Tener acceso a un teléfono móvil y derecho a ocho horas de descanso diario figuran entre las nuevas condiciones para las empleadas domésticas de Filipinas en Kuwait, un país donde se han denunciado numerosos casos de maltrato de trabajadoras migrantes.
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Según el diario kuwaití Al Qabas, la embajada filipina informó sobre estas nuevas condiciones a las agencias empleadoras para reanudar la contratación de trabajadoras, suspendida a principios de 2020 por la muerte de una de ellas tras ser maltratada por sus empleadores.
"Las condiciones del nuevo contrato son el uso de un teléfono moderno durante el período de descanso, preservando la privacidad de la familia (empleadora), una vivienda digna, alimentos y ropa adecuados, y atención médica en caso de enfermedad", explica el diario.
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El contrato contempla asimismo "el pago del salario sin demora ni recortes", "al menos 8 horas seguidas de descanso" con un máximo de 12 horas de trabajo, y que el empleador "no confisque el pasaporte" de la doméstica, como suele suceder en varios países árabes del golfo Pérsico bajo el sistema de patrocinio llamado ‘kafala’.
En los últimos años se ha informado de varios casos de abuso y maltrato de las trabajadoras en los ricos países árabes del golfo, incluido Kuwait , donde se estima que hay unos 200.000 trabajadores procedentes de Filipinas.
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El Gobierno de Manila prohibió en enero del año pasado que nuevos trabajadores del hogar viajaran a Kuwait después del asesinato, supuestamente a manos de sus empleadores, de la doméstica filipina Jeanelyn Villavende.
Según anunció la embajada filipina en Kuwait en aquel momento, Villavende recibió numerosos golpes y ya estaba muerta cuando la llevaron al hospital.
En Arabia Saudí una asistente murió por envenenamiento en noviembre de 2018 tras haber interpuesto varias denuncias contra su empleador por maltrato.
El anuncio de las nuevas condiciones de trabajo en Kuwait se produce en un momento en el que aumentan las presiones para que las autoridades levanten algunas restricciones por elCOVID-19 y permitan la entrada al país de las asistentes filipinas, indias y etíopes antes del mes sagrado musulmán de Ramadán, que empieza a mediados de abril.
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