Las llamas han dejado 71 muertos y han arrasado con 57.000 hectáreas. Cerca de 9.000 bomberos están desplegados en los dos frentes.
Donald Trump viajó la mañana de este sábado a California, donde más de 70 personas han muerto y otras 1.000 más están desaparecidas por el incendio más letal que haya golpeado el estado más rico de Estados Unidos, bastión demócrata que encarna la resistencia al presidente republicano.
"Parece que hay muchas más personas desaparecidas de las que cualquiera se habría imaginado", dijo Trump a periodistas al salir de la Casa Blanca.
"Quiero estar con los bomberos", añadió, evocando su "extraordinaria valentía".
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El incendio "Camp Fire", declarado hace más de una semana cerca del pequeño pueblo de Paradise, arrasó con más de 57.000 hectáreas en el norte del estado. Las llamas acabaron hasta ahora con 71 vidas, luego que las autoridades hallaron los restos de ocho personas más.
En el sur, cerca de Los Ángeles, el "Woolsey Fire" quemó cerca de 40.000 hectáreas desde el jueves, incluyendo el balneario de Malibu, repleto de mansiones de las estrellas. Al menos tres personas fallecieron.
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El centro de las operaciones de búsqueda de personas desaparecidas tiene lugar en Paradise, hogar de muchos jubilados que no lograron huir a tiempo.
La presidencia no reveló el programa exacto de la visita de Trump, la segunda solamente en tierras californianas desde su llegada al poder en enero de 2017.
Este gran estado del oeste estadounidense encarna la oposición al mandatario en muchos frentes, desde la inmigración al ambiente, pasando por la regulación de las armas de fuego. El estado más poblado del país es también el que tiene mayor número de inmigrantes indocumentados, blancos frecuentes de las políticas presidenciales.
Tras desatarse los violentos incendios, Trump denunció la mala gestión forestal por parte de las autoridades de California, obviando que la mayoría de los bosques del estado están bajo control federal.
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Había amenazado también con recortar los fondos federales, en tanto el Congreso dedicó un presupuesto de 2.000 millones de dólares a la lucha contra los incendios forestales en el año fiscal 2018.
Golden Gate bajo la bruma
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Después, sin embargo, el mandatario cambió de tono: declaró una "gran catástrofe" en California, saludó el trabajo de los bomberos y dio muestras a la población de su apoyo, al explicar que habló directamente con el gobernador demócrata Jerry Brown sobre la tragedia. Esta semana también mandó al terreno a su secretario de Interior, Ryan Zinke, encargado principalmente de los parques nacionales.
El viernes, sin embargo, volvió a subir de tono al remarcar la ausencia, según dijo, de limpieza preventiva en zonas forestales. Si la zona del incendio en Paradise "hubiese sido limpiada, no habría habido fuego", afirmó a Fox News. El cambio climático "pudo haber contribuido un poco" al avance brutal del incendio, pero "el principal problema es la gestión" ambiental, añadió, destacando que sus declaraciones "no son positivas ni negativas, son solo los hechos".
El impacto del "Camp Fire" es visible a más de 200 kilómetros al sur de la devastada Paradise, hasta San Francisco, donde las autoridades emitieron el viernes una alerta por la elevada contaminación del aire.
Allí, las escuelas públicas permanecieron cerradas el viernes y el puente Golden Gate se encontraba envuelto en una espesa niebla.
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"Hay una nube permanente sobre la ciudad. El aire parece más espeso. Nunca había visto tanta gente con máscaras", dijo Melvin Karsenti, un habitante de San Francisco.
A pedido de la alcaldesa London Breed, el transporte público fue gratis en la ciudad, mientras que los vuelos en el aeropuerto internacional de San Francisco también se vieron perturbados debido a la reducida visibilidad.
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El "Woolsey Fire", en tanto, ha sido contenido casi en un 80% y los bomberos esperan extinguirlo de aquí al lunes.
Hay una investigación en marcha sobre el origen de los incendios. Una demanda fue presentada contra la compañía local de electricidad Pacific Gas & Electric (PG&E), por un supuesto incidente con una línea de alta tensión justo antes de que se desatara el fuego en Paradise.
California, afectado por una sequía crónica desde hace varios años, ha tenido varios incendios importantes en el último año, con un total de más de 100 muertos y la quema de miles de hectáreas.
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