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Una mente brillante de 10 años: Alisa Perales, la joven prodigio que se graduará con dos títulos

Alisa Perales, quien a los 2 años ya leía y a los 5 dominaba álgebra, se prepara para graduarse y hacer realidad su sueño de estudiar en Stanford. Conozca la historia.

Joven prodigio de 10 años
Planea estudiar en la Universidad de Stanford -
Inland Empire Community News

A sus 10 años, Alisa Perales está a punto de lograr algo que pocas personas consiguen en toda su vida: graduarse con dos títulos universitarios. La joven, oriunda de San Bernardino, Estados Unidos, se convertirá en la persona más joven en recibir un diploma del Crafton Hills College, una institución ubicada en Yucaipa, California.

El logro de Alisa marca un hito para esta universidad comunitaria, donde cursa estudios desde los ocho años. Según medios locales, su promedio final estará cerca de 4.0, la máxima calificación que otorga la institución, reflejo de su alto desempeño académico.

Los inicios de un camino lleno de logros

La pasión de Alisa por el aprendizaje comenzó a una edad muy temprana. A su primer año de vida ya conocía el abecedario y los números básicos. Según su familia, a los dos años leía libros y a los cinco resolvía problemas de álgebra. Gracias a esta habilidad extraordinaria, sus padres decidieron educarla en casa desde que tenía solo un año.

“Es muy divertido para mí. Es casi tan divertido como jugar al aire libre, andar en bicicleta o hacer lo que sea. Simplemente disfruto aprendiendo. Hay muchísimas cosas interesantes por ahí”, explicó Alisa durante una entrevista con Fox News.

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Durante su formación, mantuvo un horario riguroso de estudio. Su padre, Rafael Perales, recuerda que trabajaban juntos desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde, seis días a la semana. “Era muchísimo trabajo”, comentó en declaraciones a ABC 7.

Prodigio de 10 años
ABC7

Esta dedicación fue posible en gran parte gracias a una herencia económica que le permitió a la familia centrarse exclusivamente en la educación de Alisa. “Le doy crédito a mi papá por impulsarme a tener un buen desempeño en la escuela y por esforzarme al máximo para trabajar duro”, expresó la joven.

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Cuando ingresó al Crafton Hills College, a los ocho años, no era raro que otros estudiantes o profesores pensaran que su padre era el alumno y que Alisa solo lo acompañaba. Fue necesario explicar más de una vez que la verdadera estudiante era ella.

A pesar de su corta edad, logró adaptarse al entorno de la institución. En sus propias palabras: “Cuando empecé en Crafton (a los 8 años), estaba un poco nerviosa, porque era la primera vez que iba a una escuela pública. Pero luego conocí a gente muy agradable, y eso me ayudó muchísimo”.

Una de sus profesoras, Sandra Ruiz, destacó su actitud positiva y su determinación constante. “Su corta edad no la detiene. Siempre tuvo curiosidad por aprender y explorar cosas nuevas”, afirmó.

Esa misma inquietud intelectual la llevó, con apenas ocho años, a cursar ciencias políticas. Gracias a lo aprendido, decidió presentar una demanda ante un tribunal federal, argumentando que los jóvenes menores de 18 años con la misma preparación académica que los adultos también deberían tener derecho al voto.

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El caso, dirigido contra los gobiernos estatal y federal, cuestionaba la constitucionalidad de la Enmienda 26 de la Constitución de Estados Unidos y del Artículo II, Sección 2, de la Constitución de California. Aunque el proceso legal no prosperó y no logró apelar ante la Corte del 9º Circuito, Alisa mantiene la esperanza de que en el futuro otro joven retome el caso.

Retos más allá del aula


A pesar de su inteligencia y logros académicos, el camino de Alisa no ha estado libre de desafíos. Su padre reconoce que uno de los mayores ha sido la falta de interacción social con otros niños de su edad.

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“Hemos tenido dificultades para encontrar amigos, porque no puede ir a la escuela y jugar con sus compañeros como cualquier niña de 10 años”, explicó. No obstante, la familia ha buscado alternativas. “Hemos tenido que hacer un esfuerzo extra, recorrer el barrio en bicicleta y encontrar otros niños con quienes jugar”.

Un futuro brillante para la joven promesa

Tras su graduación, Alisa planea transferirse a una universidad que le permita continuar con su carrera. Su objetivo es ser admitida en Stanford, una de las instituciones más prestigiosas del país. “Solicité admisión hace un par de meses y estoy esperando respuesta”, contó.

Si hubiera permanecido un semestre más en Crafton Hills College, habría completado dos títulos adicionales en informática y física. Sin embargo, su familia asegura que no hay prisa y que la prioridad es acompañar su desarrollo sin presiones.

“Pensé que si lograba entrar a la universidad a los 10 años, quizá sería posible. Pero no imaginé que se graduaría a los 10. Eso se me escapó”, confesó su padre.

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De cara al futuro, la joven prodigio tiene claro su interés por el campo de la inteligencia artificial. Su meta es trabajar en esa industria y continuar aprendiendo sobre tecnología. “Hay que trabajar duro para conseguir lo que se desea”, dijo a Inland Empire Community News. “Nunca duden de lo que quieren hacer en la vida. Simplemente salgan y pruébenlo”.

Para su familia, el logro de Alisa no solo es motivo de orgullo, sino también un recordatorio de lo que puede lograrse con disciplina, apoyo y pasión por el conocimiento. “Apenas está empezando. Eso es lo que más me sorprende. Han sido diez años cortos, pero hemos avanzado mucho”, concluyó su padre.