Una joven de 25 años que conducía borracha terminó manejando por las vías del metro y su imprudencia mantuvo paralizada la operación de transporte durante dos horas.
Antes de ingresar a las líneas férreas, transitó en contravía por el bulevar Louis Pasteur y la rotonda de avenida Jenofonte de Málaga.
Según las autoridades en España , la joven solo se detuvo porque se le pincharon tres llantas y durante el recorrido jamás redujo la velocidad y se pasó varios semáforos viales por donde transitaron otros vehículos sin que, por fortuna, se produjera una tragedia.
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Al ser abordada por los policías, notaron que tenía “claros signos de encontrarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas, tales como ojos brillantes, halitosis alcohólica muy fuerte de cerca o habla titubeante”.
Una prueba reveló que “triplicaba la tasa máxima de alcohol”.
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