Las restricciones vuelven a ser parte de la cotidianidad en algunas regiones de Europa. En Francia y en Polonia regresan al confinamiento por culpa delCOVID-19.
En Latinoamérica, Brasil, el país más afectado por la pandemia, intenta contener la enfermedad en ciudades como Río de Janeiro. El alcalde de la ciudad advirtió sobre una situación "muy crítica", con el 95 por ciento de las unidades de cuidados intensivos ocupadas en hospitales públicos.
El presidente Jair Bolsonaro, que está en contra de las medidas de quedarse en casa y las mascarillas, criticó el cierre.
En Europa, un tercio de la población de Francia inició nuevas restricciones, con tiendas no esenciales cerradas en París durante al menos un mes, aunque las escuelas permanecerán abiertas.
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Las librerías se consideran imprescindibles bajo las nuevas medidas, junto con las floristerías, chocolaterías y zapaterías.
A pesar de las medidas, cientos de parisinos tomaron el sol bajo el sol primaveral en las orillas del río Sena.
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Entretanto, en Polonia la mayoría de las tiendas estarán cerradas durante las próximas tres semanas junto con los hoteles y cines, con medidas similares introducidas en la capital de Ucrania, Kiev.
La Policía alemana se enfrentó a los manifestantes en una protesta masiva contra las restricciones del coronavirus en la ciudad de Kassel, utilizando cañones de agua y espray de pimienta para dispersar a las multitudes.
En Londres también hubo manifestaciones antirrestricciones y enfrentamientos con la Policía.
Por su parte, la Unión Europea amenazó con bloquear las exportaciones de AstraZeneca en una creciente disputa por las vacunas.
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