El jefe de la Policía de Corea del Sur reconoció que los agentes habían recibido múltiples informes urgentes de peligro antes de la estampida del evento de Halloween, y que su respuesta fue "insuficiente".
Al menos 156 personas, en su mayoría jóvenes, murieron y muchas más resultaron heridas en una aglomeración la noche del sábado 29 de octubre, en la primera fiesta de Halloween pospandemia en el popular distrito Itaewon de Seúl.
Las autoridades sabían que "una gran multitud se había congregado incluso antes de que ocurriera el accidente, indicando la urgencia del peligro", pero el uso de esa información fue "insuficiente", reconoció el jefe nacional de Policía, Yoon Hee-keun.
Unas 100.000 personas acudieron a la zona, pero debido a que no fue un evento "oficial" con un organizador designado, no hubo manejo de la multitud por parte de las autoridades locales.
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"La policía recibió múltiples informes indicando la gravedad en el sitio justo antes de que ocurriera el accidente", agregó Yoon.
Por su parte, el ministro del Interior, Lee Sang-min, ofreció disculpas por la tragedia de la estampida.
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"Me gustaría aprovechar esta oportunidad para expresar mis disculpas sinceras al público, como ministro a cargo de la seguridad de la población por este accidente", dijo ante los diputados el primer alto cargo surcoreano en pedir perdón por el desastre.
Corea del Sur suele ser eficiente en el control de aglomeraciones y las protestas suelen tener tanta presencia policial que llegan a superar el número de asistentes.
La Policía reveló el lunes que envió a 137 agentes al lugar, mientras que había 6.500 en una protesta al otro lado de la ciudad con presencia de 25.000 personas, según medios locales.
El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, afirmó el martes que el país necesita mejorar con urgencia su sistema de manejo de grandes multitudes.
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"La seguridad de la gente es importante, haya o no un organizador del evento", declaró en una reunión de gabinete.
Pidió desarrollar un sistema "digital de punta" para mejorar el manejo de aglomeraciones, pero los críticos destacaron que tales herramientas existen y que no fueron empleadas en Itaewon.
Tragedia evitable
El ayuntamiento de Seúl dispone de un sistema de monitoreo de multitudes en tiempo real que utiliza datos de teléfonos móviles para anticipar aglomeraciones, pero no fue empleado el sábado, según informes de prensa.
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Las autoridades del distrito de Itaewon tampoco organizaron patrullajes de seguridad, señalando que el evento de Halloween no era un "festival" que habría requerido un plan de manejo de aglomeración.
Decenas de miles de personas abarrotaron un callejón empinado de no más de tres metros de ancho y los testigos relataron escenas de caos cuando las personas se empujaron para pasar.
Según esos testigos, la gente quedó atrapada en la callejuela e intentó salir, con algunos encaramándose sobre los otros.
Los analistas señalan que la estampida se habría evitado fácilmente con un pequeño número de policías.
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"Un manejo de multitud bueno y seguro (...) requiere de una estrategia para controlar la capacidad para albergar gente, el flujo y la densidad", indicó Keith Still, profesor de la Universidad de Suffolk.
El experto surcoreano Lee Young-ju dijo que si la Policía sabía que estaba desbordada, pudo haber buscado ayuda de las autoridades locales o incluso de los vecinos o las tiendas de la zona.
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"No es solo una cuestión de números", declaró a Lee, profesor del Departamento de Incendios y Desastres de la Universidad de Seúl.
"La pregunta es, ¿qué hicieron con el número limitado (de policías) y qué tipo de medidas tomaron para compensarlo?", cuestionó.