Las precipitaciones de la tormenta tropical Ana se aplacaron este viernes 28 de enero dejando a decenas de miles de personas en tres países del sur de África aisladas por los daños de las inundaciones, sin electricidad y viviendo en refugios.
El número de muertos fue de 86 en Madagascar, Mozambique y Malawi, mientras los equipos de rescate luchaban para acceder a las regiones donde las carreteras y los puentes habían sido arrasados.
En Malawi, donde fallecieron 20 personas, el Departamento de Gestión de Desastres dijo que las carreteras intransitables habían obligado a las familias a llevar los cadáveres a pie para enterrarlos.
El presidente Lazarus Chakwera declaró el estado de emergencia. La mayor parte de Malawi se quedó sin electricidad el martes, y algunas regiones todavía estaban a oscuras el viernes.
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La tormenta tropical Ana trajo lluvias torrenciales cuando tocó tierra en Madagascar el lunes 24 de enero antes de azotar Mozambique y Malawi.
A medida que se restablecía lentamente la cobertura telefónica en Malawi, comenzaron a surgir historias de los terrores experimentados durante la semana.
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Yohane Misongwe, que habló con AFP por teléfono desde la ciudad sureña de Chikwawa, describió cómo los vecinos se aferraban a los árboles mientras las aguas avanzaban.
"La mayoría de nosotros pasamos dos días sobre árboles y tejados mientras esperábamos que el agua retrocediera. Algunas personas fueron rescatadas por botes desde los tejados", afirmó.
“La gente necesita alimentos con urgencia”
"Todos en el pueblo están afectados, porque todos nuestros alimentos y ropa han sido arrastrados. Incluso la cosecha en el campo ha sido arrastrada y estamos pidiendo ayuda", expresó este agricultor.
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Mientras hablaba, lo transportaban en bote a través del río Shire desbordado hacia un campo de evacuación.
Paul Ndamera, un funcionario de manejo de desastres del área, señaló que las inundaciones de la tormenta tropical Ana habían dejado algunas áreas inaccesibles.
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"Hay algunas áreas a las que no podemos llegar, pero lo que podemos decir es que las inundaciones han causado muchos estragos en el distrito", dijo.
"Pedimos urgentemente ayuda porque, sin ninguna ayuda, mucha gente morirá de hambre. La gente necesita comida con urgencia porque todo lo que tenía se ha ido con las aguas", aseveró.
En Madagascar, donde murieron 48 personas, unas 130.000 personas se vieron directamente afectadas y 72.000 perdieron sus hogares.
Muchos se mudaron a refugios improvisados y la oficina de gestión de desastres dijo que unos 20.000 habían comenzado a regresar a sus casas para reconstruir cuando las aguas comenzaron a retroceder.
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La gente hurgaba en el barro y los escombros en busca de posesiones para salvar, armando refugios a partir de las ruinas de sus hogares.
“Perdí todo”
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En Mozambique se reportaron 18 muertes. Unicef informó que 10.500 casas resultaron dañadas, junto con 12 instalaciones de salud y 137 escuelas.
En la provincia de Nampula, el pescador Abdul Ibrahim, de 45 años, se sentó frente a una mezquita.
“Perdí mi bote de pesca, se lo llevó el fuerte viento”, comentó. "Nunca había visto algo así antes. Será difícil para mí recuperarme".
María José, de unos 30 años, había hecho una cama en el piso de un salón de clases para sus dos hijos, de 2 y 5 años.
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“Los primeros vientos se llevaron mi casa. No me queda nada, lo perdí todo”, lamentó.
El primer ministro Carlos Agostinho do Rosario dijo después de visitar la región que estaba sorprendido de ver que incluso los nuevos puentes se habían derrumbado. Uno que había sido arrastrado por el ciclón Idai en 2019 y fue reconstruido en 2020 volvió a desaparecer.
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"Necesitamos supervisar más el trabajo. El gobierno no puede construir una infraestructura débil", dijo. "El gobierno no debería construir la misma infraestructura todos los años".