Giethoorn, conocido como la ‘Venecia del Norte’, es un pueblo en los Países Bajos a 120 km de Ámsterdam, donde los carros están prohibidos. Situado en la provincia de Overijssel, este lugar destaca por sus canales, puentes y casas con techos de paja, ofreciendo una experiencia única y tranquila a sus visitantes.
Historia y cultura de Giethoorn
Giethoorn fue fundado en el siglo XIII por un grupo de fugitivos mediterráneos. Desde sus inicios, el pueblo ha mantenido una relación especial con el agua. Sus canales, que sustituyen a las calles, fueron excavados originalmente para extraer turba, un recurso natural valioso en aquella época. Con el tiempo, estos ductos se convirtieron en la principal vía de transporte.Características de Giethoorn
Transporte sin carros
En Giethoorn, los automóviles están prohibidos y no se necesitan. Residentes y turistas se mueven a pie, en bicicleta o en pequeñas embarcaciones llamadas "punters". Estos botes de madera, impulsados por pértigas o motores eléctricos, son el principal medio de transporte para llegar a cafeterías, supermercados y casas en el pueblo.Arquitectura y paisajes
El pueblo cuenta con más de 170 puentes que conectan las diferentes islas formadas por los canales. Las casas tradicionales, muchas de ellas granjas centenarias, están construidas sobre pequeñas islas y rodeadas de jardines exuberantes. La ausencia de carros contribuye a la preservación del aire puro y la tranquilidad del lugar, haciendo de Giethoorn un destino ideal para quienes buscan escapar del bullicio urbano.
Vida en Giethoorn
Giethoorn ofrece una variedad de actividades para sus visitantes. Alquilar una embarcación y recorrer los canales es una de las experiencias más populares. Además, el pueblo cuenta con varios museos, restaurantes y tiendas de artesanías locales. Durante el invierno, los canales se congelan, convirtiéndose en pistas de patinaje sobre hielo, lo que añade un encanto especial a la temporada fría.Comunidad y sostenibilidad
La prohibición de autos no solo reduce la contaminación, sino que también fomenta un ambiente más saludable y seguro para sus habitantes. Los residentes valoran la tranquilidad y la conexión con la naturaleza que ofrece su entorno, y trabajan juntos para mantener la belleza y la integridad del pueblo.