Centroamérica, que recién se recuperaba del paso de Eta , ahora enfrenta los embates del devastador huracán Iota. Allí ha dejado destrucción a su paso, como lo hizo cuando golpeó a las islas de San Andrés y Providencia en Colombia.
En Nicaragua, el panorama es de casas destechadas y estructuras destruidas, mientras fuertes vientos y lluvias azotan al país tras la llegada de Iota.
El huracán ha dejado cerca de 10 personas fallecidas y un derrumbe en el norte de dicho país, donde se teme que entre 13 y 20 personas más han perdido la vida.
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Después de Nicaragua, Iota siguió su camino por Honduras, de donde salió convertido en depresión tropical.
Luego, se ubicó sobre El Salvador, donde también causó inundaciones y desastre a pesar de su continua degradación. Esto ocurrió debido, según expertos, a que sus extensas bandas acarrearon la humedad del océano.
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En este país, que se mantiene en alerta roja, una persona que se desplazaba en una moto murió por la caída de un árbol, mientras cerca de 800 personas han sido evacuadas.
Mientras el huracán Iota sigue generando devastación, San Andrés y Providencia trabajan en su recuperación.