Un estricto toque de queda con órdenes de disparar y un apagón general de comunicaciones y medios han sido impuestos en todo Bangladés mientras el país acumula más víctimas en las violentas protestas estudiantiles contra las cuotas de empleo público, que superan ya el centenar de muertos en cinco días.
La policía antidisturbios disparó munición real contra los manifestantes este sábado 20 de julio en Bangladés, donde el Ejército patrulla las ciudades tras una oleada de enfrentamientos mortales que han dejado más de un centenar de muertos esta semana.
Este país del sur de Asia está agitado por una movilización que comenzó a principios de julio con protestas de estudiantes contra un sistema de cuotas que reserva más de la mitad de los puestos de la función pública a ciertos sectores de la sociedad, incluidos los hijos de veteranos de la guerra de liberación de 1971 contra Pakistán.
Las manifestaciones derivaron en una movilización más amplia y en disturbios, que esta semana dejaron al menos 133 muertos, según un balance de AFP basado en datos de fuentes policiales y hospitalarias.
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El movimiento plantea un desafío al gobierno autocrático de la primera ministra Sheikh Hasina, quien lleva 15 años en el poder.
Este sábado, Hasina "canceló su gira por España y Brasil debido a la situación actual", indicó su secretario de prensa Nayeemul Islam Khan a AFP. La primera ministra tenía previsto viajar el domingo a España y de allí marchar el martes hacia Brasil.
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En la capital Daca, una megalópolis de 20 millones de habitantes, las calles franqueadas por militares y vehículos blindados -desplegados el viernes- estaban prácticamente desiertas al amanecer.
Pero miles de personas salieron de nuevo a las calles del distrito de Rampura más tarde y al menos una persona resultó herida por disparos de la policía, que usó balas reales, constató AFP.
La multitud protestaba contra el toque de queda que entró en vigor a medianoche y está previsto que dure al menos hasta las diez de la mañana del domingo en todo Bangladés.
"Hay anarquía en el país (...). Disparan a la gente como a conejos", declaró a AFP uno de los manifestantes, Nazrul Islam, de 52 años.
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Muertos por disparos
Por su parte, los hospitales comunicaron a AFP que el número de muertos por disparos aumentó desde el jueves. El fuego policial fue la causa de más de la mitad de las muertes reportadas esta semana, según los testimonios del personal médico.
El viernes, "cientos de miles de personas" se enfrentaron a las fuerzas del orden, según su portavoz, Faruk Hossain, y añadió que los manifestantes vandalizaron y prendieron fuego a oficinas gubernamentales y garitas de policía.
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"Al menos 150 policías fueron hospitalizados. Otros 150 recibieron asistencia médica", declaró a AFP.
El hospital Dhaka Medical College indicó a AFP que dos policías murieron el sábado, mientras que otras cuatro personas ingresadas en cuidados intensivos fallecieron a consecuencia de sus heridas.
Un representante de Students Against Discrimination, principal grupo organizador de las protestas, declaró que dos de sus dirigentes fueron detenidos desde el viernes.
Los estudiantes que iniciaron el movimiento de protesta reclaman el fin de un sistema de cuotas que, según muchos, beneficia a los jóvenes procedentes de los círculos que apoyan a Hasina, de 76 años, que gobierna el país desde 2009.
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Ante la incapacidad de Bangladés para dar trabajo a sus 170 millones de habitantes, este programa genera un gran resentimiento entre los jóvenes titulados que se enfrentan a una grave crisis de empleo.
La primera ministra, de 76 años, gobierna el país desde 2009 y ganó en enero sus cuartas elecciones consecutivas, tras una votación decidida prácticamente de antemano.
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Los defensores de los derechos humanos acusan a su gobierno de abusar de las instituciones del Estado para consolidar su dominio y erradicar la disidencia, en particular mediante el asesinato extrajudicial de opositores.