A un año y medio de terminar el periodo presidencial, el Gobierno nacional se reunió con los voceros del Estado Mayor del Clan del Golfo para negociar la paz. Tras seis meses de abrirse la puerta para negociar la paz con el Clan del Golfo, los cinco cabecillas de esa estructura criminal tuvieron la primera reunión con los representantes de la delegación del Gobierno nacional. En ese espacio abordaron dos puntos cruciales sobre los que deben girar los diálogos. “El primero, la transformación del territorio, y el segundo, el fin de esta organización y su transición hacia una condición en la que se vitalice el Estado social de derecho en las regiones donde hace presencia”, manifestó Álvaro Jiménez, jefe de negociación del Gobierno con el EGC.Ese es el grupo armado más fuerte en el país. Tiene presencia en 316 municipios y se estima que cerca de 7.000 personas integran sus filas; por eso, entre los nueve tableros de negociación de la paz total, el del Clan del Golfo toma mayor relevancia.“Ellos han manifestado sus intenciones y disposición real de lograr la transformación de las regiones, pero para ese logro debe buscarse las formas de garantizar seguridad personal y jurídica para todos aquellos que quieren hacer parte de la mesa de negociación”, indicó Ricardo Giraldo, abogado del Ejército Gaitanista de Colombia.¿Cuál es el principal reto para negociar la paz con este grupo armado ilegal?“Todavía hay grandes falencias para entender realmente la magnitud del poder militar, financiero y el entramado criminal que representa este Ejército Gaitanista de Colombia. En segundo lugar, poder concretar un proceso creíble para la sociedad”, dijo Gerson Arias, investigador de conflicto de la Fundación Ideas para la Paz. Si en los otros procesos de diálogo el tiempo apremia, en este se convierte en una barrera más grande, debido a que solo le queda un año y medio al gobierno del presidente Gustavo Petro para avanzar en su apuesta de la paz total.“No hay tiempo para finiquitar un acuerdo final con el Clan del Golfo, pero yo diría que se pueden llevar a cabo acuerdos de transformación específica que redunden en beneficio de las comunidades”, puntualizó Arias. Los analistas consultados por Noticias Caracol coinciden en que, aunque no se logrará un acuerdo final con el Ejército Gaitanista de Colombia, este es un importante acercamiento sin precedentes en el país.
Juan Fernando Cristo, ministro del Interior, informó este miércoles que las negociaciones con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) no se van a retomar.A través de su cuenta de X, el alto funcionario manifestó que, "tras oir los testimonios de las víctimas y de los funcionarios de Cúcuta y Ocaña, insisto: hoy no hay ninguna posibilidad de retomar el camino de conversación con el ELN, ninguna".Ante medios de comunicación, el ministro dijo que “lo hemos dicho una y otra vez; es totalmente inexcusable e inaceptable los crímenes cometidos por el ELN. Son actos de barbarie, es una matanza premeditada y organizada la que ha hecho el ELN en el Catatumbo, mientras se preparaban, supuestamente, para una nueva conversación con el Gobierno y reactivar las negociaciones de paz”(Lea también: El drama de los desplazados por la guerra en el Catatumbo: “Ya son dos hijos que me han matado”Para el ministro Cristo, el ELN tiene dos propósitos fundamentales: “El primero es apropiarse de la renta de la coca y el segundo, que es un problema de soberanía nacional y de seguridad de Estado para Colombia, es el de ejercer un control territorial sobre la zona de frontera colombo-venezolana en esa parte del Catatumbo. Eso, el Estado colombiano y la sociedad colombiana no lo va a tolerar. El Gobierno ha decidido utilizar todos los instrumentos constitucionales y legales para rechazar esa intención del ELN para pasar a la ofensiva y para restablecer la normalidad de los habitantes de Catatumbo que, además, reciben toda la solidaridad del Gobierno y del pueblo colombiano. Lo que pasa en el Catatumbo es absolutamente injusto y criminal”.Petro reconoce como "fracaso" la crisis en CatatumboEl presidente Gustavo Petro sostuvo que la crisis que vive la región del Catatumbo, donde la violencia entre guerrillas deja más de 80 muertos, es una muestra del "fracaso de la nación" y supone "uno de los hechos más dramáticos" de la histórica contemporánea del país."La situación del Catatumbo enseña (...) uno aprende también de los fracasos y allí hay un fracaso de la nación", manifestó el jefe de Estado en el acto de presentación de la Línea Anticorrupción 157, en el que agregó: "Este puede ser uno de los hechos más dramáticos (...) de la historia contemporánea".La crisis humanitaria y de seguridad en esta zona de Colombia del departamento de Norte de Santander era algo anunciado por diversas autoridades, entre ellas la Defensoría del Pueblo que el pasado 15 de noviembre advirtió, mediante su sistema de alertas tempranas, de "la situación de riesgo" para la población civil por la presencia y amenazas de los grupos armados ilegales.Desde el pasado jueves 16 de enero, día en que la guerrilla del ELN comenzó los ataques contra el Frente 33 de las disidencias de las FARC, unas 80 personas han sido asesinadas en el Catatumbo, entre ellas al menos seis firmantes del acuerdo de paz de 2016.Igualmente, más de 26.000 personas se encuentran desplazadas en albergues en Ocaña, Hacarí, Cúcuta, Tibú, Teorama, San Calixto, Convención y Ábrego, según informó este martes la Presidencia.El presidente Petro sostuvo que la guerrilla del ELN reforzó su presencia en el Catatumbo con guerrilleros que se desplazaron desde el departamento de Arauca y cuestionó que las autoridades militares y policiales no tuvieran "algún tipo de información" al respecto, pues dice que fue un movimiento grande."¿Por qué el ELN hoy, a pocos meses de ser muy débil militarmente hablando, es fuerte? Eso tiene unas respuestas que deberíamos ahondar", se preguntó el presidente Petro, que acusó a esa guerrilla de cambiar "revolución por codicia".Sobre las cifras de víctimas mortales y desplazados del Catatumbo, el mandatario dijo que hay "más rumor que datos, y que el Gobierno aún no tiene "los datos concretos de cuántas personas han muerto", pues "32 es lo que aparece en las morgues"."Todos sabemos que aún no se llega a muchos sitios", agregó el presidente.Por el momento, el Ejército se ha centrado en la distribución de ayuda humanitaria y el rescate de algunos líderes sociales perseguidos por el ELN, mientras que Petro suspendió los diálogos de paz con esa guerrilla y anunció ayer la declaración del estado de conmoción interior y la emergencia económica, medidas de alcance y efectividad cuestionadas.Miedo en el Catatumbo por cuenta de la guerraEl miedo y la angustia reinan entre los miles de desplazados llegados al coliseo de Ocaña después de dejar atrás su vida en la región colombiana del Catatumbo donde un enfrentamiento entre la guerrilla del (ELN) y una disidencia de las FARC, que dura ya una semana, los obligó a huir de su tierra.Llegados de diversos caseríos de la región, los desplazados se congregan en el coliseo Argelino Durán Quintero, nombrado en honor a ese político y exministro oriundo de Ocaña, quien también fue víctima del conflicto armado. Fue secuestrado por la guerrilla del Ejército Popular de Liberación (EPL) en enero de 1992 y falleció en cautiverio mes y medio después, a los 77 años.Muchos de los recién llegados aceptan hablar con la prensa, aunque pocos revelan su nombre por temor a represalias si regresan a sus hogares, una posibilidad que por ahora consideran lejana."No, yo por allá es muy difícil que vuelva, muy difícil, tiene que arreglarse mucho para uno volver porque (...) hay mucha violencia", dice a EFE Delma Martínez (nombre cambiado).La mujer, de 66 años, cuenta que el pasado jueves, cuando comenzaron los enfrentamientos entre los 'elenos' y el Frente 33 de las disidencias de las FARC, salió de la vereda (aldea) de Piedras de Moler, en la zona selvática de Teorama, uno de los municipios del Catatumbo."Se formó la balacera y me tocó venirme por (el caserío) Las Chircas porque se puso brava la situación", relata en medio del bullicio del coliseo.(Lea también: Desplazamientos por guerra en Catatumbo: “Tenemos que salir huyendo como si fuéramos delincuentes")Crisis humanitariaSegún informó el martes de la Defensoría del Pueblo, de las 32.000 personas desplazadas, 15.086 llegaron a Cúcuta, capital de Norte de Santander; 11.503 a Ocaña, segunda ciudad de ese departamento, y 5.300 a Tibú, localidad ubicada en el Catatumbo.Al llegar al coliseo, son encaminados hacia unos puestos de atención marcados con los nombres de los municipios de los que proceden donde funcionarios les toman los datos en medio de un constante ajetreo por la llegada de alimentos y colchonetas.En esa asistencia participan entidades como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), que cuida de la infancia y la adolescencia; los bomberos, la Defensoría del Pueblo, la Cruz Roja Colombiana y el Hospital Emiro Quintero Cañizares.También hay puntos de "atención sicológica" y de "asesoría espiritual", y en un campo de fútbol situado en la parte de atrás del coliseo, unos muchachos juegan mientras los adultos preparan comida en grandes ollas."Uno queda estigmatizado, con nervios por tanta violencia y tantos niños sufriendo", agrega la mujer.Según explica, su grupo estaba compuesto por "seis personas, tres mujeres y tres muchachos", que salieron caminando en dirección a Ocaña, pero a mitad de camino ella se lesionó una pierna en una caída, por lo cual tuvieron que pedirle ayuda a un motociclista para que la subiera en la parte de atrás.La mujer añade que aunque han recibido las primeras ayudas, temen por su futuro si la crisis se prolonga."Se están portando bien con nosotros porque nos están dando la 'cabida' y comida", dice, y añade que también necesitan ropa y útiles de aseo. "Yo soy una persona que no tengo trabajo acá, ya no me llega ni (el subsidio de) la tercera edad (...) eso nos lo quitaron", afirma.(Lea también: Isabel, un ángel para las mascotas en la guerra del Catatumbo: "Me salgo, pero con mis animales")Huyendo de las balasEn la misma situación está Torcoroma, de 37 años, quien llegó a Ocaña junto con su esposo y sus dos hijos, de 16 y 11, procedentes de San Pablo, un corregimiento de Teorama, con el miedo en el cuerpo por "el cruce de disparos entre las FARC y el ELN".Esta ama de casa cuenta a EFE que el estallido de violencia no fue una sorpresa porque "había uno que otro rumor de que había un cese al fuego solo por la temporada de diciembre, pero no sabemos por qué están en esta pelea" pues hasta ahora, en San Pablo "convivían ambos grupos"."Se vinieron unas 2.000 personas" cuenta, y añade que salieron "con lo único que pudimos echar en unas mochilas y los papeles (documentos)".Sobre la posibilidad de regresar a San Pablo, un caserío que en años recientes vivió una bonanza por la coca, Torcoroma responde: "No, hay que esperar que algo más se normalice y que no corramos riesgo de volver a nuestras casas"."Ustedes saben que dice un dicho 'el que nada debe, nada teme', pero por matar a otro lo salen matando a uno que no debe nada", concluye.(Lea también: Gustavo Petro reconoce "un fracaso de la nación" ante la ola de violencia en el Catatumbo)
La región del Catatumbo, en Norte de Santander, enfrenta una de las peores crisis humanitaria de los últimos años, debido a las confrontaciones entre la guerrilla del ELN y las disidencias de las FARC. Miles de familias están confinadas y no tienen acceso a alimentos ni a servicios básicos, mientras los combates entre los ilegales se intensifican en zonas rurales y urbanas.Varias comunidades han tenido que abandonar sus tierras, buscando seguridad, y las autoridades locales se ven desbordadas para atender a la población.Los firmantes de paz se han convertido en un blanco de los grupos ilegales. Según Camilo González Posso, jefe negociador del Gobierno nacional con las disidencias de las FARC, al menos siete han sido los firmantes asesinados en el Catatumbo.(Lea también: Denuncian que ELN está entrando a la fuerza a casas en el Catatumbo para secuestrar a personas)Luis Antonio Medina, firmante de paz, tuvo que dejar a sus hijos y dirigirse hasta la base militar de Tibú, Norte de Santander, para pedirle refugio al Ejército Nacional.Luis Antonio dice estar “triste en este momento por la situación que está ocurriendo, por tanta gente muerte que nunca se había visto en Catatumbo y llamamos al Gobierno para que ponga las manos en el Catatumbo y dé solución”.Medina sostuvo que salió del Catatumbo “porque nos están matando a todos los firmantes del acuerdo de paz. Ya va una cantidad de muertos y unos compañeros detenidos. Mi familia todavía está en la zona, tuve que dejar a mis hijos porque llegar al pueblo, no encontrar en dónde meterlos y aguantando hambre es una situación fregada”.Campesinos en el Catatumbo, entre el fuego cruzado del ELN y las disidenciasLa crisis humanitaria en la región del Catatumbo se agrava con cada día de pasa y miles de campesinos están viviendo en el fuego cruzado de los grupos armados ilegales, con sus derechos básicos vulnerados.Familias enteras, incluyendo niños y adultos mayores, han sido confinadas en municipios como El Tarra y Puerto Catatumbo, sin acceso a alimentos ni medios de transporte para escapar.“Me encuentro acorralada con mis hijos, no tenemos comida, necesito que me den ayuda, hemos sido amenazados, tengo un niño de 8 meses, una niña de 3 años y otra de 9 años. Los niños están muy asustados y se encuentran nerviosos”, narró una víctima del conflicto armado en el Catatumbo.Los testimonios reflejan el nivel de desesperación de cientos de personas que no aguantan más violencia. “Por favor tengan piedad con los que están allá. Somos personas inocentes que nos abemos nada, somos gente honesta y trabajadora, somo familias pobres y humildes”, dijo una víctima.Ante el aumento de la violencia, muchas familias han tomado la decisión de abandonar sus hogares.El Catatumbo parece "un pueblo fantasma"Desde el municipio de El Tarra y hasta Ocaña, las vías se llenan de personas que buscan huir de la guerra. “La cosa se puso picante aquí en el Catatumbo. Este pueblo está como un pueblo fantasma. Solo se ve el que está saliendo”, sostuvo un habitante de la zona.Los líderes sociales, víctimas frecuentes de persecución por parte del ELN, claman por ayuda inmediata, exigen que las administraciones municipales habiliten albergues y brinden atención humanitaria urgente. Sin embargo, las capacidades de las administraciones locales son insuficientes.(Lea también: Cinco claves para entender la ola de violencia en el Catatumbo por guerra entre ELN y disidencias)Un líder social indicó que “se están habilitando unos albergues que ya están copados porque la capacidad no fue suficiente. Está llegando gente a cada minuto que pasa y llevamos dos días tratando de hablar con el alcalde y él no nos contesta. Aquí ni la Policía ni el Ejército nos está cuidando”.El panorama es alarmante. Según los habitantes, el ELN ha intensificado la persecución a los ciudadanos, atacando casa por casa en zonas urbanas y finca por finca en zonas rurales.Los líderes comunitarios, quienes han dedicado su vida al servicio de la región, se convirtieron en blancos de esta violencia despiadada.
La guerra en el Catatumbo se ha agudizado por cuenta de los enfrentamientos entre la guerrilla del ELN y las disidencias de las FARC. Estos combates han dejado, de acuerdo con el jefe negociador del Gobierno nacional con la disidencias de las FARC, Camilo González Posso, siete firmantes de paz asesinados en esta zona de Colombia.En entrevista con Noticias Caracol, el funcionario informó que “desafortunadamente son siete firmantes de paz que han buscado para asesinarlos en diferentes municipios. Los están persiguiendo para matarlos de manera deliberada. Es un plan contra la paz, contra los acuerdos firmados en 2016 y también contra la mesa de negociaciones, en la cual yo participo como coordinador”.Camilo González Posso afirmó, además, que “están atacando a los delegados del frente 33, están atacando a las personas que están colaborando con los procesos de conversaciones y lo que quieren es controlar la frontera. Yo creo que es una estrategia política del ELN para posicionarse en la frontera, dentro de un plan absolutamente concertado que amenaza a la población de la región”.(Lea también: Guerra en Catatumbo: enfrentamientos entre ELN y disidencias de las FARC dejan más de 30 muertos)El control fronterizo del que habló el jefe negociador tiene que ver con “intereses. Es un enclave de producción de cocaína, de pasta básica, de los más grandes de Colombia, junto con lo que sucede en la frontera sur. También creo que están jugándole a la geopolítica, están buscando convertirse en un colchón allí en la frontera con Venezuela para prestar ciertos servicios”."El ELN está haciendo una declaratoria de guerra al Gobierno"Frente al recrudecimiento de la violencia en Colombia, el funcionario aseguró que “teníamos durante este periodo, casi dos años, pero sobre todo en el último año una disminución de indicadores de la violencia, asociados con las conversaciones de paz. Toda la población ha saludado ese ambiente nuevo y eso ha sido roto por estrategia del ELN. Eso hay que decirlo con todas las letras: el ELN está haciendo una declaratoria de guerra al Gobierno y a toda la sociedad”.Sobre los asesinatos que se han registrado en las últimas horas, Camilo González Posso sostuvo que “es para controlar territorialmente y (al ELN) les estorba todo aquello que signifique avance de relación con la institucionalidad, acuerdos con el Gobierno, acuerdos con el Estado colombiano. Entonces, buscan generar una inestabilidad y dentro de eso hacer todo tipo de negocios, movimientos de frontera, tráfico de armas y todo lo que sea un posicionamiento geopolítico y militar en la frontera, desde el Catatumbo, conectado con Arauca”.Finalmente, para proteger la vida de los firmantes de paz, según González Posso, “hay un plan del Gobierno. Se ha hablado de movilizarlos, reubicarlos, y eso es algo que se está decidiendo, pero lo fundamental es proteger la vida de los firmantes y de las demás personas que están siendo atacadas. Yo creo que eso es lo central”.(Lea también: Vera Grabe dice que diálogos se suspenden hasta que el "ELN piense si quiere caminar la paz")Gobierno Petro suspende diálogos de paz con el ELNEl presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció la suspensión de las negociaciones de paz con la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN), tras una violenta jornada que dejó más de 30 muertos en la frontera con Venezuela, según un balance oficial."Lo que ha cometido el ELN en el Catatumbo son crímenes de guerra. Se suspende el proceso de diálogo con este grupo, el ELN no tiene ninguna voluntad de paz", escribió el jefe de Estado en la red social X.Desde el jueves 15 de enero, guerrilleros del ELN y miembros de las disidencias de las FARC se enfrentan en una región del noreste de Colombia conocida como Catatumbo, fronteriza con Venezuela y con más de 52.000 hectáreas de hoja de coca sembradas."Tenemos datos ya en el terreno de más de 30 personas asesinadas, así como más de 20 heridos", aseguró en la emisora Blu Radio el gobernador de ese departamento de Norte de Santander William Villamizar, sin aclarar si hay civiles entre las víctimas. Varios de los lesionados han sido trasladados a hospitales cercanos.La Defensoría del Pueblo registra además "decenas de familias desplazadas" y asegura que se desconoce el paradero de unas 20 personas.El presidente Gustavo Petro empezó a dialogar con el ELN a finales de 2022, cuando se convirtió en el primer izquierdista en llegar a la presidencia de Colombia. Pero ese proceso de paz sufre constantes crisis por ataques de los rebeldes, enconadas disputas con otros grupos armados y diferencias entre las partes que han impedido llegar a acuerdos concretos."El ELN tiene que expresar, de una vez por todas, su intención, voluntad, decisión de llegar a la paz", declaró el senador por el Pacto Histórico Iván Cepeda, representante del Gobierno en los diálogos con el ELN.Disputa por la coca entre grupos armados en ColombiaLos enfrentamientos entre los dos grupos criminales, registrados en varios poblados rurales cercanos al municipio de Tibú, se deben a "una disputa territorial" por el control del negocio de la droga en la zona, según Villamizar.Colombia es el principal país productor de cocaína en el mundo y Tibú, el municipio con más narcocultivos, según la ONU.La Defensora del Pueblo, Iris Marín, denunció que el ELN está "yéndose directamente contra la población civil" y va "casa por casa" para asesinar a personas que considera afines a las disidencias de las FARC.El histórico acuerdo de paz firmado en 2016 disolvió a las poderosas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, pero grupos disidentes se reorganizaron con nuevos reclutas y mantienen la guerra contra el Estado, otras organizaciones y la población civil.El jueves la ONU informó que cinco excombatientes de la extinta guerrilla que dejaron las armas tras el acuerdo de paz fueron asesinados en el Catatumbo.El histórico pacto no logró extinguir más de medio siglo de conflicto armado que persiste con el combustible de la cocaína."Cuando todo gira en torno a esta economía ilícita, pues es a partir de ahí donde se generan las tensiones", aseguró el general Giovanni Rodríguez, comandante de la Segunda División del Ejército desplegada en la zona.Diálogos truncados entre el Gobierno y el ELNLa Defensora del Pueblo aseguró que desde noviembre de 2024 alertaron sobre la "inminente" violencia que "se podía presentar si no se tomaban medidas" y pidió "mayor presencia de la fuerza pública"."Es una disputa, de una parte, por las rentas ilegales, por el control poblacional y por el control de la frontera con Venezuela", añadió.Para la funcionaria tras la cuestionada reelección de Nicolás Maduro en la presidencia de Venezuela, los "cambios geopolíticos" afectan "los intereses de los grupos en la región".El jueves, el comisionado de paz del gobierno, Otty Patiño, denunció que el ELN está "pagando sicarios" para que asesinen a su principal asesor.(Lea también: Guerra en Catatumbo: líder social dice que grupo armado está entrando a las casas a matar personas)El gobierno rechaza la poca voluntad de la guerrilla para firmar la paz.De su lado, los rebeldes denuncian una estrategia del gobierno para dividirlos, al reconocer en las negociaciones a los "Los Comuneros del Sur", una facción sublevada del ELN que opera en el departamento de Nariño (suroeste).Levantada en armas desde 1964 y de inspiración guevarista, esta guerrilla tiene un pie de fuerza de unos 5.800 combatientes y una amplia red de colaboradores, según inteligencia militar.El ELN ya fracasó en sus intentos de paz con cinco gobiernos. Su estructura federada ha sido uno de los mayores impedimentos para marchar con celeridad hacia un acuerdo.
Este viernes, 17 de enero de 2025, el presidente Gustavo Petro suspendió los diálogos de paz del Gobierno nacional con la guerrilla del ELN, debido a la situación que se vive en el Catatumbo por los enfrentamientos con las disidencias de las FARC. Vera Grabe, jefe negociadora en la mesa con dicha guerrilla, confirmó que las negociaciones estarán suspendidas “hasta que el ELN, definitivamente, piense si quiere caminar la paz”."Lo que ha cometido el ELN en el Catatumbo son crímenes de guerra. Se suspende el proceso de diálogo con este grupo, el ELN no tiene ninguna voluntad de paz", afirmó el mandatario en su cuenta de X antes de viajar a esa región, escenario de una confrontación armada entre el ELN y una disidencia de las FARC que ha dejado más de una treintena de muertos, según información de la Defensoría del Pueblo.La jefa de la delegación del Gobierno en los diálogos con la guerrilla, Vera Grabe, reafirmó en una rueda de prensa la decisión del presidente, asegurando que se suspende la negociación "hasta que el ELN definitivamente decida caminar hacia la paz" porque "este país no aguanta más estos vaivenes".(Lea también - Presidente Petro suspende diálogos con el ELN por situación en Catatumbo: "Son crímenes de guerra")Las dos partes tenían planteado reunirse la próxima semana para reactivar la mesa de diálogos de paz, que el Gobierno Petro retomó en noviembre de 2022 y está congelada desde hace meses por las desavenencias entre las partes."El proceso de paz ha tenido distintos momentos, una paz en la cual alcanzamos importantes acuerdos con el ELN, entre ellos el primer punto de la agenda y avanzar un cese al fuego, pero a partir del mes de mayo entramos en una suspensión que decretó el ELN en primer lugar y que, a pesar de los esfuerzos que se hicieron de la parte del Gobierno, una y otra vez nos topamos con decisiones y actuaciones del ELN que impidieron avanzar", manifestó el senador del Pacto Histórico y negociador de paz Iván Cepeda.Diálogos que no remontanEsta nueva suspensión de los diálogos de paz llega después de que en las últimas semanas pareciera que los diálogos podrían volver a reactivarse en una reunión que se iba a producir tras las de noviembre en Caracas cuando Grabe y el jefe negociador del ELN, 'Pablo Beltrán', se vieron, algo que no hacían desde el 26 de mayo y de un año tormentoso.A principios del año 2023, el Gobierno Petro comenzó en el departamento de Nariño, limítrofe con Ecuador, acercamientos con los Comuneros del Sur, una supuesta escisión del ELN -de la que esa guerrilla dice que realmente son infiltrados del Gobierno para debilitarlos- y cuyo jefe es Gabriel Yepes Mejía, conocido como 'HH' o 'Samuel'.Eso ha inquietado al ELN que exige a Grabe y los suyos pronunciarse sobre si estaban negociando a nivel estatal o local. De hecho, esta misma semana el consejero comisionado para la paz, Otty Patiño, le envió una carta a Beltrán dejando ver que no iban a dejar de negociar con los Comuneros y advirtiendo a esta guerrilla de que la paciencia del Gobierno no era infinita.Así también se hacía una referencia velada a que el ELN en todo este tiempo ha seguido perpetrando ataques: desde el secuestro del padre del futbolista Luis Díaz, Mane Díaz, en octubre de 2023, al ataque en septiembre de 2024 a una base militar en el departamento de Arauca que dejó tres militares muertos y casi una treintena de heridos.El presidente Petro dijo entonces que este último ataque era "prácticamente una acción que cierra un proceso de paz con sangre", aunque la delegación del Gobierno matizó después y afirmó que significaba que iban a congelar la mesa, pues siempre iban a estar dispuestos a negociar.Ahora llega esta "operación militar que está haciendo el ELN, con unidades que ha trasladado desde el departa0mento de Arauca hasta el Catatumbo, con el propósito de que los combatientes agredan a la población", en palabras del senador Cepeda."Las principales víctimas son los civiles, los líderes sociales, las personas que han dejado las armas y están en el proceso de reincorporación tras acuerdo de paz de 2016. Eso son crímenes de guerra", aseguró Iván Cepeda, haciendo notoria la distancia que parece difícilmente irreconciliable entre el Gobierno y el ELN.(Lea también - Defensora del Pueblo tras anuncio de suspensión de diálogos con el ELN: "Es una decisión legítima")
El expresidente Iván Duque reaccionó este lunes a las afirmaciones que hizo el también exmandatario Juan Manuel Santos sobre el papel de su gobierno (2014-2018) tras la firma de los acuerdos de paz con la extinta guerrilla de las Farc hace ocho años.Las afirmaciones de Santos se dieron a conocer este domingo en una entrevista que le concedió a Juan Roberto Vargas, director de Noticias Caracol, en la cual habló, entre otros temas sobre la situación actual de los acuerdos de paz que su Gobierno firmó con las Farc en 2016, y que le merecieron el reconocimiento mundial con el Nobel de la Paz.Lea también: De “falsa” califica Emilio Archila afirmación de Santos sobre papel de Duque en acuerdos de paz "El acuerdo sigue siendo el acuerdo más completo, más ambicioso que se ha negociado hasta ahora. Mantiene un inmenso prestigio internacional. La primera fase del acuerdo de paz, porque los acuerdos después se dividen en dos: hacer la paz y después construirla, que es mucho más difícil. Lo hicimos en tiempo récord, se cumplió todo lo que llaman el DDR: el desarme, la desmovilización y la reintegración. Eso se cumplió muy bien y ahí comienza la implementación, y ahí es donde hemos fallado", expresó el expresidente Santos.(Lea también: Radiografía de los retos y avances del acuerdo de paz firmado hace 8 años con las extintas FARC).Para el exmandatario, "infortunadamente tuvimos cuatro años de un Gobierno que hizo muy poco por la implementación: el Gobierno Duque, que estaba inclusive en contra del acuerdo de paz y eso fue parte de su bandera política".Santos también habló sobre el papel del actual Gobierno, el de Gustavo Petro: "Dos años del presidente Petro, que infortunadamente tampoco ha avanzado mucho, no por falta de voluntad política, sino por física incapacidad, falta de organización del Gobierno, de gerencia del Gobierno. Entonces, llevamos seis años en donde la implementación ha avanzado muy poco".La respuesta de DuqueSin mencionar directamente a Santos, el expresidente Iván Duque reaccionó este lunes a la entrevista en cuestión, y particularmente a las afirmaciones que se hicieron en esta sobre su Gobierno."Los que pactaron con las Farc meter a Uribe a la cárcel, parar la aspersión aérea contra el narcotráfico, la impunidad por crímenes de lesa humanidad, curules sin cumplir penas y dejaron el país sumido en mermelada para gobernar, medios de comunicación fidelizados con pauta estatal y tapando sus vínculos con grandes entramados corporativos internacionales, quieren posar de pacifistas, experimentados y grandes gestores para ocultar su influencia y protagonismo en el desastre actual del país cuando son evidentes sus cuotas gubernamentales", escribió en su cuenta de X (antes Twitter).Más tarde, también desde su cuenta de X, comentó la entrevista que le concedió a Noticias Caracol Emilio Archila, consejero para la estabilización y encargada de implementar el acuerdo de paz en su Gobierno. El expresidente afirmó que, en esa entrevista, emitida este lunes en la mañana, Archila "desvirtúa las falacias de tantos oportunistas que se sienten la personificación de la paz, pero son los promotores de la impunidad que es la madre de nuevas violencias".Cabe mencionar que, en dicha entrevista, Archila calificó de “absolutamente falso” las afirmaciones de Santos. “Para tener una idea de qué tan comprometidos estábamos, nosotros no nos demoramos dos años en hacer un plan. A los dos meses y medio de haberse posesionado Iván Duque expedimos la política de implementación, a los dos meses habíamos pedido que las Naciones Unidas estuvieran con nosotros los meses que fueran necesarios”, sostuvo el exfuncionario del gobierno de Duque.
Emilio Archila, consejero para la estabilización y encargada de implementar el acuerdo de paz en el Gobierno de Iván Duque, respondió a las críticas que el expresidente Juan Manuel Santos hizo al mandatario del Centro Democrático (2018-2022). Lo calificó de “absolutamente falso, totalmente falsa esa afirmación”.(Lea también: "Llevamos seis años donde la implementación de la paz ha avanzado muy poco": Juan Manuel Santos)“Para tener una idea de qué tan comprometidos estábamos, nosotros no nos demoramos dos años en hacer un plan. A los dos meses y medio de haberse posesionado Iván Duque expedimos la política de implementación, a los dos meses habíamos pedido que las Naciones Unidas estuvieran con nosotros los meses que fueran necesarios”, sostuvo el exfuncionario del gobierno que antecedió al de Gustavo Petro.Según él, “hoy hace tres años, cuando se estaba celebrando la firma de los acuerdos, no era un tema coloquial, estaba en Colombia el secretario general de la ONU y estaba felicitando al Gobierno colombiano por ser un ejemplo de implementación en el mundo”.Para implementación de los PDET “no había un peso”Archila aseguró que durante el gobierno de Duque “había que formular unos planes de desarrollo con enfoque territorial, los PDET. Nosotros recibimos dos durante nuestro tiempo. En el primer año y medio formulamos los otros 14, dejamos listos los planes”.Sin embargo, acotó, “para la implementación de esos planes, que es la gran transformación que necesita el país para colmar de Estado a esas regiones, no había ni un peso, cero plata. A nosotros no nos dejaron plata. Durante ese periodo de cuatro años conseguimos 16 billones de pesos, es más o menos lo que cuesta la primera línea del metro de Bogotá y lo dejamos ejecutando. Entregamos para esas regiones más de una obra por día”.Y criticó a la administración de Gustavo Petro, porque “lo que se necesitaba era que al otro día de que se posicionara el siguiente gobierno, si había cosas por mejorar, las mejorara, pero que se continuara, no que se tomaran dos años de estar pensando qué hacer”.Qué responde a las críticas al Gobierno Duque por objetar la ley estatutaria de la JEP“La JEP, la Justicia Especial para la Paz, constitucionalmente no necesitaba la ley marco para empezar a operar porque así estaba previsto en la Constitución. Donde se demoró dos años fue en el Congreso mientras la discutían, donde se demoró un año fue después en la Corte Constitucional cuando la estaban analizando. Entre los artículos que la Corte Constitucional tumbó y los que condicionó eran más de 20 artículos. El presidente Duque les presentó objeciones a seis artículos. Lo que dijo es no son convenientes y no son constitucionales, se los devolvió al Congreso. El Congreso no estuvo de acuerdo, nos los trajo. En la objeción nos habíamos demorado una semana y en un día, después de que el Congreso lo dijo, lo aprobamos. Yo personalmente me encargué de las relaciones con la JEP durante ese tiempo, hubo cero interferencias. Ni una sola carta, ni un solo momento en el cual no los apoyáramos en su labor”, explicó Archila al respecto.Aseveró que “aún durante el tiempo en que vino la pandemia, en que todas las agencias públicas tuvieron reducción de su presupuesto, de las pocas entidades a las que nunca les redujimos el presupuesto fue a la Justicia Especial para para la Paz. Le extendimos el mandato a la Comisión de la Verdad para que pudiera rendir los informes que estaban previstos y siempre trabajamos con la unidad de búsqueda para los desaparecidos. Así que ahí nuevamente hay un discurso político que realmente no corresponde con la forma como como actuamos”.(Lea también: Radiografía de los retos y avances del acuerdo de paz firmado hace 8 años con las extintas FARC)Dice Timochenko que, paradójicamente, a ellos les fue mejor con el Gobierno Duque. ¿Qué opina?“Seguramente así es. Cuando llegamos al Gobierno, legalmente estaba previsto que todo el apoyo para los excombatientes iba a terminarse. No iba a haber más apoyo. Incluimos algo que solamente se ha hecho una vez en la historia de los procesos de paz, y es que dijimos que vamos a acompañar el proceso de reincorporación por todo el tiempo que sea necesario hasta que se logre efectivamente la reincorporación. Diseñamos una hoja de ruta con ocho garantías. Ahí están los temas de vivienda, de salud, de empleabilidad. La vivienda no estaba prevista en los acuerdos, la incluyó el presidente Duque, y empezamos a trabajar en apoyar a los combatientes en cada uno de esos frentes de una manera planeada. Aparte de eso, les garantizamos la continuidad de los antiguos espacios territoriales”, dijo el exfuncionario al respecto.(Lea también: Rodrigo Londoño sobre acuerdo de paz con FARC: "Colombianos no lo valoramos, como el mundo lo hace")Si no existiera el acuerdo de paz, ¿Colombia estaría mejor o peor?Para Archila, “los acuerdos de paz son una gigantesca oportunidad por una razón: estaba previsto que se implementara continuamente durante 20 años. Las transformaciones que necesita el país requieren de trabajar continuamente durante 20 años. En política pública hay una cosa muy triste y es que cuatro, y cuatro, y cuatro y cuatro años no son 16, son cuatro veces cuatro, y quiere decir cuatro fracasos si no se hace de una manera continua. Hay que pararle bolas a la Corte Constitucional y hay que oír cuando la corte, en términos jurídicos, dijo hay que construir sobre lo construido. No podemos darnos el lujo de perder esa oportunidad. Lo estamos haciendo hace 200 años y en periodos de cuatro años no ha funcionado”.¿Qué ha dicho Duque sobre pronunciamiento de Santos?Sin mencionar nombres, el expresidente publicó este lnes un mensaje en sus redes sociales en el que manifestó: “Los que pactaron con las FARC meter a Uribe a la cárcel, parar la aspersión aérea contra el narcotráfico, la impunidad por crímenes de lesa humanidad, curules sin cumplir penas y dejaron el país sumido en mermelada para gobernar, medios de comunicación fidelizados con pauta estatal y tapando sus vínculos con grandes entramados corporativos internacionales, quieren posar de pacifistas, experimentados y grandes gestores para ocultar su influencia y protagonismo en el desastre actual del país cuando son evidentes sus cuotas gubernamentales”.
Este 24 de noviembre se conmemoran 8 años de la firma del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y la exguerrilla de las FARC. Un pacto que, aunque ha tenido avances, también tiene grandes retos en materia de implementación.(Lea también: “Hemos perdido control del territorio en muchos municipios”: Juan Manuel Santos habla en Noticias Caracol)El desarme de 13.000 hombres y mujeres generó esperanza en los territorios más afectados por la violencia. Sin embargo, hoy el panorama es agridulce. Así lo dijo a Noticias Caracol en vivo Rodrigo Londoño, presidente del Partido Comunes y exlíder de las extintas FARC: “Ha avanzado, no como quisiéramos, no como supondríamos que a ocho años de la firma debería estar ya esa reincorporación nuestra”.Los retos desde la firma del acuerdo de pazLa destinación y ejecución de los recursos para la paz es uno de los puntos más cuestionados. Raúl Delgado, director de la Agencia de Renovación del Territorio, manifestó que, “sin duda, los recursos son insuficientes, y por eso el gran reto para mí será fortalecer las fuentes de financiación del programa PDET”.Por otro lado, desde 2017 se han ejecutado 88,5 billones de pesos, lo que representa el 45% de lo proyectado para 15 años. Carlos Hernán Rodríguez, contralor general de la República, reveló que “desde 2018 hasta el primer semestre de 2024, se han detectado 511 hallazgos, de los cuales 102 tienen incidencia fiscal por 141 mil millones de pesos”.El deterioro de la seguridad es otro de los puntos más preocupantes tras la firma del acuerdo de paz: 1.691 líderes sociales y 435 firmantes de paz han sido asesinados; además, se han registrado 64 masacres con 222 muertos.(Lea también: Remando por la Paz: el sueño de los excombatientes de las FARC que naufraga en el Caquetá)Aunque la tasa de homicidios a nivel nacional es de 14 por cada 100 mil habitantes, en los municipios catalogados como programas de desarrollo con enfoque territorial, PDET, llega a 22,7.Carlos Ruíz Massieu, jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, dice que “el tema de seguridad siempre ha sido el de mayor preocupación, precisamente porque hay que proteger la vida, la integridad física de los firmantes, de sus familias y de las comunidades”.Pese a esto, el Gobierno y los organismos internacionales resaltan que el 86% de los firmantes sigue acogido al proceso y el 90,5% de ellos tiene proyectos productivos.¿Por qué han crecido las disidencias de las FARC tras firma del acuerdo?“La mayoría de quienes integran hoy las disidencias, y las disidencias de las disidencias, y esos grupos criminales que están dedicados solo al narcotráfico y a la minería ilegal, es nuevo reclutamiento en los territorios”, sostuvo Juan Fernando Cristo, ministro del Interior.Camilo González Posso, coordinador negociaciones de paz con disidencias, aseguró que “el acuerdo de paz ha servido y hoy tenemos una situación de muchísima menor violencia, pero, por supuesto, con violencias regionalizadas”.Tareas pendientes del acuerdo de pazUno de los seis puntos del acuerdo de 310 de páginas es la solución al problema de las drogas ilícitas. Sin embargo, las hectáreas de coca, en 2023, crecieron un 10%, y la producción de cocaína un 53%. Por otro lado, el rezago en la compra y formalización de tierras es claro: el país está lejos de alcanzar la meta de tener 3 millones de hectáreas en el fondo de tierras para entregar a víctimas y firmantes.Según Juan Felipe Harman, director Agencia Nacional de Tierras, “de cada 10 predios que ofertamos para firmantes, prácticamente son rechazados seis, en gran medida por la estigmatización que tiene esa población”.También está pendiente la reparación a las víctimas del conflicto armado. A la fecha, solo el 17,3% de ellas ha recibido indemnización y, a este ritmo, advierte la Fundación Ideas para la Paz, el Estado colombiano tardaría más de 50 años en cumplirlas.(Lea también: Víctimas de conflicto critican ante ONU implementación de acuerdo de paz por el Gobierno)"El 50% de los acuerdos de paz fracasan en los primeros 5 años, pero no es nuestro caso": SantosEl expresidente y Nobel de Paz, Juan Manuel Santos, publicó un video en redes sociales por los 8 años de la firma del acuerdo de paz."El 50% de los acuerdos de paz fracasan en los primeros cinco años, pero ese no es nuestro caso. El acuerdo está vigente gracias al compromiso de víctimas; firmantes de paz; líderes sociales; Fuerzas Militares y de Policía; Estado, empresarios, sociedad civil y por supuesto, y muy importante, la comunidad internacional", afirmó.Aseguró que el pacto firmado el 24 de noviembre de 2016 en el Teatro Colón de Bogotá con Rodrigo Londoño fue "para el país, no para las FARC". "Era un acuerdo ambicioso que no solo buscaba el fin del conflicto largo y atroz, sino la transformación de las condiciones que para muchos lo originaron, como la enorme desigualdad en el campo (...) las limitaciones a la participación democrática o el problema de los cultivos de uso ilícito", añadió.Y lanzó críticas por el poco avance del acuerdo de paz: "En los últimos seis años, la implementación se ha visto entorpecida. En los primeros cuatro por falta de voluntad política y en los últimos dos por la falta de capacidad para articular las entidades del Estado y encaminarlas a cumplir el objetivo de manera integral como estaba pensado".Además, lamentó que "las condiciones de seguridad se han empeorado drásticamente con el recrudecimiento de la violencia y la proliferación de disidencias (de las FARC) y grupos armados", a los que les hizo "un llamado enérgico a respetar la vida y los derechos humanos de las comunidades y entender de una vez por todas que están asfixiando al pueblo colombiano al que dicen defender"."Es hora de que demuestren su voluntad de paz, si es que la tienen, con hechos reales", señaló Santos.
Juan Manuel Santos, expresidente de Colombia y ganador del nobel con el que la extinta guerrilla de las FARC firmó los acuerdos de paz hace 8 años, habló con Juan Roberto Vargas, director de Noticias Caracol, sobre la situación actual de Colombia y de Latinoamérica.Esta es la entrevista completa con el Nobel de Paz:¿Qué opina de las actitudes del presidente Gustavo Petro?Espero que nuestras instituciones sean lo suficientemente fuertes para no permitir que ese tipo de ataques vayan a afectar la institucionalidad del país. Sí hace daño porque si se taladra y se taladra, algo queda de esa insistencia. Por ejemplo, lo de la Registraduría me parece muy traído de los cabellos. Afortunadamente, todos los exprocuradores salieron a decir que eso no tiene ningún sentido.Las elecciones en Colombia fueron siempre respetadas, aquí nadie está diciendo que hubo fraudes, esa legitimidad es parte de los activos de la democracia. El presidente ganó, fue elegido alcalde. A menos que esté queriendo controlar el poder electoral para alguna marrulla, pero afortunadamente las instituciones son fuertes para no permitirlo.Las autocracias tienen unas recetas preestablecidas: llegan al poder usando la vía democrática, pero comienzan a socavar las instituciones, a debilitar el poder judicial, a debilitar el poder legislativo, a debilitar la prensa, a apropiarse del sistema electoral y entonces así se quedan. No estoy acusando al presidente Petro, pero algunas de las actitudes pueden interpretarse en esa dirección. Repito, no va a poder, si esa es su intención, no va a poder.¿Álvaro Uribe o Gustavo Petro?En mi caso, ninguno de los dos porque se fueron a los extremos, se radicalizaron, y hace poco salió un artículo en El País de España, los trinos que se cruzan con odio personal, con unos ataques personales, ¿y eso qué hace? Ellos tienen muchos seguidores. Eso fomenta el odio en la gente, fomenta la polarización, le da leña al fuego de la polarización, y la polarización lo que hace es volver las democracias inoperantes. Entonces yo añoraría que dejaran de pelear en esa forma y se sentaran a tener acuerdos básicos.Son muy parecidos: los dos necesitan enemigos para mantenerse políticamente vivos. Entonces, si no los tienen, se los inventan. Pero ambos son peleadores, a ambos les gusta pelear; entonces, se sienten más cómodos peleando el uno contra el otro que sentándose a hacer acuerdos. Yo sé que hacer acuerdos muchas veces es difícil, pero es lo que las democracias necesitan.(Lea también: Uribe arremete contra el presidente Petro: "Es propio de las dictaduras")Si un titular dijera ‘El expresidente Juan Manuel Santos dice que Uribe y Petro son los grandes responsables de la polarización que vive Colombia’, ¿es acertado?Que la están alimentando, sí.En países como Argentina, El Salvador, están ganando los famosos outsiders. ¿Se puede imponer eso en la campaña que viene?Estamos sufriendo el efecto de gobernantes que no aprendieron a gobernar, que llegaron a aprender a gobernar. El propio (Iván) Duque no tenía mayor experiencia y mire lo que le entregó a Petro. Y esta izquierda realmente está aprendiendo a gobernar y ha cometido muchísimos errores. Yo espero que en las próximas elecciones la experiencia de quien llegue a gobernar sea un factor que influya mucho en quién va a votar por él.Algunos de los que están rondando como precandidatos me recuerdan a Goyeneche. Muchas veces uno en la política tiene que ir en contra de la corriente, tomar decisiones impopulares. Lo que no puede uno hacer es unirse al coro destructivo, y eso es lo que infortunadamente, con las redes sociales pasa. Entonces, entre más grita uno, más insulta, más aplausos tiene. Hay que resistirse a eso, ir en contra de eso, muchas veces es difícil, pero a la larga es lo que sale adelante y lo que conviene.A mí me dijeron no se meta en el proceso de paz, le va a costar su capital político. Me costó el capital político y me tocó nadar contra la corriente, pero perseverando y teniendo un norte fijo y un norte claro, así es que debe hacerse la política, liderazgo ético y de largo plazo, eso es lo que le falta a Colombia y al mundo, pensar en el largo plazo. Y en este momento en que estamos viviendo esos problemas, seguir tomando decisiones en función de las próximas elecciones nos va a llevar a todos, a Colombia y al mundo, al caos.¿Cuáles van a ser los problemas más delicados con los que va a quedar Colombia cuando termine el Gobierno de Petro?Seguridad, porque infortunadamente no vemos cómo eso se está mejorando. Me preocupa muchísimo el tema de la salud. Ya estamos viendo que mucha gente está diciendo ‘no me dan los medicamentos, no me atienden’, y si eso se vuelve una bola de nieve, pues aquí va a haber un descontento enorme. Y la parte económica, no podemos seguir financiando programas sociales sin tener fuentes de financiación y sin tener algo que es muy importante, no importa si uno es de derecha o de izquierda, que es responsabilidad fiscal.¿Qué implica la reforma al Sistema General de Participación?La idea de volver al espíritu de la Constitución del 91 para descentralizar más el país es una buena idea, pero algunas ideas mal ejecutadas pueden ser muy costosas, y no nos digamos mentiras, si no hacen primero la ley que va a determinar cuáles responsabilidades asumen las regiones con esa plata que les va a llegar y cuáles responsabilidades deja de tener el gobierno central, si eso lo dejan para después, tenga la seguridad por razones políticas, de que eso va a ser un desastre, y eso va a ser una bomba nuclear para nuestra estabilidad fiscal, porque cuando aprueben las reformas a las transferencias, el aumento, sujeto a una reforma de las competencias, cuando se discute la reforma de las competencias comienzan las regiones, los alcaldes, los gobernadores, que tienen una gran influencia en el Parlamento a decir ‘no me ponga eso’, pero ya está la reforma. Entonces la ley que salga de ahí va a ser muy endeble y el desequilibrio fiscal que eso genera es fatal para el país.(Lea también: Expertos advierten sobre consecuencias de aprobar el proyecto de reforma a las transferencias)¿En Colombia hay petrosantismo?Eso es como cuando me dicen que yo era de las FARC, que yo era el comandante Santiago. Yo no apoyé a Petro, no voté por él. Lo que le he dicho a Petro es que por favor implemente el proceso de paz, que en eso va a tener todo mi apoyo, y hasta ahí. Pero eso del petrosantismo es porque tal vez hay exministros míos que están trabajando con él.Juan Fernando Cristo está haciendo una buena labor porque está tratando de volver a resucitar la implementación del proceso de paz y ha venido avanzando, y ojalá avance como tiene que avanzar y ojalá tenga el respaldo de los demás ministros y del presidente. Pero él no es cuota mía. Nunca mencioné a Cristo ni el presidente me mencionó. Yo fui a decirle (a Petro) ‘ojo con Venezuela’.¿Dónde deja el resto de mi gobierno? Germán Vargas no es precisamente petrista, el general Naranjo, Mauricio Cárdenas, exministro de Hacienda; María Ángela Holguín. La mayoría de los ministros están, o en la oposición o de presidentes de los gremios. Que algunos estén con Petro es porque tienen capacidades y Petro los reclutó, pero ninguno de ellos es cuota mía. Yo no soy petrista, no seré petrista, apoyaré al presidente, cualquiera que sea, en las cosas buenas y criticaré las cosas malas. Y así lo dije desde el principio.¿Qué luces hay y qué sombras hay ocho años después de la firma del acuerdo de paz?El acuerdo sigue siendo el acuerdo más completo, más ambicioso que se ha negociado hasta ahora. Mantiene un inmenso prestigio internacional. La primera fase del acuerdo de paz, porque los acuerdos después se dividen en dos: hacer la paz y después construirla, que es mucho más difícil. Lo hicimos en tiempo récord, se cumplió todo lo que llaman el DDR: el desarme, la desmovilización y la reintegración. Eso se cumplió muy bien y ahí comienza la implementación, y ahí es donde hemos fallado, porque infortunadamente tuvimos cuatro años de un Gobierno que hizo muy poco por la implementación: el Gobierno Duque, que estaba inclusive en contra del acuerdo de paz y eso fue parte de su bandera política; y dos años del presidente Petro, que infortunadamente tampoco ha avanzado mucho, no por falta de voluntad política, sino por física incapacidad, falta de organización del Gobierno, de gerencia del Gobierno. Entonces, llevamos seis años en donde la implementación ha avanzado muy poco.Rodrigo Londoño ha dicho les terminó yendo mejor en el Gobierno Duque que en lo que lleva Petro.Yo espero que ahora, con lo que se ha anunciado en estas últimas semanas, con la llegada del ministro Cristo, que llegó a poner cierto orden, visibilizó otra vez la implementación del proceso y está haciendo un inmenso esfuerzo para implementarlo, si recibe el apoyo y es capaz de articular el resto del Gobierno, ojalá se pueda avanzar de aquí a que termine el Gobierno en la implementación, porque es que la implementación lo que hace es beneficiar a Colombia entera. Ahí están los problemas que Colombia tiene hoy en día. Por ejemplo, el problema de seguridad en esas regiones; el tema de las tierras, ahí se ha avanzado muy poco.Ocho años después, ¿la JEP ha cumplido su cometido?La JEP ha trabajado muchísimo, pero sí se ha demorado demasiado en producir las sanciones, que es lo que todo el mundo está pidiendo. Y yo espero que más temprano que tarde comience a aplicar las sanciones, que es parte fundamental de la justicia. Ahí creo que se ha demorado. Yo les he pedido muy respetuosamente que no sean maximalistas, como le dije en su momento a los de la Comisión de la Verdad. Que no busquen la verdad absoluta de lo que pasó en 50 años de guerra porque eso es imposible. En estos acuerdos lo que hay que buscar es suficiente verdad o suficiente justicia. Mucha gente va a quedar descontenta, pero siendo maximalistas de pronto nos quedamos sin el pan y sin el queso. Muchas de las víctimas con las que yo hablaba permanentemente me decían ‘yo no quiero que me den plata. ¿Cuánto vale mi papá? ¿Cuánto vale mi hijo o mi hija? Yo quiero es que me digan la verdad, por qué lo hicieron, que reconozcan. Para eso es la justicia transicional.¿Algún día se podrá cerrar la herida en Colombia?Yo creo que sí. Toda herida puede cerrarse si hay ánimo de reconciliación.¿Le ve pies y cabeza a la paz total que está promoviendo el Gobierno de Petro?No hubo planeación, se echaron al agua sin saber nadar. Entonces, por ejemplo, ese señor Danilo Rueda, primer comisionado, no tuvo ningún problema en permitirles a las disidencias de las FARC que se llamaran Estado Mayor de las FARC y darles ese reconocimiento. Y mire cómo han crecido esos miembros de las disidencias. Y además, por ejemplo, en el caso nuestro nosotros no aceptamos cese al fuego. Dijimos ‘habrá cese al fuego cuando tengamos acuerdos y nada está acordado hasta que todo esté acordado’, y eso funcionó. Ahora lo que han hecho es cese al fuego sin negociarlo, inclusive de cómo se va a verificar, y eso ha sido aprovechado por estos grupos para incrementar su control territorial porque lo que están buscando es control del territorio para tener sus negocios que son mafias.¿El orden público está desbordado, expresidente Juan Manuel Santos?Está en serios problemas porque hemos perdido el control del territorio en muchos municipios, las Naciones Unidas hizo un informe hace unas semanas y dijo que hay más de 400 municipios donde el control del territorio lo está perdiendo el Estado.¿Cómo ve a las FF. MM. frente a la paz total?Uno tiene que tener una política de seguridad, que es lo que también ha faltado. Una política integral de seguridad, no una cosa aquí y otra allá, es una política de seguridad que les dé a las Fuerzas Armadas una guía, una visión. Ellos tienen que saber qué tienen que hacer y para dónde tienen que ir. Hoy están bastante confundidos porque les dicen que hay cese al fuego, pero entonces los otros vienen y les hacen un ataque. Hay una gran confusión.Juan Manuel Santos fue nombrado presidente de los Elders, ¿qué son?Somos un grupo pequeño, doce, que creó Nelson Mandela en 2007, y lo creó con unas personalidades que representaban el mundo entero, con experiencia para trabajar por la paz, para trabajar por un planeta sostenible, por la defensa de los derechos humanos.Nosotros hemos identificado cuatro riesgos existenciales para el mundo: el primero es el cambio climático, el segundo es la posibilidad de una guerra nuclear, el tercero son las pandemias, porque se viene otra pandemia, y el cuarto riesgo existencial lo hemos identificado como la inteligencia artificial. Estamos trabajando sobre esos cuatro riesgos para mitigarlos.El riesgo nuclear se ha incrementado geométricamente. Lo que estamos viendo es que inclusive Rusia ya amenazó con usar sus armas nucleares. Pero no solamente eso, sino que el arsenal se ha venido incrementando y sobre todo, la tecnología para lanzar las bombas nucleares se ha incrementado también en forma impresionante. Entonces, el riesgo de un incidente nuclear se ha aumentado.(Lea también: Esto es lo que se sabe del nuevo misil hipersónico ruso)¿Y lo que está pasando en Medio Oriente?Esta acusación de la Corte Penal Internacional contra (Benjamin) Netanyahu, yo espero, tal vez pensando con el deseo, que eso acelere un cese al fuego y que se puedan sentar a negociar.¿Qué frente abre la llegada de Donald Trump con este escenario que Juan Manuel Santos describe?Para nadie es un secreto que Trump no cree en el cambio climático, se retiró del Convenio de París y dice que se va a volver a retirar, ojalá no lo haga. En materia de pandemias nombró a un ministro antivacunas. En materia de guerra nuclear no sé si tenga la visión, por ejemplo, que tuvo el presidente (John F.) Kennedy de coger el teléfono y hablar con (Vladimir) Putin y hablar con el premier chino y decir ‘sentémonos a negociar un nuevo acuerdo para reducir el riesgo nuclear’. Ese es el tipo de liderazgo que el mundo necesita ver, un liderazgo audaz que piense en el largo plazo.¿Cómo ve Juan Manuel Santos a América Latina?Mal, infortunadamente. Yo, en mi vida, nunca había visto a América Latina tan desintegrada. Usted ve a Ecuador que no se habla con México, Argentina no se habla con Brasil, Colombia no se habla con Perú. Entonces estamos muy desintegrados, en un momento donde si estuviéramos unidos tendríamos una capacidad de influir en el mundo como nunca la hemos tenido por lo que está sucediendo; por ejemplo, en materia de cambio climático, biodiversidad y en energías alternativas, América Latina tiene un inmenso potencial. Tenemos los minerales necesarios para la transición energética, pero si no nos unimos para hablar como una región en una sola voz, no vamos a ninguna parte.¿Qué viene para Venezuela, con un régimen que dice ‘a mí no me importa nada’?Venezuela se está volviendo como Nicaragua. Ahí lo único que veo yo en este momento es que internamente comience a agrietarse el apoyo que tiene (Nicolás) Maduro. Yo no veo infortunadamente, ninguna posibilidad de negociar con él. Él no ha abierto la puerta, todo lo contrario, cualquier negociación la rechaza; entonces, o hay una fractura interna o vamos infortunadamente a tener a Venezuela como a Nicaragua durante un poco tiempo.¿Para Juan Manuel Santos ha sido clara la posición del Gobierno Petro frente a Venezuela?No. Ha sido timorata. Yo se lo dije a Petro, esa negociación que se está queriendo hacer, si se prolonga, se vuelve complicidad con el régimen venezolano, y eso es lo que ha sucedido. Entonces, yo espero que el Gobierno Petro no vaya a reconocer a Maduro cuando Maduro se posesione.El mismo Petro ha dicho que exige para el reconocimiento que se presenten las actas. Las actas no se van a presentar. Entonces, ¿qué va a hacer? Espero que no reconozca a Maduro.
A través del decreto 1280 de 2024, el gobierno del presidente Gustavo Petro informó que el cese al fuego con el Estado Mayor de los bloques Magdalena Medio comandante Gentil Duarte, comandante Jorge Suárez Briceño y frente Raúl Reyes FARC - EP, se prorroga por seis meses.>>> Le puede interesar: ¿Volverán las ofensivas militares tras no prorrogarse cese al fuego entre Gobierno y ELN?Es decir, esta prórroga empezó a regir a partir de la medianoche de este miércoles, 16 de octubre, e irá hasta las 12:00 a.m. del 15 de abril de 2025.Se ordena suspender operaciones militares ofensivasPor ende, se ordenó la suspensión de las operaciones militares ofensivas y operaciones especiales de la Policía Nacional contra las disidencias de las FARC.Los frentes involucrados en este cese “participan en el proceso de paz y se encuentran dentro de los procedimientos para la ejecución del acuerdo de cese al fuego y los protocolos correspondientes”, explicó el gobierno del presidente Gustavo Petro.Tanto el gobierno como las disidencias se comprometieron a cumplir el protocolo de reglas y compromisos establecidos durante la mesa de diálogos de paz.El gobierno explicó que “la suspensión de las operaciones militares ofensivas y operaciones especiales de la Policía Nacional se realizará sin perjuicio del cumplimiento de la función y obligación constitucional y legal de la fuerza pública de preservar la integridad del territorio nacional, garantizar el orden constitucional y legal, y asegurar las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas en todo el territorio nacional. No se suspenderá ninguna de las acciones que desarrolla la fuerza pública en contra de las economías ilegales”.El cese al fuego bilateral y temporal con respeto a la población civil se evaluará trimestralmente, según las condiciones acordadas en el Protocolo de Evaluación, Prórroga, Suspensión o Finalización del Cese al Fuego.El artículo dos de este decreto expone que, “además de lo establecido en el parágrafo 1 del artículo 1° del decreto 0888 de 2024, la Mesa de Diálogos de Paz entre el Gobierno nacional y el Estado Mayor de los Bloques Magdalena Medio Comandante Gentil Duarte, Comandante Jorge Suárez Briceño y Frente Raúl Reyes FARC - EP podrá acordar nuevos objetivos del cese al fuego, dirigidos al fortalecimiento del proceso de paz, la protección de la población civil, la profundización de las transformaciones territoriales y el reemplazo de las economías ilícitas, la protección del ambiente, la participación de la sociedad”. Se busca que este cese al fuego contribuya al avance en el abordaje de los puntos de la agenda del acuerdo de paz.>>> Le recomendamos leer: Gobierno suspende cese al fuego con EMC de las disidencias de las FARC