La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, se vio obligada a defenderse luego de que las imágenes de ella en una fiesta fueran difundidas en redes sociales.
“Pasé una noche con mis amigos. Simplemente festejamos. Bailé y canté”, dijo Marin. A pesar de que ha salido a explicar que estuvo en una celebración, le han caído críticas de quienes consideran que su comportamiento no corresponde a su cargo.
Sanni Puusaari, residente en Helsinki, opinó que “no es una buena imagen para una primera ministra”.
Incluso, sus opositores le exigieron someterse a una prueba de drogas, ya que en los videos se escuchan supuestas referencias al uso de sustancias ilícitas.
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Marin ha negado las acusaciones rotundamente, asegurando que en la fiesta solo se consumió alcohol. “Aunque considero injusta la exigencia, para mi propia protección legal y para despejar cualquier duda, hoy me he hecho una prueba de drogas, cuyos resultados llegarán en una semana”, dijo la mandataria.
Paralelamente hay quienes defienden a la funcionaria, entre ellos, su homólogo polaco Mateusz Morawiecki. El líder manifestó que “si en esta ocasión bebió un poco más y, debido a esto, bailó, no hay nada terrible en eso. Estoy feliz de que haya compartido un poco de alegría con nosotros”.
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Otro residente en Helsinki, Christopher Mccutcheon, también defendió a Sanna Marin y compartió que “ella es una persona como cualquier otra, debería poder ir a una fiesta y tomarse un trago si así lo desea. No veo cuál es el problema”.
Un debate que persiste, mientras los opositores de Marin esperan el resultado de la prueba a la que fue sometida.