de dos décadas después él era el protagonista de un rearme de idénticas características, que incluía a antiguos jefes paramilitares del Magdalena Medio y algunos narcos de vieja data que están por fuera del radar de las autoridades.De acuerdo con las anotaciones en la libreta, una de las fichas más importantes en el plan de expansión militar de Zeus es Elkin Casarrubia, apodado El Cura o Joaquín. Lleva más de tres décadas en armas, primero, como miembro de la guerrilla del EPL, después se cambió el brazalete y pasó a las autodefensas, organización con la que se desmovilizó cuando era comandante del Bloque Calima; una vez recobró su libertad se rearmó con el Clan del Golfo y, según la libreta de Zeus, hoy tiene funciones claves relacionadas con la financiación del grupo.En la página 89, titulada como Doctor Joaquín, se enumeran tareas como la de recuperar propiedades que estuvieron en poder de Matamba y de alias Siopas; el primero se fugó de la cárcel La Picota y murió en un enfrentamiento con la Policía. Siopas, por su parte, fue uno de los jefes del Clan del Golfo secuestrado y asesinado por la misma organización en un ajuste de cuentas.Por los escritos de Zeus se logra establecer que a Joaquín, que se moviliza por la zona del Chocó, le habrían encomendado la toma del Puerto de Buenaventura. Las notas también tienen referencias sobre los planes de apoderarse del Pacífico y controlar la salida de cocaína hacia Panamá, como lo mencionan en varias partes de la agenda.Entre los apuntes más llamativos está el vínculo directo que Zeus establece entre Joaquín y el que fuera uno de los grupos de narcotraficantes más poderosos del país: el clan de los Cifuentes Villa.Su mayor representante fue Pacho Cifuentes, el piloto de Pablo Escobar que fue asesinado en una guerra con Don Berna. Tres de sus hermanos, Jorge, Alexander y Dolly Cifuentes Villa, fueron extraditados a Estados Unidos y recientemente recobraron la libertad.En la página 49, titulada Hermanos Cifuentes, Zeus escribió los nombres de tres poblaciones en el Chocó, en lo que al parecer sería una zona estratégica para negocios de narcotráfico: Curiche y Punta Ardita, en el municipio de Juradó, ubicados sobre el Pacífico y limítrofes con Panamá. También se refiere a un predio de 145 hectáreas en el caserío de Balboa, en Unguía, Chocó. Precisamente, un desmovilizado de esta estructura declaró recientemente cómo el Clan del Golfo mueve cocaína justo en esta zona del departamento:En esa hoja de la agenda también sobresalen los nombres de dos reconocidos criminales: Felipe Tuluá, el jefe de la banda La Inmaculada en el norte del Valle que está preso, y alias El Cebollero, quien sería el temido comerciante de Medellín vinculado a organizaciones criminales.Zeus también vinculó a Joaquín o El Cura con otro antiguo capo que, según denuncias de las víctimas consultadas por Noticias Caracol, estaría trabajando con este grupo criminal. Se trata de Pedro Ariza, un narco que fue extraditado a Estados Unidos en la década de 1990. Su nombre también aparece como uno de los puntos a tratar en una reunión con tres comandantes de la estructura armada: David o Terror, Galeano y Botalón. Este último fue un reconocido jefe paramilitar que tuvo alianzas con narcotraficantes de marca mayor como Gonzalo Rodríguez Gacha y Diego León Montoya, alias Don Diego. Su verdadero nombre es Arnubio Triana Mahecha. Conoció a Zeus cuando era comandante paramilitar en Puerto Boyacá y realizaron operaciones conjuntas con el Ejército.“Yo estaba dentro del municipio de Bolívar; posteriormente me asignan el municipio de El Peñón, que son dos municipios bastante amplios, es un terreno bastante grande y empiezo a hacer operaciones: operaciones, nada, no encontraba la guerrilla, por un lado me le metía ahí, se me corría. Entonces yo hablo con Botalón y le digo ‘Botalón, aquí hay mucho terreno y esto está… no hay nadie aquí que me ayude y si me hacen presencia y me les muevo para allá, se me corren para el otro lado’, entonces le dije ‘usted porque no hace un esfuerzo y me manda una gente para acá, para poder cubrir terreno que no puedo cubrir, para ver si podemos cazar al cabecilla del frente (11), al cabecilla, a Norbey el del (26), moisés el del frente (11) y Norbey el del frente (26)’, me dijo ‘listo, déjeme ver qué puedo hacer’”, declaró Zeus ante la JEP.En su libreta, el exmilitar anotó que Botalón tiene la función de reactivarse en 23 municipios. También escribió su nombre junto al de alias David o Terror para la realización de foros regionales en lo que sería la estrategia para tratar de ganarse un estatus político.Al menos, en el caso de Botalón, parece que esto funcionó, pues el Gobierno Petro lo nombró gestor de paz junto a 18 jefes paramilitares.Iván Madero, el representante de Credhos, señaló que Botalón todavía no ha saldado su deuda con las víctimas: “Sabemos que fue un jefe paramilitar del Magdalena Medio, con un control real de municipios como Cimitarra, Puerto Parra, de Landázuri y otros municipios, como San Vicente y El Carmen, y que hoy estas víctimas, por ejemplo, las del municipio Cimitarra, el de mayor víctimas en el departamento de Norte de Santander, le reclaman la verdad a Botalón. Igualmente, la devolución de tierras, porque curiosamente estos jefes paramilitares quedaron con muchas extensiones y muchas hectáreas de tierra que fueron despojadas a los campesinos a sangre y fuego. Hay preocupación en estos municipios como Puerto Parra, Cimitarra y Landázuri, donde está el resurgimiento del paramilitarismo, así lo dicen las comunidades, con la presencia de este nuevo bloque que dirigía Zeus y que creen que va a haber una reactivación del conflicto armado y que van a ser nuevamente revictimizados como tal”.¿Por qué Zeus mencionó a Rito Alejo del Río en su agenda?En las notas de Zeus sobresale el nombre de un oficial retirado ampliamente conocido para la opinión pública: el general Rito Alejo del Río, condenado a 25 años de prisión por el asesinato de un líder social y quien recobró su libertad hace seis años tras acogerse a la JEP.En una de las páginas de la agenda de Zeus, la 82, hace una relación de armamento y en el cuarto punto aparecen las palabras "reunión Rito". En otra hoja, la 44, está escrito "Rito Alejo" y más abajo "estatus político". En esta anotación, Zeus puso además "Rito Alejo-valle-lotes".Ante la JEP, Zeus contó que conoció a Del Río cuando coincidieron en la Brigada XVII en Urabá. Esa unidad es reconocida por sus alianzas con grupos paramilitares y un largo historial de violaciones de derechos humanos en la década de 1990.“Cuando yo llegué a Cali y se dieron cuenta de que yo había llegado, me hicieron sacar de esa compañía, me lo percibí, me di cuenta fue después de que al Cartel de Cali no le cayó en gracia que me tuvieran ubicado en esa compañía y salí, de ocho días recibí mi destacamento, compañía (c), la compañía Charry en el batallón estaba en Urabá. Para esa época estaba mi general Rito Alejo del Río, comandante de la brigada XVII; y estaba mi coronel Navas Pardo, comandante del Batallón Voltígeros, y estaba el comandante del batallón de fuerzas especiales, mi mayor Muñoz, y yo llegué a la compañía Charry que estaba destacada en San José de Apartadó. Dos compañías estábamos ahí cuidando a la población civil de unas masacres y unos atentados que había sufrido la población por grupos de autodefensas para esa época”, declaró.Aunque en la JEP, Zeus jamás mencionó algo que comprometiera al general Del Río e, incluso, trató de poner distancia con él, la realidad es que su libreta demostraría que seguían en contacto.Sus apuntes confirman una preocupante realidad que viene siendo alertada por diferentes sectores, especialmente, la población civil: el rearme de paramilitares y la expansión del Clan del Golfo de la mano de narcotraficantes e integrantes de la fuerza pública.
Juan Carlos Rodríguez, alias Zeus, el militar retirado que murió en una operación policial después de haber trabajado con casi todas las organizaciones criminales durante dos décadas, dejó varios de sus secretos mejor guardados anotados en una libreta. La Unidad Investigativa de Noticias Caracol revela el contenido de la agenda, que incluye planes de expansión del Clan del Golfo y pagos a oficiales de la fuerza pública.(Lea también: Las revelaciones de la agenda de Zeus: habla de alianzas entre narcotraficantes y paras)El documento de casi 100 páginas contiene mapas, cuentas de armamento y de narcotráfico, nombres de socios, temas de reuniones, planes cifrados de operaciones criminales y la hoja de ruta de una expansión militar del Clan del Golfo para apoderarse de las rentas criminales en todo el país y al mismo tiempo tratar de pescar en la paz total.La libreta perdida constituye una pieza clave para demostrar que mientras Zeus entregaba declaraciones como esta ante la Jurisdicción Especial para la Paz, seguía siendo miembro activo de la organización criminal más grande del país y la asesoraba militar y políticamente en sus intentos de negociación con el Gobierno.De hecho, en sus notas queda claro que Zeus tenía línea directa con Javier, el más reciente alias con el que se conoce a Chiquito Malo, jefe del Clan del Golfo. En una de las páginas se lee: “Don Javier. Recibe el jueves llegada a Carepa, yo tengo finca ya para que lleguen”.La nota habría sido escrita en marzo de 2023, la misma época en que Javier o Chiquito Malo apareció en forma de holograma en un video rodeado de los comandantes, en una de las tantas tensiones con el Gobierno por la paz total.Zeus escribió algunos derroteros extraídos de una reunión con varios jefes de la organización frente a lo que sería la estrategia política:"Política de tierras. Ganarse al pueblo.Exposición político social.Microtráfico-ponal. Controlar.Ojo con narcóticos y trago en tropa-desescalar.Los antiguos jefes AUC ya fueron, ya no. H-Macaco-Iguano-Alemán.No permitir gusanos.Carácter, controlar y carisma para liderar.Importante política social, trabajar con las comunidades. Asesores para líderes.”Esos lineamientos coinciden con lo que investigadores de la fundación Ideas para la Paz han encontrado en territorio. Así lo señala Sebastián Londoño: “Dentro de la reestructuración del actual ejército gaitanista, uno de los cambios más importantes es la creación de un comandante político”.Zeus tiene anotaciones de 2023, en donde dejó rastro de su participación en la creación de un estado mayor del Clan del Golfo y el cambio de nombre de esa organización criminal: pasó de llamarse Autodefensas Gaitanistas de Colombia a Ejército Gaitanista de Colombia, una fachada que tuvo como propósito buscar el estatus político para sus comandantes y desligarse de la sombra del paramilitarismo."Ellos han insistido en sus comunicados públicos: no somos paramilitares, eso explica en gran medida la batalla por ser reconocidos como ellos se autodenominan, ejército gaitanista, por los retos que eso implica para un proceso de negociación con una organización que llega en su momento más fuerte", explica Londoño.Zeus también se refirió varias veces a Pedro Niño, el abogado que ingresó a la cárcel de La Picota junto a Juan Fernando Petro, hermano de Gustavo Petro, en plena campaña presidencial. Niño trabajó con el hermano del mandatario en una ONG y, en enero de 2023, fue designado como vocero del Clan del Golfo a través de una resolución expedida por el Gobierno, la cual fue revocada en medio de denuncias contra el jurista por supuestas exigencias de dinero. Estos hechos fueron de público conocimiento. Él lo ha negado insistentemente.Noticias Caracol buscó a Niño, pero no quiso referirse a su aparición en la libreta de Zeus.A la par de la estrategia política, la agenda evidencia que la verdadera prioridad del exuniformado era fortalecer militarmente al Clan del Golfo y llevarlo hacia regiones en donde aún no tenían el control total.Los triángulos que están en una de las páginas de la libreta de Zeus contienen las iniciales de lo que él proyectaba serían los jefes de ocho estructuras armadas que se distribuirían por todo el país:J: alias Javier o Chiquito MaloW: alias Willington o GonzalitoR: alias Rodrigo FlechasJ: alias Loaquín o El CuraC: alias ChirimoyaD: alias David o TerrorA: alias AbrahamA alias Javier o Chiquito Malo y a alias Chirimoya, el Gobierno les reconoció mediante resolución el carácter de voceros del Clan del Golfo para diálogos de paz. En cuanto a El Cura y Rodrigo Flechas tienen suspendidas las órdenes de captura.Los puntos 1, 2 y 3 de la libreta de Zeus corresponderían a Antioquia, Caldas y Tolima, zonas en las que tiene injerencia el Clan del Golfo. El plan del exmilitar contemplaba el fortalecimiento de estructuras armadas en Santander, Boyacá y Meta, así como en Cundinamarca, Chocó y Buenaventura.La zona desde donde se está gestando esta expansión es el Magdalena Medio y con el reagrupamiento de antiguos jefes paramilitares de esa región. Así lo confirmó Iván Madero, representante de la ONG Codhes, que hace presencia en esa parte del país."Sí se ha observado una expansión como tal que inicia en cabeza de alias Zeus y que tenía como la misión de ir recomponiendo en el territorio la presencia del Clan del Golfo como un nuevo bloque. Allí se han encontrado con una presencia de antiguas Autodefensas Unidas de Colombia o antiguos paramilitares. (...) Lo que hacen es un reagrupamiento", señaló.Zeus conseguía armamento, uniformes y otros materiales para el Clan del GolfoSegún las notas, Zeus fue el encargado de conseguir con sus contactos en diferentes unidades militares, todo tipo de armamento y munición para proveer a los bloques. En algunos de los gráficos aparecen unidades tan emblemáticas como Tolemaida y el Comando Conjunto de Operaciones Especiales del Ejército, Cecoes.En la agenda del exmilitar hay decenas de referencias, como cuentas de armamento. En una de las páginas se refiere a alias David, también conocido Terror. Su nombre real es Ovidio Izasa y es el hijo de Ramón Isaza, uno de los fundadores del paramilitarismo. Según las anotaciones, por ejemplo, el 16 de marzo de 2024 le hizo entrega de 19 fusiles R15, el 31 de marzo le dio 18 fusiles galil con 36 proveedores y 12 fusiles AK-47 con 24 proveedores.En la página 81 se registró la entrega de 83.400 cartuchos para diferentes tipos de armas. Zeus también se encargaba de conseguir motos, camionetas y material de intendencia, como uniformes, botas, chalecos, radios y hasta repetidores de señal.Todo esto fue posible para Zeus gracias a una compleja red de corrupción en la fuerza pública. De hecho, en sus apuntes hay pistas sobre posibles pagos a oficiales, incluyendo coroneles y generales, como se observa en la página 11:El señor arroz de las señoras: 200 al mes, 2 meses 400.El señor Chava j1 ns: 100 al mes, 2 meses 200.El gráfico en la parte inferior correspondería a un mapa que coincide con la zona de operaciones de la regional 5 de la Policía, que abarca Santander, Norte de Santander, Magdalena Medio y Arauca. Las autoridades verifican si esta referencia tiene relación con los nombres de recientes comandantes en esa regional y si las cifras escritas son pagos de la organización.Las anotaciones de la libreta de Zeus van hasta el 10 de abril de 2024, el día en que fue capturado transportando casi 17.000 cartuchos de fusil. El arsenal provenía de la industria militar colombiana (Indumil), según las inscripciones.La libreta de Zeus estuvo desaparecida hasta ahora, que Noticias Caracol tuvo acceso a la totalidad de su contenido.El medio noticioso consultó varios peritos grafólogos que cotejaron la agenda con documentos oficiales de Zeus ante la Jurisdicción Especial para la Paz y ratificaron su autenticidad.“Estas mismas características son encontradas en el formato de aportación de información de la JEP y en elementos que tenemos como indubitados, que han sido recuperados de información personal de Juan Carlos Rodríguez Agudelo, alias Zeus, de tal motivo que técnicamente se puede establecer que corresponde a la misma escritura, el mismo gesto gráfico como técnicamente se puede desarrollar, lo cual genera una identidad grafica como tal”, afirmó el perito Carlos Alberto.Un mes después de su captura, Zeus se fugó de la cárcel de Cúcuta. Dos meses más tarde, el exmilitar murió en un enfrentamiento con la Policía en el corregimiento de Aquitania, en San Francisco, Antioquia, junto a ocho de sus hombres más cercanos.(Lea también: Alias Zeus, abatido en Antioquia, se había fugado hace unos meses: ¿cómo logró escaparse?)¿Quiénes financiaron la expansión criminal que anotó Zeus en su agenda?Paralelo a la estrategia política, la agenda de Zeus contiene los secretos de alianzas entre poderosos narcotraficantes, paramilitares e integrantes de la fuerza pública para expandir la organización criminal por todo el país. ¿De dónde salió el dinero?En la década de 1980, las autodefensas del Magdalena Medio, aliadas con los narcos más poderosos de la época e integrantes de la fuerza pública, lograron extender por todo el país el terror paramilitar. Así lo ratificó el exmilitar ante la JEP:Lo que Zeus no dijo, es que más de dos décadas después él era el protagonista de un rearme de idénticas características, que incluía a antiguos jefes paramilitares del Magdalena Medio y algunos narcos de vieja data que están por fuera del radar de las autoridades.(Lea también: Confesiones de alias Zeus ante JEP: develó vínculos entre paramilitares y fuerzas del Estado)De acuerdo con las anotaciones en la libreta, una de las fichas más importantes en el plan de expansión militar de Zeus es Elkin Casarrubia, apodado El Cura o Joaquín. Lleva más de tres décadas en armas, primero, como miembro de la guerrilla del EPL, después se cambió el brazalete y pasó a las autodefensas, organización con la que se desmovilizó cuando era comandante del Bloque Calima; una vez recobró su libertad se rearmó con el Clan del Golfo y, según la libreta de Zeus, hoy tiene funciones claves relacionadas con la financiación del grupo.En la página 89, titulada como Doctor Joaquín, se enumeran tareas como la de recuperar propiedades que estuvieron en poder de Matamba y de alias Siopas; el primero se fugó de la cárcel La Picota y murió en un enfrentamiento con la Policía. Siopas, por su parte, fue uno de los jefes del Clan del Golfo secuestrado y asesinado por la misma organización en un ajuste de cuentas.Por los escritos de Zeus se logra establecer que a Joaquín, que se moviliza por la zona del Chocó, le habrían encomendado la toma del Puerto de Buenaventura. Las notas también tienen referencias sobre los planes de apoderarse del Pacífico y controlar la salida de cocaína hacia Panamá, como lo mencionan en varias partes de la agenda.Entre los apuntes más llamativos está el vínculo directo que Zeus establece entre Joaquín y el que fuera uno de los grupos de narcotraficantes más poderosos del país: el clan de los Cifuentes Villa.Su mayor representante fue Pacho Cifuentes, el piloto de Pablo Escobar que fue asesinado en una guerra con Don Berna. Tres de sus hermanos, Jorge, Alexander y Dolly Cifuentes Villa, fueron extraditados a Estados Unidos y recientemente recobraron la libertad.En la página 49, titulada Hermanos Cifuentes, Zeus escribió los nombres de tres poblaciones en el Chocó, en lo que al parecer sería una zona estratégica para negocios de narcotráfico: Curiche y Punta Ardita, en el municipio de Juradó, ubicados sobre el Pacífico y limítrofes con Panamá. También se refiere a un predio de 145 hectáreas en el caserío de Balboa, en Unguía, Chocó. Precisamente, un desmovilizado de esta estructura declaró recientemente cómo el Clan del Golfo mueve cocaína justo en esta zona del departamento:En esa hoja de la agenda también sobresalen los nombres de dos reconocidos criminales: Felipe Tuluá, el jefe de la banda La Inmaculada en el norte del Valle que está preso, y alias El Cebollero, quien sería el temido comerciante de Medellín vinculado a organizaciones criminales.Zeus también vinculó a Joaquín o El Cura con otro antiguo capo que, según denuncias de las víctimas consultadas por Noticias Caracol, estaría trabajando con este grupo criminal. Se trata de Pedro Ariza, un narco que fue extraditado a Estados Unidos en la década de 1990. Su nombre también aparece como uno de los puntos a tratar en una reunión con tres comandantes de la estructura armada: David o Terror, Galeano y Botalón. Este último fue un reconocido jefe paramilitar que tuvo alianzas con narcotraficantes de marca mayor como Gonzalo Rodríguez Gacha y Diego León Montoya, alias Don Diego. Su verdadero nombre es Arnubio Triana Mahecha. Conoció a Zeus cuando era comandante paramilitar en Puerto Boyacá y realizaron operaciones conjuntas con el Ejército.“Yo estaba dentro del municipio de Bolívar; posteriormente me asignan el municipio de El Peñón, que son dos municipios bastante amplios, es un terreno bastante grande y empiezo a hacer operaciones: operaciones, nada, no encontraba la guerrilla, por un lado me le metía ahí, se me corría. Entonces yo hablo con Botalón y le digo ‘Botalón, aquí hay mucho terreno y esto está… no hay nadie aquí que me ayude y si me hacen presencia y me les muevo para allá, se me corren para el otro lado’, entonces le dije ‘usted porque no hace un esfuerzo y me manda una gente para acá, para poder cubrir terreno que no puedo cubrir, para ver si podemos cazar al cabecilla del frente (11), al cabecilla, a Norbey el del (26), moisés el del frente (11) y Norbey el del frente (26)’, me dijo ‘listo, déjeme ver qué puedo hacer’”, declaró Zeus ante la JEP.En su libreta, el exmilitar anotó que Botalón tiene la función de reactivarse en 23 municipios. También escribió su nombre junto al de alias David o Terror para la realización de foros regionales en lo que sería la estrategia para tratar de ganarse un estatus político.Al menos, en el caso de Botalón, parece que esto funcionó, pues el Gobierno Petro lo nombró gestor de paz junto a 18 jefes paramilitares.Iván Madero, el representante de Credhos, señaló que Botalón todavía no ha saldado su deuda con las víctimas: “Sabemos que fue un jefe paramilitar del Magdalena Medio, con un control real de municipios como Cimitarra, Puerto Parra, de Landázuri y otros municipios, como San Vicente y El Carmen, y que hoy estas víctimas, por ejemplo, las del municipio Cimitarra, el de mayor víctimas en el departamento de Norte de Santander, le reclaman la verdad a Botalón. Igualmente, la devolución de tierras, porque curiosamente estos jefes paramilitares quedaron con muchas extensiones y muchas hectáreas de tierra que fueron despojadas a los campesinos a sangre y fuego. Hay preocupación en estos municipios como Puerto Parra, Cimitarra y Landázuri, donde está el resurgimiento del paramilitarismo, así lo dicen las comunidades, con la presencia de este nuevo bloque que dirigía Zeus y que creen que va a haber una reactivación del conflicto armado y que van a ser nuevamente revictimizados como tal”.¿Por qué Zeus mencionó a Rito Alejo del Río en su agenda?En las notas de Zeus sobresale el nombre de un oficial retirado ampliamente conocido para la opinión pública: el general Rito Alejo del Río, condenado a 25 años de prisión por el asesinato de un líder social y quien recobró su libertad hace seis años tras acogerse a la JEP.En una de las páginas de la agenda de Zeus, la 82, hace una relación de armamento y en el cuarto punto aparecen las palabras "reunión Rito". En otra hoja, la 44, está escrito "Rito Alejo" y más abajo "estatus político". En esta anotación, Zeus puso además "Rito Alejo-valle-lotes".Ante la JEP, Zeus contó que conoció a Del Río cuando coincidieron en la Brigada XVII en Urabá. Esa unidad es reconocida por sus alianzas con grupos paramilitares y un largo historial de violaciones de derechos humanos en la década de 1990.“Cuando yo llegué a Cali y se dieron cuenta de que yo había llegado, me hicieron sacar de esa compañía, me lo percibí, me di cuenta fue después de que al Cartel de Cali no le cayó en gracia que me tuvieran ubicado en esa compañía y salí, de ocho días recibí mi destacamento, compañía (c), la compañía Charry en el batallón estaba en Urabá. Para esa época estaba mi general Rito Alejo del Río, comandante de la brigada XVII; y estaba mi coronel Navas Pardo, comandante del Batallón Voltígeros, y estaba el comandante del batallón de fuerzas especiales, mi mayor Muñoz, y yo llegué a la compañía Charry que estaba destacada en San José de Apartadó. Dos compañías estábamos ahí cuidando a la población civil de unas masacres y unos atentados que había sufrido la población por grupos de autodefensas para esa época”, declaró.Aunque en la JEP, Zeus jamás mencionó algo que comprometiera al general Del Río e, incluso, trató de poner distancia con él, la realidad es que su libreta demostraría que seguían en contacto.Sus apuntes confirman una preocupante realidad que viene siendo alertada por diferentes sectores, especialmente, la población civil: el rearme de paramilitares y la expansión del Clan del Golfo de la mano de narcotraficantes e integrantes de la fuerza pública.
Fueron judicializados tres militares activos del Ejército Nacional por presuntamente robar municiones de batallones y venderlas a los grupos armados del Clan del Golfo y de las disidencias de las FARC.(Lea también: Capturan a tres militares por presunto tráfico de material de guerra)Militares alteraban información de inventarios para ocultar el faltante de municionesSegún la investigación de la Fiscalía General de la Nación, los uniformados se apropiaban de hasta 40.000 cartuchos cada mes y los enviaban a los grupos criminales, a través de contactos externos, escondidos entre baterías de carros y buses de servicio de transporte interdepartamental a Cauca y Arauca, entre otros departamentos.Como pago, los militares recibían consignaciones a cuentas personales y transferencias de dinero a billeteras virtuales, señaló el ente acusador. Habrían recaudado por esa actividad ilegal entre 1.500 y 2.000 millones de pesos al año.La Fiscalía dijo que los militares, en el desempeño de sus funciones, habrían ingresado de manera abusiva a los sistemas misionales del Ejército Nacional para alterar la información de inventarios y evitar que fuera detectado el faltante de munición.(Lea también: Capturan a tres militares por atentado del ELN en Anorí que dejó 5 uniformados muertos)Los uniformados capturados por estos hechos son: el sargento viceprimero José Arturo Cavarique Acosta, el sargento segundo Jhorman Francisco Torres Parra y el suboficial José Arturo López Astudillo. Fueron detenidos en diligencias realizadas por el CTI, con apoyo de unidades del Ejército Nacional, en el Fuerte Militar de Tolemaida, ubicado en Nilo, Cundinamarca; el Hospital Militar de Bogotá y el Comando de Operaciones Logísticas N°2 del Ejército Nacional en Cali, en Valle del Cauca.Los tres militares fueron imputados por los delitos de concierto para delinquir, tráfico, fabricación o porte ilegal de armas de uso privativo de las Fuerzas Armadas; peculado por apropiación, enriquecimiento ilícito de particulares, lavado de activos, violación de datos personales y acceso abusivo a un sistema informático. Aunque ninguno aceptó los cargos, un juez decidió cobijarlos con medida de aseguramiento en un centro penitenciario.
En medio del fuego cruzado y entre combates de la fuerza pública contra grupos armados organizados en Colombia, el mayor del Ejército Jimmer Acuña, un piloto experto de Black Hawk, contó los estremecedores momentos que vivió cuando su aeronave, en pleno vuelo, recibió impactos de ametralladora.Con 22 años de experiencia en el Ejército Nacional y 13 dedicados exclusivamente a la aviación, el mayor Acuña, piloto instructor de helicópteros UH-60, ha sido uno de los principales líderes en operaciones de alto impacto en el país.Entre las operaciones más importantes en las que ha participado, el militar destaca la operación Jinete, realizada en el peaje Tunía, en el municipio de Piendamó, Cauca, donde su aeronave recibió múltiples impactos de bala mientras transportaba diez soldados a bordo para apoyar la misión.(Lea también: Detalles desconocidos del mortal accidente de 4 militares que descendían por cuerda de helicóptero)Durante la operación, 2 helicópteros Black Hawk también fueron atacados. “En este sector fuimos atacados por fuego de ametralladora y por fuego mortero hechizo, artefactos explosivos improvisados que fueron lanzados hacia la aeronave, la cual sufrió diferentes impactos, alrededor de 27”, sostuvo el mayor.En medio de esta operación, las tropas fueron atacadas con drones y artefactos explosivos. La aeronave del mayor Acuña tuvo que mantenerse en el aire, recuperar el control y dirigirse de inmediato hacia Popayán para a salvo la tripulación y así continuar con la misión.“El piloto mío sufrió una afectación en el rostro por parte de esquirlas que tuvimos”, explicó el mayor."Me encomiendo a Dios": piloto del EjercitoLa operación Jinete no ha sido la única operación en la que este piloto del Ejército ha estado al frente. Recientemente, en la operación Perseo, cuando al menos 1.400 uniformados entraron a lo más profundo del corregimiento El Plateado, en el Cauca, el mayor, luego de la segunda intervención aérea, identificó cómo francotiradores disparaban contra su helicóptero con ametralladoras.Pese a su habilidad física y mental, un riguroso entrenamiento y una capacidad inmediata de maniobrar, esos segundos clave también son decisivos para pensar en que podrían ser sus últimos minutos de vida.(Lea también: Otro golpe a las disidencias de las FARC: capturan a nueve delincuentes y rescatan a dos menores)“Cada vez que yo desarrollo este tipo de misiones, que yo sé que son bastante difíciles, primero me encomiendo ante Dios con toda mi tripulación, pienso en mis hijos y en mi familia. Ellos son nuestro motor, día a día, para lograr cumplir las misiones que son en pro de nuestra Colombia, de nuestra patria. Todos queremos vivir en una Colombia en paz”, puntualizó el mayor.Con compromiso por su trabajo, hoy sigue recorriendo el cielo, en medio de operaciones militares, con meses de inteligencia, que también son de alto riesgo para su tripulación y las tropas que moviliza.
En las últimas semanas se han registrado varios ataques a sucursales de la empresa Supergiros en la región Caribe de Colombia. Atentados en Barranquilla y Luruaco, en el departamento del Atlántico, dejaron con heridas a los empleados de la empresa, mientras que, en Bosconia (Cesar), Marlén Mozo, trabajadora de la sede de la compañía, perdió la vida.Autoridades lograron la captura de miembros del Clan del Golfo, quienes estarían involucrados en al menos uno de los ataques a la empresa. Lo que han solicitado los delincuentes es que Supergiros cierre sus puertas en las sucursales del Caribe; por ello, la organización empresarial ha tomado una difícil decisión.Con panfletos amenazantes, los criminales han hecho cerrar a la fuerza varios locales y en otros casos han dejado la advertencia: “El que permanezca en su sitio de trabajo o se encuentre abierto al ver esta nota, que se atenga a las consecuencias”.¿Cuál fue la decisión de Supergiros tras los ataques y amenazas?Ante el inminente riesgo de los trabajadores de la compañía que laboran en la zona norte de Colombia, los directivos de la empresa se vieron obligados a tomar una decisión para intentar salvaguardar las vidas de los empleados de los sectores amenazados.Cumpliendo con las peticiones de los delincuentes, Supergiros determinó realizar el cierre indefinido de al menos 3.000 sucursales de venta y atención al cliente en los departamentos de Atlántico, Bolívar, Sucre, César, Magdalena y Guajira.Se prevé que este anuncio genere impactos negativos en las comunidades, pues la compañía moviliza la economía en municipios y ciudades alejados, a través del pago de facturas y servicios públicos, giros de dinero, envíos de mercancía, entre otros servicios.Supergiros aseguró, a través de su abogado, que las personas que más se han visto afectadas por estos hechos violentos son las trabajadoras mujeres y madres cabeza de hogar.“Es escabroso lo que nos está pasando, porque sobre todo están atentando contra nuestras trabajadoras que son madres cabeza de hogar. Este grupo criminal lo que está haciendo prácticamente es exterminar a nuestras trabajadoras. No hay ninguna exigencia económica hasta ahora, simplemente dicen: ‘No abren los puntos’. La situación es en el Atlántico, Sucre, Bolívar, Magdalena, Cesar, La Guajira y todo el andén pacífico”, ratificó Jhony Mena, abogado de Supergiros, en diálogo con la Emisora Atlántico.La empresa, junto a la Defensoría del Pueblo y otros organismos, ha condenado los ataques perpetrados contra civiles inocentes y espera que las autoridades avancen con prontitud en las investigaciones para detener estas intimidaciones y permitirles a los trabajadores tener un ingreso para subsistir.“Rechazamos el constreñimiento de grupos armados ilegales en Sucre y sur de Bolívar que afectan el derecho al trabajo y la vida de quienes operan puntos de atención de Supergiros, en su mayoría mujeres. Es urgente tomar medidas contundentes para frenar este accionar”, comentó la Defensoría del Pueblo en su cuenta de X.